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Unicaja reclama 400 millones para cerrar la adquisición de Caja España

El banco malagueño teme la factura del banco malo y de las preferentes La operación se debe cerrar el próximo 30 de abril

Braulio Medel, presidente de Unicaja.
Braulio Medel, presidente de Unicaja.Jorge Zapata (Efe)

En el sector financiero todavía hay una bomba sin desactivar. Ya casi no se habla de ella, pero está con la espoleta colocada. Se llama Caja Duero España (Banco Ceiss) y lleva 26 meses negociando su fusión con Unicaja Banco. En la entidad presidida por Braulio Medel, (Marchena, Sevilla, 1947), consideran que las últimas normas financieras y el Memorándum de Entendimiento han cambiado las reglas pactadas en marzo de 2011. Esto se ha traducido en nuevas exigencias en provisiones, la creación del banco malo y los problemas con las participaciones preferentes, así que Unicaja exige unos 400 millones para cerrar el trato.

Sobre todo teme la entidad malagueña que el banco malo (Sareb) exija devolver parte del dinero cobrado si hay “vicios ocultos” en los activos inmobiliarios transferidos, que podría suponer una factura de más de 300 millones en los próximos tres años. También sospechan que los arbitrajes sobre las preferentes y la deuda subordinada (con emisiones por 1.500 millones en total) acaben en reclamaciones con una factura de otros 100 millones.

La fecha fijada para cerrar el tema claro es el 30 de abril, cuando Caja España-Duero tendrá otro dueño, público o privado. Si la operación se frustra, aparecerá el cuarto banco público, lo que serían malas noticias para la prima de riesgo.

El comprador dice que los decretos de Guindos y el MoU cambiar la situación pactada

Caja España-Duero tiene un balance nada despreciable de 38.000 millones, por lo que el problema no es menor. Medel no está dispuesto a firmar el último papel de boda sin una protección, cansado de ver cómo el Estado (es decir, los contribuyentes), recapitalizan y pierden dinero con otras entidades.

El veterano banquero no quiere ser menos que el Banco Sabadell, La Caixa o el BBVA, que se han quedado con varios muertos financieros, pero con colchones de dinero muy importantes. No obstante, Caja España ya tiene 500 millones del Estado que se pueden dar por perdidos.

Unicaja ha diseñado la absorción en dos fases. En la primera, Caja España se mantendría aislada para hacer frente a los problemas, sin contaminar a la matriz, y después se incorporaría al grupo. El mecanismo diseñado es que la entidad andaluza, ya convertida en banco, realiza una oferta por el Banco Ceiss, incluyendo a los preferentistas, que ya habrían sido convertidos en accionistas. La operación podría generar unas plusvalías por revalorización de activos de unos 350 millones.

Hasta el momento, Bruselas ha admitido que los 604 millones de capital que necesita la entidad castellana se inyecten como bonos convertibles en lugar de acciones. Así Unicaja no tendrá participación del Estado, un tema innegociable. Aun no está claro si el comprador se hará cargo de esta factura, otro tema peliagudo porque es mucho dinero lo que está en juego.

Una cuestión clave es si Unicaja, con 36.000 millones de activos, puede seguir en solitario

Si Bruselas y el FROB no inmunizan a Unicaja se podría romper el acuerdo actual y el Estado debería hacerse cargo de un nuevo banco zombi, con 901 oficinas entre España y Portugal y con una plantilla de más de 4.704 empleados. Después se iniciaría el tormentoso proceso de subasta, de incierto final, como acaba de ver con CatalunyaBanc.

No parece haber una salida fácil. La Comisión Europea quiere acabar pronto con “el problema Caja España”, cansada de idas y venidas de tantos informes, y cree que Medel pide excepciones de la regla. Algunos sospechan que es un farol y que Unicaja no podría echar por la borda dos años de trabajo y muchos millones gastados en asesores. Pero la trayectoria del presidente de Unicaja recomienda tener pies de plomo. Medel ha sido tenaz en sus posiciones y ha dejado plantado al Banco de España en dos ocasiones por no cumplir sus condiciones: rechazó la adquisición de Caja Castilla La Mancha y posteriormente la de CajaSur.

Otra cuestión es el futuro que puede tener Unicaja en solitario, en un sector donde los actores son cada vez más gigantes y se acercan a los 100.000 millones de balance. La entidad, con activos por 36.000 millones, apela a su solvencia, una de las más altas con un ratio de capital Core Tier 1 del 11%. Para llegar a esta cota ha provisionado 1.204 millones en 2012 y ha perdido 577 millones. Pronto se sabrá si Medel se mantiene firme o le tiembla el pulso ante el tercer gran reto.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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