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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Estrategias de salida

La historia nos enseña que la credibilidad de un banco central es clave para la política monetaria

José Carlos Díez

En 2008, tras la quiebra de Lehman la rápida y contundente reacción de la política económica evitó una depresión mundial. Si comparamos con la Gran Depresión, la mayor diferencia ha sido en la política monetaria. En los años treinta el colapso de los mercados hundió la velocidad de circulación del dinero y los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de EE UU, no reaccionó hasta cuatro años después. La deflación devoró todo a su paso y el desempleo y la pobreza alcanzaron cotas históricas.

Desde 2008 la Reserva Federal ha multiplicado por cuatro su balance. Parte es un efecto contable, ya que los bancos vuelven a depositar parte del dinero en el banco central. Eliminando este efecto, el balance de la Fed se ha doblado. La velocidad de circulación del dinero se ha desplomado hasta mínimos desde los años cincuenta y ha evitado la temida deflación. La pregunta es ¿cuánto habría caído todo sin la intervención de la Fed?

Para contrarrestar la trampa de la liquidez bancaria y conseguir que el dinero llegase al crédito, la Fed ha comprado más de un billón de dólares en titulaciones. Para evitar una sobrerreacción de los tipos de largo plazo y del tipo de cambio ante los agresivos estímulos fiscales y la recapitalización del sistema bancario de la Administración de Obama, la Fed también ha comprado más de un billón de deuda pública del Tío Sam. Y ante el riesgo de deflación, cambió el ancla de su política monetaria de la inflación al desempleo.

Desde 2009 en EE UU se han creado seis millones de empleos y en las proyecciones la tasa de paro se aproxima al 6,5% comprometido por la Fed. La historia nos enseña que la credibilidad de un banco central es clave para la eficacia de la política monetaria y cumplir los compromisos es la clave de la credibilidad. Por eso la Fed ha anticipado que está preparada para dejar de meter más estímulo y a lo largo de 2014 empezará a retirarlo. Un componente de incertidumbre es que Bernanke, piloto de la nave desde 2008, parece que cede el timón.

Tipos al 0% a corto plazo forzaron a los inversores a asumir riesgos y comprar bonos a largo plazo buscando rentabilidad. Solo el anuncio de la estrategia de salida ha provocado movimientos masivos de fondos buscando refugio en activos a corto plazo de las principales divisas. Esto ha provocado una intensa fuga de capitales de los países emergentes desde mayo.

Parte de esas inversiones provenían de Europa y la repatriación ha apreciado el euro. Pero los tipos en Europa siguen bajos y los inversores han seguido asumiendo riesgos comprando deuda periférica, incluida española. Esto es viento de cola en la incipiente recuperación de la economía europea. Pero conviene no hacerse trampas al solitario. La mayoría son fondos golondrina que igual que han venido en masa, se pueden volver a ir en cualquier momento. El próximo miércoles sabremos si la Fed comienza a implementar su estrategia de salida.

José Carlos Díez es profesor de Economía de ICADE Business School.

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