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La troika advierte de que el riesgo para la banca española sigue siendo elevado

Europa y el FMI temen que la recesión dañe a las entidades y al crédito. La misión internacional destaca que España sigue adelante con las condiciones del rescate

Manifestación contra la troika en Barcelona.
Manifestación contra la troika en Barcelona. EFE

Si la banca castiga a la economía sin crédito y provoca una recesión, ésta se la devuelve dañando los balances de las entidades. Es un círculo infernal que el Gobierno y Europa tratan de romper, aunque sin éxito hasta el momento. La troika, compuesta por la Comisión Europea, el BCE y el FMI, advirtió ayer de este peligro en su nuevo examen sobre el programa de rescate de España para sanear su sector financiero.

“Dada la situación económica adversa, continuó el desendeudamiento de las empresas y el ajuste del mercado inmobiliario, que afecta gravemente a los volúmenes de los préstamos y afecta a la calidad de los activos bancarios. Es necesario continuar con una estrecha supervisión del sistema para preservar la estabilización definitiva de las entidades”, asegura el comunicado de la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Y concluye: “Los riesgos para la economía y para el sector financiero se mantienen elevados”. En sentido parecido se manifestó el Fondo Monetario Internacional (FMI), que lanzó un comunicado en paralelo tras el examen a que ha sometido una misión de los hombres de negro al sistema financiero español entre el  21 al 31 de mayo.

Los prestamistas hacen un balance agridulce del examen al que se ha sometido a la banca española en los últimos quince días. Pese a estas advertencias, los tres organismos que han puesto a disposición de España hasta 100.000 millones de euros para limpiar los activos dañados del sector financiero, consideran que el Gobierno está cumpliendo los deberes impuestos como condiciones para el rescate.

Con este lenguaje lleno de advertencias pero sin respuestas, la troika alerta de que los activos bancarios continúan deteriorándose, lo que podría generar que, al final, los bancos con problemas necesiten más de los 40.000 millones que hasta ahora han usado del dinero europeo. Pese a este riesgo, el Gobierno asegura que no pedirá más dinero, aunque cada día surgen más voces que reclaman una nueva inyección a la banca para que regrese el crédito.

Hay otro aspecto en el que se han fijado los inspectores que viajaron a España para elaborar el tercer informe sobre el plan de rescate: los cambios normativos sobre desahucios. “En este contexto, el Gobierno español se ha involucrado en la conciliación y el equilibrio de los intereses legítimos de los deudores hipotecarios con problemas de estabilidad financiera. La aplicación de la nueva ley en esta materia debe ser vigilada para evaluar si la compensación es apropiada para garantizar la estabilidad financiera. Un diagnóstico de la evolución de la calidad de los activos, de la solvencia y de la capacidad de resistencia de la banca española sigue siendo importante en este contexto”.

Con este apunte parece quitar algo hierro a la reciente nota del BCE en la que reclamó al Gobierno “medidas más amplias que aborden las causas subyacentes” de las ejecuciones hipotecarias. Y destaca que lo más importante es la estabilidad de los bancos. Ya en aquel momento se decía que la estabilidad se debía ponderar, pero que aun así al Gobierno le había faltado ambición para abordar un problema social tan grave.

Además del crédito y la morosidad, la Sareb fue otra de las obsesiones de los inspectores. Esta sociedad afronta el “gran desafío” de gestionar y desinvertir con éxito en un entorno “de condiciones todavía muy difíciles para el mercado inmobiliario”. Es decir, dudas.

El FMI también pide rigor con las provisiones por créditos refinanciados. Así, el Fondo da la bienvenida a la reciente aclaración de España de los criterios para determinar la clasificación de los préstamos refinanciados y reestructurados, pero añade: “La aplicación rigurosa de estos criterios debería ayudar a asegurar una provisión adecuada para cubrir las pérdidas en préstamos”.

La troika también lanza alabanzas: dice que las condiciones del Mou “casi se ha completado”. “Los mercados financieros españoles se han estabilizado aún más desde la última revisión, con una caída del interés de los bonos soberanos y corporativos junto a una menor volatilidad. En paralelo, la situación de liquidez del sector bancario español ha mejorado”. El Gobierno se agarró a esta parte para decir que la valoración de la troika sobre España “era positiva”. Entre las grandes entidades se echó en falta una distinción entre entidades buenas y malas para abrirles los mercados. Ahora todo está pendiente del informe del 17 de junio, que abordará el asunto con profundidad.

Pese a no citar en ningún momento ni la normativa antidesahucios aprobada por Andalucía y Canarias o las reformas legales impulsadas por el Gobierno central, la troika insiste en que habrá que controlar la puesta en marcha de las nuevas normas para determinar si son apropiadas para garantizar la estabilidad financiera. Es decir, Bruselas y Fráncfort admiten las preocupaciones de los desahuciados, pero ponen el acento sobre la necesidad de asegurar en todo momento la estabilidad de los bancos.

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