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Los depósitos y el ‘efecto dominó’

El límite al rédito del pasivo origina un incipiente trasvase de dinero a otros productos

David Fernández
Oficina de Mapfre, en Madrid.
Oficina de Mapfre, en Madrid.Carlos Rosillo

La recomendación que hizo a principios de año el Banco de España (BdE) a las entidades de limitar la rentabilidad de los depósitos y otros productos de pasivo está teniendo un efecto dominó en muchos activos financieros. Con una inflación interanual del 1,7% —prácticamente lo mismo que el rendimiento máximo que sugiere el BdE para los depósitos a un año—, los inversores se han visto empujados a buscar rentas más allá del activo por excelencia del ahorro más conservador.

El trasvase de fondos hacia otros productos es generalizado. En el caso de los fondos de inversión, uno de los activos más penalizados desde que comenzó la crisis, el número de partícipes se incrementó en más de 200.000 personas en el primer semestre del año con unas suscripciones netas (entradas de dinero menos retiradas de capital) de 8.500 millones de euros, la mayor cifra desde 2005. El flujo de dinero que ha aterrizado en la inversión colectiva ha ido sobre todo a fondos de renta fija a corto y largo plazo, monetarios y gestión pasiva. Tras el estallido de la crisis, las redes de las entidades financieras se habían volcado en la venta de depósitos, y ahora, tras el toque de atención del supervisor bancario, han empezado a promocionar más los fondos, un producto que les permite mejorar sus márgenes después de años vigilando sus ratios de balance.

Otro de los grandes beneficiados por la pérdida de brillo de los depósitos es el sector asegurador. Mientras que en 2012 la caída de las primas del ramo de vida fue del 10,5%, entre enero y mayo de 2013 se observa un significativo aumento de 10.400 millones, un crecimiento del 8,5%. El incremento corresponde a productos de rentas vitalicias y planes de previsión asegurados, en algunos casos con un tipo de interés garantizado referenciado a la deuda pública española (superiores al 3%).

Una pesadilla para el sector asegurador

La economía mundial vive una situación muy especial con los tipos de interés más bajos que se recuerdan. Esta iniciativa de los bancos centrales para reactivar el crecimiento, sin embargo, se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para los directores de inversiones de las aseguradoras, ya que encuentra dificultades para encontrar rentabilidades decentes sin asumir un riesgo excesivo.

The Boston Consulting Group y AXA ha publicado un estudio cuyos resultados se basan en entrevistas con responsables de inversión de 30 aseguradoras europeas. Un 68% de los participantes identificaron los bajos tipos de interés como su principal reto, seguido por las nuevas regulaciones (58%) y la complejidad de la gestión del riesgo (47%). Un aspecto que crece es la preocupación porque se prolongue la intervención política de la economía.

El estudio pone de manifiesto que, aunque hay un creciente apetito por parte de los directores de inversiones por contrarrestar el impacto del entorno de bajos tipos mediante la asignación a fuentes alternativas de retorno, se ha producido “un cambio real muy limitado” hacia la diversificación de las carteras de inversión. “La mayoría de las aseguradoras se comprometen a destinar hasta un 10% de sus carteras a clases de activos alternativos; no obstante, actualmente solo tienen un 2% o un 3%”, según este trabajo.

La salida de dinero de los depósitos en lo que va de año, que fue especialmente significativa en abril pasado tras el rescate de Chipre —que introdujo quitas a los depósitos de más de 100.000 euros—, no se ha notado tanto, de momento, en el capital invertido por las familias y sí en el dinero del grupo denominado “otras instituciones financieras no monetarias” que engloba fundamentalmente fondos de titulización, sociedades de valores, firmas de capital riesgo o gestoras de fondos. Habrá que esperar a finales de año, cuando venzan los últimos depósitos sin limitaciones de rentabilidad, para ver hacia dónde se dirige el grueso del dinero que los particulares tienen en este producto.

El depósito ha sido el refugio tradicional de buena parte de los ahorradores españoles. La travesía que han emprendido algunos de estos inversores en busca de nuevos caladeros de rentabilidad ha activado el radar de los supervisores financieros para asegurar que aterricen en activos que encajan con su perfil. La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, dejó patente su preocupación por esta tendencia cuando presentó el plan de actividades de este organismo para 2013. “La CNMV iniciará una serie de acciones de supervisión con voluntad de anticiparse en la detección de posibles problemas y atajar, en una fase muy temprana, futuros conflictos para los inversores. Estos trabajos estarán enfocados especialmente en la vigilancia del proceso de migración de ahorro que se ha iniciado desde los depósitos bancarios hasta otros productos financieros”, señaló. La CNMV vigila, sobre todo, la transparencia y la información que proporcionan los fondos más comercializados (renta fija y garantizados).

En el caso del repunte del sector asegurador, la responsable de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, Flavia Rodríguez-Ponga, se ha puesto en contacto con las entidades de banca-seguros, a través del departamento de prácticas de mercado, para pedirles un esfuerzo con el objetivo de que el comprador de un seguro “conozca que está invirtiendo en un producto asegurador” y sea conocedor de las diferencias con otros productos y de sus características.

Uno de los aspectos donde más incidencia han hecho es en las penalizaciones que pueda sufrir aquel cliente que rescata con anticipación el dinero invertido en un seguro. “En nuestra labor supervisora tenemos que pedir a las entidades que comprueben que quien invierte en seguros debe saber que puede ser o no un activo para el corto o largo plazo, dependiendo de qué producto sea”, subraya Rodríguez-Ponga. “El seguro, además de una inversión, es una cobertura ante una serie de contingencias. Esto es importante. Todas estas peculiaridades las debe conocer el ahorrador, debe entender que no está contratando un nuevo depósito al comprar un seguro”, añade.

Los seguros de vida que más crecen son los de banca-seguros y los tradicionales. No crecen tanto los denominados Unit Linked, donde, en principio, podrían presentarse mayores problemas, porque ofrecen una rentabilidad más elevada, pero esta no está garantizada y el cliente asume el riesgo de las inversiones que está realizando la entidad aseguradora. “Es verdad que en los folletos explicativos de los Unit Linked se citan estos riesgos, pero una cuestión es que la información sea entregada, y otra distinta, que el ahorrador la analice y conozca. Estamos pidiendo que se informe con claridad de que el inversor asume el riesgo de las inversiones que haga la aseguradora”, señala la responsable de seguros.

Al margen de que la llegada de nuevos ahorradores al seguro pueda suponer ciertos riegos sobre la idoneidad del producto para el perfil de riesgo y las necesidades de liquidez del cliente, lo que Rodríguez-Ponga quiere dejar claro es que aquel que compra un seguro “puede estar tranquilo de la solvencia en el ámbito general del sector”.

Una de las labores que realiza la Dirección General de Seguros y Pensiones es el control de las inversiones que realizan las entidades aseguradoras. “Las compañías realizan inversiones bastante prudentes. Además, la legislación actual exige un grado de diversificación adecuado. Los márgenes de solvencia del sector son suficientes, lo que permite un colchón por si se produjera una caída adicional del precio de los activos donde tienen invertido el dinero. Todo ello en el ámbito del sector. Luego, cada entidad tiene sus niveles concretos”, asegura Rodríguez-Ponga.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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