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PORTUGAL GOBIERNO

Tensa espera en Portugal ante las conversaciones entre partidos políticos

El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho (c), pronuncia un discurso durante el debate del Estado de la Nación en el Parlamento en Lisboa (Portugal). EFE/Archivo
El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho (c), pronuncia un discurso durante el debate del Estado de la Nación en el Parlamento en Lisboa (Portugal). EFE/ArchivoEFE

Portugal continúa expectante ante el inicio de las conversaciones entre los partidos lusos, proceso en el que todavía faltan por definir plazos y participantes y de cuyo resultado depende la solución a la actual crisis de Gobierno.

La mayoría de líderes políticos del país mantuvo hoy un prudente silencio mientras la tensión crece a su alrededor, después de que el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, les reclamara ayer rapidez para sentarse a negociar y los mercados volvieran a penalizar la inestabilidad castigando la deuda con mayores tasas de interés.

Incluso los democristianos del CDS-PP, socios del Ejecutivo conservador, decidieron desconvocar su congreso nacional previsto para el próximo fin de semana, según informaron hoy medios lusos, debido precisamente a la situación de incertidumbre en la que está sumido el país a nivel político.

El CDS-PP tenía previsto celebrar esta convención el 6 y el 7 de julio, aunque decidió aplazarlo dos semanas por el estallido de la crisis de Gobierno, un plazo que finalmente fue insuficiente.

Este retraso puede demorar la cita más de dos meses, hasta después de las elecciones locales de finales de septiembre, de acuerdo con las mismas fuentes.

En torno al congreso del CDS-PP existía cierta expectación, ya que iba a permitir comprobar el grado de apoyo con el que cuenta su líder, Paulo Portas, después de que su dimisión como ministro de Exteriores (posteriormente aceptó continuar en el Gobierno) pusiera en peligro la coalición conservadora en el poder.

También decidieron posponer su visita a Portugal los técnicos de la troika -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional- cuya octava evaluación al programa luso debía comenzar el 15 de julio.

Los organismos internacionales aceptaron la petición del Gobierno portugués de aplazar su viaje a Lisboa hasta que se resuelva la crisis política, algo inédito desde que se solicitara la ayuda internacional en abril de 2011

Mientras los partidos mayoritarios portugueses guardaban hoy silencio, los grupos de extrema izquierda hablaron públicamente y centraron sus críticas en el principal grupo de la oposición, el socialista, al que instaron a aclarar su postura.

El Partido Socialista (PS) recibió la llamada esta semana del jefe de Estado para sumarse a un proceso de diálogo a tres bandas junto a las dos formaciones conservadoras que gobiernan en coalición, con el objetivo de alcanzar un "compromiso de salvación nacional".

Los socialistas se mostraron dispuestos a participar, aunque con la condición de que las conversaciones se amplíen también a las fuerzas de izquierda, que sin embargo rechazaron hoy que estén interesadas en cualquier tipo de negociación con el actual Ejecutivo.

Desde el marxista Bloque de Izquierda, Joao Semedo aseguró que su grupo no tiene intención "de formar parte de la familia de la troika", criticando a conservadores y socialistas por haber acordado con ésta las draconianas condiciones del rescate financiero concedido en 2011.

"Si el PS se siente mal escoltado y quiere ahora la compañía del Bloque de Izquierda, la solución es no aceptar la invitación de Cavaco Silva para asociarse a los conservadores", afirmó Semedo.

El líder de los comunistas portugueses, Jerónimo de Sousa, señaló por su parte que su partido "no se siente ofendido" por la decisión de Cavaco Silva de no invitarles a sumarse a este proceso de diálogo.

"El presidente escogió a quienes cree que pueden concretar su visión, de derechas, y, aunque el PS acceda a conversar, el país no va a querer seguir por ese camino, estoy seguro de que el pueblo va a luchar contra esas políticas", indicó.

La crisis de Gobierno abierta en Portugal se encuentra también influenciada por la inminencia de los comicios locales del 29 de septiembre, en un momento en el que la confianza de los portugueses en sus líderes e instituciones cae en picado, según todos los sondeos.

Con su economía en recesión por tercer año consecutivo y el desempleo en niveles nunca vistos (el paro roza ya el 18 %), la sociedad se ha mostrado cada vez más crítica con la política de austeridad aplicada a rajatabla por el Gobierno conservador en los últimos dos años a instancias de la troika.

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