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Un centenar de entidades de todo el mundo reclaman deudas a Pescanova

Deloitte pide a los bancos 50 millones de euros para la empresa en concurso

Cristina Delgado
Un camión sale de la sede central de Pescanova en Chapela
Un camión sale de la sede central de Pescanova en ChapelaMIGUEL VIDAL (REUTERS)

Pescanova vuelve a la casilla de salida. Deloitte, administradora concursal de la compañía pesquera, se reunió ayer con la banca acreedora para tratar de elaborar una estrategia que permita a la compañía evitar ser liquidada. Los bancos vivieron casi un déjà vu: Pescanova ya realizó reuniones con ellos en marzo, cuando había presentado el preconcurso. Entonces y ahora el fin de la reunión era el mismo: conseguir 50 millones en préstamos para seguir funcionando. Sin embargo, ayer había dos importantes diferencias. Por una parte, tal y como reclamaban las entidades, el presidente Manuel Fernández de Sousa ha sido apartado de la gestión. Sin embargo, los problemas han surgido por otro lado: los acreedores bancarios no son 46, tal y como señaló la compañía en marzo, sino cerca de un centenar.

Tanto el pasivo como la cifra de acreedores reales duplican lo que la firma había asegurado tener

La salida de Fernández de Sousa permitió ayer que la reunión se desarrollara “de manera más fluida” y que los bancos otorgaran “mayor fiabilidad” a los datos de Pescanova, según aseguraron fuentes financieras. Entre las primeras pesquisas sobre la deuda por parte de Deloitte, una primera sorpresa: no solo la deuda bancaria duplica lo confesado y se acerca a 3.000 millones, sino que también los bancos acreedores son más del doble de lo que dijo la compañía. Pescanova le debe dinero a entidades de Namibia, Suráfrica, Honduras, Chile... Y de casi todos los países donde la multinacional tiene actividad comercial o plantas de acuicultura. La mayoría de los nuevos acreedores internacionales reclama dinero solicitado por las filiales.

Hasta ahora la empresa había asegurado que los bancos implicados eran 46. Entre ellos, se organizaron hace dos meses para formar un núcleo duro con siete entidades conformado por La Caixa, Banco Sabadell, Banco Popular, Bankia, Novagalicia, Royal Bank of Scotland y Deutsche Bank, para dirigir las negociaciones. Ayer fueron de nuevo estas entidades (a excepción del Popular, que se ausentó) las que se reunieron con la compañía. La petición de Deloitte no distó de la realizada por Sousa hace más de un mes: pidió 50 millones a las entidades para que la compañía pueda seguir haciendo frente a los pagos del funcionamiento diario. Los bancos no dieron una respuesta. Acordaron “estudiar la petición con calma” y decidir si ofrecen más apoyo económico en una próxima reunión, para la que, de momento, no se ha puesto fecha.

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El hecho de que el mapa de acreedores haya aumentado tanto complica más las cosas. Entre las 46 entidades hasta ahora identificadas ya existían diferencias con respecto a Pescanova. Mientras los bancos españoles apuestan en general por la venta de activos de la empresa y una posible recapitalización que le permita salir adelante, entre varios bancos extranjeros la balanza se inclina hacia aceptar una quita de su deuda y alejarse cuanto antes de la compañía, ya que entre las instituciones extranjeras ha cundido la desconfianza por los escándalos en el seno de la firma. La falta de dinero para seguir financiando las actividades diarias pone contra las cuerdas a la compañía, especialmente a filiales como Argenova o PescaChile. Ambas empresas han solicitado, según la prensa local, la insolvencia. En Argentina en dos semanas empieza la temporada del langostino y los 12 barcos de Argenova permanecerán amarrados si no encuentran el dinero para faenar.

Por otra parte, la cervecera Damm, segundo mayor accionista, señaló ayer en su memoria anual que, en total, su inversión en Pescanova ha sido de 40,2 millones de euros. Tiene 1,78 millones de acciones, que a finales de 2012 (antes del concurso de acreedores) valoraba en 25 millones de euros, a 14 euros por título. Ahora las acciones están congeladas en Bolsa a 5,91 euros. La compañía aplicará el cambio de valor en sus libros este trimestre.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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