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Caen las bolsas mundiales por las dudas sobre una posible intervención en Siria

El Ibex 35 se desploma un 2,96% en la mayor caída en dos meses El precio del petróleo escala hasta los 114 dólares, el mayor valor en seis meses

J. SÉRVULO GONZÁLEZ

Los temores ante una inminente intervención militar en Siria por parte de Estados Unidos desataron este martes los nervios en los mercados que se tiñeron de rojo y vivieron una jornada de ventas en casi todas la plazas del mundo. La inestabilidad política en Italia y la incertidumbre ante la posibilidad de que sea necesario un nuevo rescate financiero para Grecia después del verano contribuyeron al mal comportamiento de los mercados, que también viven días de alta volatilidad ante las dudas sobre la fortaleza de los países emergentes.

El selectivo español, Ibex 35, fue el índice bursátil que peor se comportó de entre las grandes plazas europeas. La Bolsa madrileña sufrió el mayor descalabro desde hace dos meses y se dejó un 2,96% hasta perder los 8.400 enteros (cerró en 8.394 puntos). Todos los valores del selectivo español acabaron en negativo, pero fueron las acciones de algunas entidades financieras las que más contribuyeron a las pérdidas: El Banco Popular se dejó un 7,98%, el Sabadell, un 6,36% y Bankinter, un 5,91%. Las constructoras Sacyr y OHL también se dejaron en torno a un 5%. El informe de Moody´s aludiendo a que la economía de los países de la periferia de Europa no se recuperaría hasta dentro de tres o cuatro años alimentó la inquietud en el parqué madrileño.

El resto de plazas europeas también se tiñeron de rojo y de nada sirvió el buen dato de confianza empresarial en Alemania, que volvió a subir con fuerza por cuarto mes consecutivo —este índice sirve de termómetro para determinar el vigor de la economía germana—. Fráncfort se dejó un 2,28% mientras que París cerró la jornada con una pérdida del 2,42% y Roma también arrojó pérdidas del 2,34%.

Los mercados asiáticos no quedaron ajenos al movimiento bajista en casi todas las plazas del mundo. El Nikkei de Tokio bajó este martes un 0,69%, pese a acumular una subida del 30% en lo que va de año.

Las palabras del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que afirmó la víspera que “todas las pruebas” apuntan a la responsabilidad del Gobierno sirio en un ataque químico en las afueras de Damasco, causaron nerviosismo en los parqués de todo el mundo debido al temor fundado de que EE UU y sus aliados desplieguen en breve un operativo militar en Oriente Medio. Medios estadounidenses apuntaron a que estos planes podrían desarrollarse antes del jueves.

Esta situación intensificó las pérdidas en Wall Street. El Dow Jones, el principal indicador, registraba números rojos del 0,8% a dos horas del cierre y se hundía por debajo de la barrera de los 15.000 sobre la que lleva semanas pivotando. El selectivo S&P 500 bajaba al mismo tiempo el 1,15% y el índice compuesto del mercado Nasdaq se dejaba un 1,55% para rozar el límite de los 3.600 puntos.

Las tensiones se han trasladado al mercado de las materias primas. El precio del barril de petróleo Brent, la referencia en Europa, superó los 114 dólares y alcanzó máximos de los últimos seis meses. El crudo es un valor volátil que sube con fuerza en cuanto hay indicios de caída de la producción, una premisa que se valora ante las tensiones en Oriente Medio.

A pesar de todo, el Tesoro Público regresó este martes con éxito a los mercados. Logró colocar 4.166,7 millones en letras a tres y nueve meses a un precio inferior al de la última subasta. La rentabilidad del bono español a 10 años, de referencia para calcular la prima de riesgo, se quedó en el 4,5%.

La inestabilidad política en Italia ante la situación judicial de Berlusconi que pone en riesgo el Gobierno de Letta ha estrechado el margen entre la prima de riesgo española (265 puntos) y la italiana (260) hasta mínimos desde marzo de 2012.

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Sobre la firma

J. SÉRVULO GONZÁLEZ
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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