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Mi empresa no me valora, ¿debo cambiar de empleo?

Expertos en selección de personal y `headhunters´ analizan para EL PAÍS las razones para marcharse o no de una empresa cuando el empleado no se siente valorado

Hay diversos factores que influyen a la hora de tomar una decisión sobre si abandonar o no una empresa por sentirse poco valorado. Éstos tienen que ver con lo material, lo profesional y los valores, cuestiones en las que debe haber un nivel mínimo y un equilibrio entre todos ellos. Ésta es uno de los aspectos que apuntan los especialistas en el mercado laboral de escuelas de negocios y universidades al responder a la segunda cuestión planteada en este nuevo debate: ¿qué hago si me empresa no me valora?

El código de valores de la empresa y de la persona, incluso la personalidad y, sobre todo, que haya una cierta compatibilidad entre ambos son aspectos clave que se deben tener en cuenta a la hora tomar una decisión sobre la carrera profesional que se está desempeñando. Pero, además, el profesional debe sopesar cuestiones como que no solo se avanza ascendiendo, sugieren los expertos. También se crece al acceder a puestos de trabajo que requieran aprender nuevas habilidades o, por ejemplo, con una experiencia internacional.

Pero cuando los empleados se sienten desatendidos en su desarrollo profesional, advierten también los especialistas, es que algo falla en las políticas de la empresa encaminadas a retener el talento, y cuando un profesional está en un puesto por el que no siente motivación, la compañía está desperdiciando un activo importante.

En cuanto al trabajador que se plantea la falta de valoración por parte de su empresa, es recomendable que haga un análisis de cuestiones como su actitud -que sea positiva es fundamental- o incluso preguntar al departamento de Recursos Humanos si en efecto no le valoran porque puede que sí lo hagan y les interese retener su talento atendiendo a sus ganas de progreso en la compañía. Aunque, en definitiva, como dicen estos especialistas, el que diseña su carrera es uno mismo.

Éstas son las respuestas de los expertos consultados por EL PAÍS a esta cuestión:


MARGARITA MAYO / Vicepresidenta de la European Academy of Management y profesora de Organizational Behavior en IE Business School

La decisión de permanecer o marcharse de una empresa es complicada y hay que tener en cuenta muchos factores. Es fundamental que exista un encaje entre la cultura de la empresa y los valores del empleado. Las empresas, como las personas, tiene un código de valores e incluso, podríamos decir que una cierta personalidad. Igual que en un matrimonio, debe de haber una compatibilidad para que la relación funcione. Por ejemplo, si tu valoras participar en la toma de decisiones y tener autonomía y flexibilidad a la hora de realizar tu trabajo, entonces estarás más satisfecho, y probablemente seas más productivo, en una empresa que se caracteriza por una cultura orgánica y poco jerarquizada.

Uno de los valores más importantes para muchos empleados es el desarrollo profesional. Sin embargo, este deseo y necesidad de avanzar profesionalmente puede tomar muchas formas distintas y no necesariamente tiene que ir asociado a un cargo de mayor responsabilidad o una posición más alta en la jerarquía. Ahora que muchas organizaciones están apostando por estructuras más planas este tipo de avance no siempre es posible. Por lo tanto, otras formas de crecer profesionalmente es acceder a nuevos puestos que requieren el aprendizaje de nuevas habilidades o nuevas experiencias. Por ejemplo, el reto de una experiencia internacional es una gran oportunidad de desarrollo profesional.

Si tu empresa no te abre caminos claros que tu consideras importantes para tu desarrollo profesional entendido de una forma amplia, entonces hay dos alternativas. Si estás contento con la cultural general de tu empresa, lo primero sería buscar la oportunidad de mayor crecimiento profesional dentro de la propia empresa. Un cambio interno puede ser la solución más sencilla que a veces puede pasar inadvertida. Si, por el contrario crees que en tu empresa actual no puedes prosperar, puede ser el momento de empezar a buscar alternativas. No hay porqué tener miedo al cambio siempre que se realice después de un análisis profundo y estratégico de cuáles son tus motivaciones y aspiraciones en el futuro. Uno de los mayores cambios en el mundo empresarial actoral es que el diseñador de tu carrera profesional eres tú mismo.

Unas adecuadas políticas de recursos humanos tanto en temas de desarrollo como de retención de talento debidamente alineadas con la estrategia de la organización son fundamentales para la consecución de los objetivos de ésta.

Cuando un profesional se siente desatendido por su empresa en uno de sus aspectos relevantes, como es su desarrollo profesional, es que algo falla en las políticas de retención del personal.

