Aviva reclama 430 millones a Novagalicia por romper la alianza para vender seguros

La compañía Aviva reclama a Novagalicia Banco (NCG) 430 millones por romper unilateralmente el acuerdo suscrito en 2001 con Caixa Galicia, una de las cajas integradas en la entidad nacionalizada, para vender seguros y planes de pensiones en sus sucursales bancarias. Según consta en la memoria anual de NCG remitida a la CNMV, la entidad no ha realizado ninguna provisión para hacer frente al pago de esta cantidad, de la que 56 millones son en concepto de indemnización. Si finalmente la reclamación de Aviva sale adelante, la compensación a la aseguradora complicará aún más la ya difícil situación de la nacionalizada Novagalicia, que cerró 2012 con unas pérdidas de 7.937 millones de euros.

Aviva y Caixa Galicia suscribieron una alianza en julio de 2001 para el desarrollo, comercialización y distribución bancaria de seguros personales y planes de pensiones a través de la red de oficinas. La operación se materializó a través de la adquisición por Aviva del 50% del capital de la sociedad CXG Aviva.

Sin embargo, la alianza se rompió tras la suscripción por el FROB del 93,16% del capital del banco sin consentimiento previo y expreso por parte de Aviva. También, según entiende la aseguradora, por la integración de redes bancarias de Caixa Galicia y Caixanova en NCG Banco, lo que afectó “a la exclusividad en la comercialización de sus productos”, añade el texto.

Tras la ruptura de la alianza, Aviva solicitó el 3 de octubre de 2012 un arbitraje ante la Corte de Arbitraje de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid argumentando el incumplimiento grave de los acuerdos.

Aviva tuvo un litigio similar con Bankia, otra de las entidades nacionalizadas. En aquel caso, el conflicto se cerró con el pago de 608 millones a la aseguradora desde el grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarri.

Caída de los depósitos

Por otra parte, el informe remitido a la CNMV también recoge la fuerte caída en los depósitos sufrida por la entidad a raíz de su nacionalización, lo que provocó algunas dudas sobre la solvencia del grupo surgido de la fusión de las antiguas cajas gallegas. Así, los ahorros apostados por los clientes cayeron un 17% a lo largo de 2012, hasta los 38.424 millones, lo que supone un recorte de 7.900 millones. Si se tienen en cuenta los ajustes por valoración, la cifra definitiva se reduce a 38.808 millones.

El recorte se explica por la rebaja de las imposiciones a plazo sufrida en 2012, que corresponde con los depósitos propiamente dichos, que cayeron de los 29.000 millones de 2011 a 21.100 millones de euros a cierre de diciembre de 2012. En cuentas corrientes tenía cerca de 4.000 millones y, en cuentas de ahorro, algo más de 8.000 millones. En el mismo periodo, el pasivo en el conjunto de las entidades españoles se mantuvo sin cambios, según datos del Banco de España.

Los restantes 5.000 millones, hasta los superar los 38.000 millones, se explican por la cesión temporal de activos. También, por las polémicas participaciones preferentes, deuda subordinada y otros híbridos, cuyo saldo descendió de los 1.460 millones de 2011 a 670 millones.