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España ha perdido competitividad durante el último año

El país pasa del puesto 39 al 45 en una clasificación anual de los 60 Estados más competitivos elaborada por la escuela de negocios IMD

España ha perdido competitividad frente al resto del mundo durante el último año. Nuestro país ha pasado del puesto 39 al 45 en una clasificación anual de los 60 Estados más competitivos del mundo, elaborada por la escuela de negocios suiza IMD.

Según el informe, España debe completar la restructuración de su sistema financiero, unificar su mercado laboral, reducir el peso de la administración, internacionalizar sus Pymes y acelerar la reforma del sistema de pensiones si quiere ser más competitiva en 2013.

El estudio, que se basa en datos económicos y encuestas realizadas a más de 4.200 ejecutivos del mundo, también se suma a las discusiones sobre las consecuencias de las políticas de austeridad aplicadas en Europa. “Mientras la zona euro sigue atascada, el regreso de Estados Unidos al primer puesto en competitividad y las mejores noticias que llegan desde Japón relanzan el debate sobre la austeridad. Las reformas estructurales son inevitables, pero el crecimiento sigue siendo un requisito para ser competitivos”, señala Stephane Garelli, el director del IMD.

Estados Unidos, uno de los países que ha elegido políticas de estímulos monetarios para salir de la crisis, consigue el primer puesto de la clasificación gracias a “la recuperación de su sistema financiero, una importante innovación tecnológica y empresas exitosas”.

En Europa, Suiza (nº2), Suecia (4) y Alemania (9) están entre los países más competitivos. Su éxito reside en una producción orientada hacia las exportaciones, sus economías diversificadas, la fortaleza de sus Pymes y su disciplina fiscal.

Los países del sur de Europa —España, Italia (44), Portugal (46) y Grecia (54)— se están quedando rezagados porque “no diversificaron bastante sus industrias, no controlaron sus gastos públicos y se enfrentan ahora a programas de austeridad”.

España se enfrenta, por último, a otra circunstancia que puede lastrar su competitividad: un paro de más de seis millones de personas. "Los países deben mantener la cohesión social para ser prósperos", asegura Garelli.

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