La decisión de una persona de marcharse o no, dependerá de un una serie de factores internos y externos que le van a condicionar en su decisión final.

En cuanto a las razones para permanecer o para marcharse están relacionadas con los factores. El primer grupo de factores son intrínsecos a la persona, por ejemplo la aversión al cambio e inseguridad personal; ciertos derechos adquiridos (antigüedad, indemnizaciones, beneficios sociales etc.); situaciones personales y familiares (hijos o hipotecas, entre otras); nivel de empleabilidad personal (profesión, sector, etc.). El segundo grupo de factores son externos o de entorno, entre ellos, la crisis económica generalizada; la precariedad del mercado laboral; el clima laboral en el trabajo; el nivel retributivo.

Las razones para marcharse corresponden principalmente al ámbito de la motivación personal. Entre estas encontramos el espíritu emprendedor y la implicación en nuevos proyectos que atraen a los profesionales inquietos y con talento. Así, un nuevo reto que represente un avance en el desarrollo profesional en una nueva empresa puede captar la atención de cualquier persona que aspire a crecer en el mundo laboral y decantar la decisión de la misma.

La empleabilidad y el nivel competencial personal son elementos claves para el desarrollo profesional tanto en la propia empresa como en una nueva organización. En este sentido, la formación continua especializada constituye una herramienta imprescindible en el desarrollo profesional.

Para que una persona permanezca en una empresa necesita tener cubiertos tres planos motivacionales: el plano material, el plano profesional y el plano de los valores. Si no existe un nivel mínimo en cada uno de ellos, no existe el equilibrio necesario para la estabilidad y la permanencia en la empresa y es una razón más que suficiente para marcharse en cuanto se le presente una oportunidad. En este caso no se alcanza el nivel mínimo en el plano profesional.

La persona siente que la empresa se cuenta con él y se le valora, condiciones necesarias para el equilibrio en el plano de los valores. No nos informa de su situación en el plano material, es decir, sobre su nivel de retribución y sobre sus condiciones de trabajo, por lo que hay que suponer que está razonablemente cubierto. El problema, por tanto, se plantea únicamente en el plano profesional. La empresa no le ofrece ni una función en la actualidad que tenga un contenido acorde a sus posibilidades, ni unas perspectivas profesionales que le permitan un desarrollo de sus capacidades, una promoción profesional y unas expectativas de futuro ilusionantes.

De todas maneras y para completar la explicación, hay que tener en cuenta, que ese equilibrio personal, cuesta alcanzarlo, hay que tener empeño en conseguirlo y las circunstancias de la vida han de ser propicias. Hay que ser realistas, para no sobrevalorarse y pretender objetivos fuera de nuestro alcance, que conducen a la frustración. Hay que tener paciencia, constancia en el esfuerzo, humildad y madurez para ser conscientes y asumir con realismo las cualidades y las limitaciones de cada uno, lo que se llama “fortaleza reflexiva”. Hay una frase muy oportuna, que resume esta idea: “Hay que tener firmes las manos en el arado, es decir, ser realistas y conocer bien nuestras posibilidades… y a la vez tener un hilo atado a una estrella, es decir, ser audaces en los retos a plantarse…. sin dejar las manos del arado". Es la diferencia entre “audacia”, retos alcanzables con esfuerzo que dejan un poso de satisfacción, y “utopía”, retos inalcanzables, que conducen a la frustración permanente.

En mi opinión, una vez constatado que la situación es tal como se describe, se produce un desequilibrio que no puede mantenerse durante mucho tiempo. Lo lógico es que aguante en la empresa mientras no tenga otras oportunidades, pero mi consejo es que se ponga a buscar otra empresa que le ofrezca unas posibilidades mayores que le permitan demostrar sus capacidades, plantearse retos cada vez mayores y alcanzar un equilibrio personal y profesional.

Si usted en un profesional cualificado, con experiencia y formación adecuada para el puesto que desempeña y piensa que no avanza profesionalmente, quizás su empresa no le está valorando como usted considere que se merece. Cuando una persona siente que su carrera profesional ha llegado al tope en una empresa debe dar un paso y continuar su vida laboral en otra compañía. Ahora bien, en las circunstancias actuales, de fuerte crisis económica, sobre todo en algunos sectores, deberá valorar si usted podría encontrar trabajo en otra empresa que le permitiera no sólo encontrar la motivación necesaria si no que le garantice desarrollar su carrera profesional para dar ese importante paso.

Cuando más tiempo permanezca una persona en un puesto por el que no siente ninguna motivación y, lo que es peor, no prevé encontrarla en un futuro, la empresa estará desperdiciando un activo importante y usted estará dañando e hipotecando su futuro profesional. Cuanto antes se decida a dar ese paso más posibilidades tendrá de alcanzar sus expectativas.

