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El nuevo presidente de Pescanova liga la viabilidad del grupo a una quita del 75%

Deloitte afirma que la empresa tiene futuro "sin desechar la venta de activos no esenciales" Urgoiti defiende que los nuevos gestores mantendrán la sede del grupo en Galicia

Urgoiti atiende a los medios ante la sede de Pescanova.
Urgoiti atiende a los medios ante la sede de Pescanova.Salvador Sas (EFE)

Sonriente y relajado, el nuevo presidente de Pescanova, Juan Manuel Urgoiti, ha comparecido ante los medios tras la elección en la sede del grupo para explicar su estrategia para reflotar la compañía. Esta, ha defendido, consiste en aplicar el controvertido principio de que es demasiado grande para dejarla caer. Por ello, ha añadido que o bien hay quita con los acreedores y se fija en una cantidad alta, que ronde el 75%, o se acaba el negocio. “O vamos a eso o adiós muy buenas, se acaba el tema, no se puede sujetar”, ha defendido.

“Mi papel, aparte de hacerme visible, cosa que pienso hacer con todo detalle a partir del lunes, es la reestructuración de la deuda; si eso se consigue, la compañía tiene vida”, empezó Urgoiti tras comentar cómo transcurrió la junta de accionistas. En ella, el 70,82% de los votos apostaron por la propuesta del grupo capitaneada por Damm y Luxempart.

O vamos a eso -a la quita de deuda- o adiós muy buenas, se acaba el tema, no se puede sujetar"

A partir de ahora toca convencer a los acreedores, principalmente a los bancos. “Van a ser los protagonistas fundamentales en este momento”, ha dicho antes de calcular que la quita necesaria deberá rondar el 75%. “A todo el mundo le molesta perder dinero, pero yo apuesto a que va a haber sentido común con estos temas. Si no, no me hubiese apuntado a esto, que es un trabajito de miedo”, ha bromeado. Con algunos acreedores, “gente sensata” a su entender, ya ha comentado la situación, según detalló.

Urgoiti negó que la compañía pueda abandonar Galicia, la segunda en importancia en la comunidad tras Inditex. Y para expresar su compromiso con la tierra y sus raíces, glosó las virtudes del fundador, José Fernández López, en todas sus virtudes empresariales, incluyendo la introducción del kiwi en Galicia desde Nueva Zelanda. “Hay problemas cada día, como es natural”, apuntó sobre la situación actual, pero llamó la atención sobre datos positivos como que las ventas durante los siete primeros meses del año rondasen los 700 millones de euros, “más o menos lo mismo que el año pasado”.

El hecho de que miembros del nuevo consejo de administración ya participasen en el anterior no tiene mayor inconveniente, en su opinión. Así, ha justificado que el agujero no se descubriese antes por las maniobras contables de la presidencia saliente. “Si te financias a través de filiales y tienes unas participaciones minoritarias no consolidas el balance, luego no aparece”, comentó, tras defender a los consejeros que “denunciaron la situación y empezaron a pedir papeles” en 2012.

Va a haber sentido común en esto. Si no, no me hubiese apuntado a esto, que es un trabajito de miedo”

“La gestión fue errónea, equivocada”, es obvio, ha indicado sobre su antecesor, con críticas al endeudamiento excesivo “para cosas que se financian a largo [plazo]”, pero confió en que la importancia de la empresa, con 12.000 empleados y 100 barcos, así como “un nombre buenísimo en España y en el mundo”, la ayuden a salir adelante. Y eso, a pesar incluso de los problemas judiciales: la imputación por fraude del presidente de Damm, uno de los soportes del nuevo consejo de administración. A este respecto, se mostró confiado en que “se resolverá seguro” y también señaló que la responsabilidad civil de la sociedad, cifrada en 1.200 euros por el juez Ruz, “no tendrá trascendencia porque el auto jurídicamente no está bien planteado” y porque “sería absurdo cargarse la compañía”.

Por su parte, Deloitte, el administrador concursal de la empresa, en suspensión de pagos y con un agujero de 1.600 millones, señaló que la empresa es viable si hay quita, aunque no se puede "desechar la venta de activos no esenciales". Pescanova, según las cifras revisadas por Deloitte bajo los criterios de la ley concursal, arrastra un pasivo de 3.674 millones de euros. De esta cifra, 1.700 millones de deuda corresponden a créditos con entidades financieras.

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