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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El empleo que no llega

Con un trimestre de retraso respecto a lo previsto, el número de parados ha sobrepasado los seis millones en el primero de 2013, una cifra inimaginable al comienzo de la crisis. Es más, si no hemos llegado ya (y muy probablemente no llegaremos) a los 6,5 millones es por la reducción de la oferta de trabajo (población activa) que viene observándose desde hace unos trimestres. De hecho, el aumento del paro en este primer trimestre ha sido de nuevo menor de lo que preveíamos la mayoría de analistas, y la causa ha sido la misma que en el trimestre anterior: la elevada caída de la población activa, que ha más que contrarrestado una destrucción de empleo también algo mayor de la prevista. Los datos de la EPA del primer trimestre son, por tanto, malos, aunque con matices, por lo que nos cuenta sobre la evolución del empleo, que es la variable relevante del mercado laboral.

A la ya de por sí mala evolución tendencial de las magnitudes del mercado laboral se suma en este trimestre el factor estacional. Todos los años la economía española crea abundantes empleos temporales entre abril y septiembre y los destruye en el primer y cuarto trimestres. Por eso no tienen sentido económico las comparaciones intertrimestrales si no se corrige este factor estacional. El INE no se atreve a dar el paso, seguramente para que no se le acuse de querer disfrazar las cifras, pero todo el mundo acabaría entendiendo ese ajuste, como se hace en los países estadísticamente más avanzados, como EE UU, y como también hace el propio Eurostat. El INE ha querido dar un primer y tímido paso este trimestre introduciendo unas notas a pie de página en su presentación de los datos que remiten a su página web (INEbase), donde ofrece tasas de variación del empleo y del paro intertrimestrales sobre series desestacionalizadas. Pero esto es insuficiente, y mientras el INE no ofrezca los datos desestacionalizados completos, los analistas tendremos que obtenerlos nosotros.

Es muy probable que hayamos tocado techo en lo que respecta a número de parados y tasa de paro

Al desestacionalizar los datos, también observamos que el paro ha sobrepasado los seis millones, aunque por poco, concretamente 6,01 millones, con un aumento de unos 15.000 respecto al trimestre anterior. Es decir, casi se ha estabilizado. Pero ello ha sido porque la población activa ha disminuido en 180.000 personas, ya que el empleo se ha reducido en 195.000, un 4,5% en tasa anualizada respecto al trimestre anterior. Este ritmo de destrucción de empleo es muy elevado, pero es inferior en un punto porcentual al que se produjo en ese trimestre. Hurgando un poco en los datos, observamos dos sectores donde se ha producido una caída notablemente superior a la media: el agrario, caracterizado por su alta volatilidad, y el sector público, que acusa las medidas del ajuste fiscal (un tercio de la reducción del empleo desestacionalizado es debida al sector público). Si prescindimos de estos dos sectores, el empleo privado no agrario ha disminuido un 2% en tasa anualizada sobre el trimestre anterior, frente a una reducción del 6% en ese trimestre. Los datos siguen siendo negativos pero al menos su dirección es la buena, ya que la caída se frena significativamente.

Fuentes: INE (EPA) y Funcas (series desestacionalizadas y previsiones). Gráficos elaborados por A. Laborda.
Fuentes: INE (EPA) y Funcas (series desestacionalizadas y previsiones). Gráficos elaborados por A. Laborda.C. AYUSO / EL PAÍS

Por lo que respecta a la población activa, su reducción obedece en un 60% a la de la población en edad de trabajar (16 a 64 años), y el resto, a la disminución de la tasa de participación (porcentaje de esa población que trabaja o está buscando trabajo, que en este trimestre alcanzó el 74,8%). Las tendencias demográficas (movimiento natural de la población y flujos migratorios) nos llevan a pensar que la población en edad de trabajar va a seguir disminuyendo (actualmente lo hace a una tasa anual cercana al 1,5%). Si además la tasa de actividad también disminuye, es muy probable que en este primer trimestre del año hayamos tocado techo en cuanto al número de parados y a la tasa de paro originales (6,2 millones y 27,2%, respectivamente). En el segundo trimestre y en el tercero los factores estacionales harán bajar el paro por debajo de los seis millones, y aunque vuelva a subir de nuevo en el cuarto trimestre, es difícil que vuelva a superarse esta cifra.

Pero lo que más debiera preocuparnos es la recuperación del empleo. Si nuestro Gobierno y Europa no toman medidas para estimular la economía y la demanda de trabajo por parte de las empresas, es difícil que este crezca antes de la segunda mitad del próximo año.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

Coyuntura turística

Entre los indicadores coyunturales publicados en la semana última destaca la Encuesta de Coyuntura Turística Hotelera de marzo. Tanto los viajeros alojados en hoteles como las pernoctaciones de los mismos registraron un notable crecimiento con respecto tanto a los meses previos como al mismo mes del año anterior. Las pernoctaciones aumentaron un 8,3% interanual, cifra media ponderada de las realizadas por residentes en España (10,1% de aumento) y de las realizadas por residentes en el extranjero (6,8%). Ahora bien, estos crecimientos hay que valorarlos teniendo en cuenta que la Semana Santa se celebró este año en marzo y el anterior en abril. La serie corregida de estacionalidad y calendario laboral da una caída interanual del 2% para el total de pernoctaciones, que sigue siendo mejor (menos caída) que las tasas de los meses anteriores. No obstante, habrá que esperar a disponer de más datos, sobre todo los de abril, pues a veces los modelos de corrección del efecto Semana Santa dan cifras con elevados márgenes de error. 

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