Para dar este paso debe estar seguro, puede ser que usted considere que no está bien valorado pero la empresa crea lo contrario. Si la empresa cuenta con un Departamento de Recursos Humanos, que evalúa adecuadamente a sus empleados tendrá una valoración de los mismos. A la empresa le interesaría retener al mejor talento y que este no vaya a la competencia. También puede ocurrir que, aunque su empresa reconozca que es un buen profesional, la actividad que realiza no le permita desarrollar todo su potencial. Para ello sus directivos deberían informarle para reorientar su carrera, mediante formación, hacia otras actividades con mayores oportunidades de crecimiento. Es importante diferenciar si lo que impide su promoción es el tipo de actividad que desempeña (el puesto) o que la empresa considera que usted no puede promocionar más (la persona).

Mi consejo es que elabore su currículo y acuda a una empresa de selección (en función del puesto que desempeña actualmente) que le asesore. Tantee el mercado, póngase en valor y si encuentra una oportunidad que le permita satisfacer sus expectativas, adelante. De lo contrario no debe arriesgarse a perder su puesto sin estar seguro de lo que puede encontrar. No olvide que aunque usted considere que no le valoran adecuadamente si el mercado, en este caso las empresas, no lo ve así no encontrará otro puesto que satisfaga sus expectativas.

Hay una frase que aprendí hace tiempo y es que cada uno hace su puesto. Y es mucho más cierto de lo que pensamos en la mayoría de los casos.

Si te sientes valorado pero crees que no avanzas profesionalmente, deberías hablarlo con tu superior, mostrarle tus logros y fortalezas y ver con él de qué manera podrían ampliarse funciones o responsabilidades para que puedas sentir que progresas.

Si tienes talento y tu empresa lo valora, te será sencillo trazar un plan conjunto. Para ello es importante que te muestres como una persona siempre activa, enérgica y positiva.

También es aconsejable seguir formándote, seguir aprendiendo de tu área y de las áreas de la empresa que tengan relación con tu cometido. Eso amplía tus posibilidades de crecimiento y sobre todo permite que otras personas de la compañía puedan conocerte y contar contigo en un futuro.

Y sobre todo: no olvides nunca que, decidas lo que decidas, una actitud positiva es fundamental. La inquietud por aprender y las ganas de aportar son las que te ayudarán, elijas lo que elijas. Y desde luego saber encontrar en cada paso cuáles son las motivaciones para una opción u otra, te ayudará a sentirte más lleno con lo que hagas, que en la mayoría de los casos es la receta del éxito.

Hay una serie de criterios que ayudan a decidir cómo planificar la carrera profesional. Las actuaciones de la empresa que nos llevarían a salir o quedarnos en la compañía son las siguientes:

- Si revisa los programas de movilidad internacional, por ejemplo, definiendo el número de años mínimo para rentabilizar la expatriación y asegurar tu participación: quedarse.

- Si no actualiza cada dos años las estrategias de la gestión de talento interno en la empresa: salir.

- Si define las competencias emocionales clave para asegurar la movilidad nacional e internacional como factor clave de éxito: quedarse.

- Si hay falta de coherencia en las políticas de movilidad con los objetivos de cada año sobre la gestión de talento: salir.

- Si no tiene en cuenta los recursos internos de talento antes de movilizar recursos externos de mayor coste y menor garantía de encaje a corto plazo: salir

- Si actualiza y cambia los indicadores de referencia (acerca del número y calidad de los jefes) sobre la actuación profesional: quedarse.

- Si hay retorno de las personas que estuvieron en el extranjero y regresaron a la empresa ocupando un lugar que nos parece adecuado: salir

- Si los actores protagonistas de talento se han quedado en la primera etapa de su actividad profesional cuando el mapa de talento tienen largo recorrido: salir

- Si se actualizan los contenidos de los programas de dirección y liderazgo basados en valores sociales pragmáticos, éticos sociales y de desarrollo: quedarse

- Si diseña nuevos modelos de dirección y liderazgo de personas en base a eficiencia, valores espirituales para el desarrollo de la felicidad y para alcanzar un modelo universal de coherencia en el liderazgo: quedarse.

- Si pone dificultades en la creación de blogs profesionales, acceso a Twitter y Facebook para evitar la promoción del capital social de cada empleado: salir

- Si crea un grupo de expertos internos con categoría directiva para ejercer los roles de mentor y coach de los mejores evaluados en la gestión del desempeño: quedarse.

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