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Seat confía en disparar sus ventas en China en 2014 gracias al León y al Ibiza

La marca española vende 2.200 unidades en el mercado chino durante 2012 El grupo Volkswagen prevé una inversión de 9.800 millones en el gigante asiático

Exposición de un Seat León SC, en Shanghai.
Exposición de un Seat León SC, en Shanghai.Zigor Aldama

El presidente del Grupo Volkswagen en China, Jochem Heizmann, lo tiene claro: “El futuro de la automoción ya no está en las ciudades más desarrolladas del país, sino en las de tercer y cuarto nivel. Allí se va a concentrar el crecimiento del sector”. Y allí es donde Seat vende sus automóviles. Ni en Pekín, ni en Shanghái. La estrategia de la marca española pasa por dar a conocer el León y el Ibiza en 12 concesionarios repartidos por otras tantas ciudades, cuyos nombres son desconocidos para la mayoría de quienes trabajan en Martorell como Nanjing, Chengdu, Zhengzhou o Nanning.

“Son ciudades en las que se puede acceder más fácilmente a la generación de los 80, el público al que quiere ganarse Seat”, ha apuntado este viernes el vicepresidente del Grupo VW en Shanghái, Weiming Soh, durante la rueda de prensa previa al salón del automóvil de la capital económica de China, que comienza el domingo. Y, después de un año de su desembarco con los primeros vehículos importados desde España, el balance que hace la marca es positivo.

En 2012 Seat vendió 2.200 automóviles en el principal mercado automovilístico del mundo, que este año superará la barrera de los 14 millones de unidades. Y las previsiones para 2013 son similares. “En los tres primeros meses del año hemos vendido 539 coches. No son muchos porque estamos todavía probando la marca, pero esperamos mejorar los números a partir de la segunda mitad del año, cuando introduzcamos el Alhambra”, aseguran a EL PAÍS fuentes de la marca.

El verdadero punto de inflexión llegará en 2014, cuando Seat comience a vender en China la última generación del León. El coche ha sido presentado esta noche junto a otras nueve novedades mundiales del GrupoVW en una espectacular ceremonia en la que han participado celebridades como el actor Keanu Reeves o el pianista Lang Lang, y que ha demostrado que las palabras crisis y China son antónimos. “Cuando llegue el León a los concesionarios esperamos poder aumentar considerablemente las ventas, aunque es cierto que tenemos problemas que impiden una expansión más rápida”.

Entre las losas más pesadas que lastran a Seat está la falta de una implantación productiva en China. “De momento, no hay planes para abrir una fábrica en el país, pero somos conscientes de que si queremos ser alguien en China tenemos que producir allí. Por volumen, por precio -los costos de transporte y los aranceles hacen que el Ibiza se venda a 150.000 yuanes (casi 19.000 euros)-, y por los límites que se ponen a la importación”.

Por todo ello, y para mantener su posición de indiscutible liderazgo en el gigante asiático, el Grupo Volkswagen -que el año pasado vendió 2,8 millones de automóviles en China y disfrutó de una cuota de mercado del 20,3%-, ha anunciado que invertirá 9.800 millones de euros en el país en los dos próximos años. Continuará así con su política de ir hacia el interior y el oeste del país, zonas comparativamente mucho menos desarrolladas que la costa este. “Hoy hace treinta años que llegamos a China, cuando las bicicletas satisfacían las necesidades de movilidad de la población -ha recordado Heizmann- y vamos a continuar siendo pioneros en este país”.

Para ello, Volkswagen abrirá una nueva planta en Urumqi, capital de la remota provincia de Xinjiang. “Ahora muchos dudan de esta decisión, pero dentro de diez años nadie la cuestionará. Marcamos tendencia”, apostilló el responsable del Grupo en China, que espera alcanzar una capacidad de producción de 4 millones de vehículos en 2018, y crear para entonces 25.000 nuevos empleos que elevarán el total en el país de Mao a 100.000.

Sin duda, en la actual coyuntura de crisis de los mercados tradicionales, China se ha convertido en Eldorado para el sector de automoción, que prevé un crecimiento sostenido de entre el 6% y el 10% en los próximos años. Pero no es oro todo lo que reluce: la competencia también es cada vez mayor. Este año se lanzarán al mercado chino nada menos que 81 nuevos modelos, de los cuales 51 serán fabricados por marcas locales. “Muchos no tendrán éxito”, reconocía ayer Heizmann. Pero los que lo consigan pueden marcar la diferencia entre sobrevivir o morir.

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