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Calvo hace las Américas

La conservera obtiene más del 60% de sus ventas al otro lado del Atlántico Controla casi la mitad del mercado brasileño

Factoría del Grupo Calvo en la bahía de La Unión (El Salvador)
Factoría del Grupo Calvo en la bahía de La Unión (El Salvador)

Hace una década, empujados sus responsables por la necesidad de un aprovisionamiento de materia prima para la elaboración de sus conservas, el grupo Calvo se instalaba en El Salvador. La decisión sería clave para el desarrollo posterior de la empresa. El desembarco prosiguió con la entrada en los países más importantes de América Latina, con Brasil como mercado de referencia. Hoy, más del 60% de la facturación del grupo corresponde a las ventas al otro lado del Atlántico, confirmando que la apuesta de su fundador, José Luis Calvo, por América Latina no era un error. Aparte de su fuerte presencia en los países del centro y sur de América, con incrementos anuales de dos dígitos en las ventas, el grupo gallego mantiene en la recámara su apuesta por tener una posición similar en los países del norte, especialmente en México y Estados Unidos.

Con una facturación de casi 600 millones de euros y 4.500 trabajadores, Calvo es el primer grupo conservero en España y uno de los cinco más importantes del mundo. Frente a la crisis que atraviesa el sector, con cierres y fusiones de empresas, el grupo gallego ha conseguido prosperar gracias a una estrategia que incluye desde cambios en su propia estructura interna hasta su total apuesta por la internacionalización. En la estructura del grupo se ha producido un relevo generacional: los hijos de los fundadores ocupan ya los puestos de responsabilidad directa en la gestión, con Manuel Calvo como director general y consejero delegado. La conservera gallega sigue siendo una firma familiar. Los Calvo controlan el 60% de las acciones, con el 40% restante en manos de la italiana Bolton Group, una empresa industrial que ha dado al grupo español estabilidad accionarial y poderío financiero para seguir apostando por la innovación, la investigación y la internacionalización y avanzar en los procesos de verticalización del grupo, desde la política de capturas hasta su distribución.

Partiendo de esa estabilidad accionarial y financiera, el grupo hizo una apuesta por el aprovisionamiento de productos de calidad desde el respeto del medio ambiente, con una flota de seis atuneros, complementado por compras a otras firmas. Calvo no acepta productos que en su origen no hayan sido capturados de acuerdo con las reglas de los organismos internacionales.

Para la transformación de la pesca, el grupo cuenta con una planta en El Salvador y otra en Brasil. En España dispone desde 1976 de una planta en Carballo (A Coruña) con la tecnología más moderna del mundo y que, por su tamaño, es el principal centro de distribución mundial dedicado a la elaboración de conservas de atún. La planta ubicada en Esteiro-Muros, también en la provincia de A Coruña, está especializada en la elaboración de platos preparados y otros productos.

El grupo opera con 700 referencias propias frente a la marca distribución

Frente a los problemas que viene soportando el sector de las conservas por la subida de los precios de las materias primas y la presión de la gran distribución con las marcas propias baratas, desde el grupo Calvo se ha hecho una clara apuesta por la innovación y la diversificación, siempre con marca propia. Esta política ha supuesto para el grupo disponer de más de 700 referencias, que van desde la cocina más avanzada, con ensaladas de todo tipo, hasta productos tradicionales como callos o fabadas, sin olvidar ofertas de productos dirigidos a otras tradiciones culinarias.

La internacionalización del grupo ha sido una de sus constantes. El Salvador fue el punto de partida en 2003. En la actualidad, Calvo cuenta con una planta con un millar de trabajadores y una producción superior a las 40.000 toneladas de pescado que sirven para abastecer los mercados americanos y europeos (en el Viejo Continente, la actividad se concentra en España e Italia). Al desembarco en El Salvador siguió su entrada en 2004 en Brasil con la compra de la empresa Gomes da Costa. En el mercado brasileño, el grupo opera fundamentalmente en el segmento de la conserva de sardina, con una cuota de mercado cercana al 40%, y en el de atún, con casi el 48%. Sin embargo, al igual que en el resto de los países donde opera el grupo, sus ofertas se están complementando con pizzas, conservas vegetales, platos preparados e incluso aceite de oliva Carbonell, tras un acuerdo de distribución conjunta de sus productos con el grupo Deoleo. Hoy Brasil supone el 47% del volumen del grupo y el último año experimentó un crecimiento del 15,1%.

Pero, además de la importancia de ese mercado, el desembarco en Brasil con la compra del 100% de Gomes da Costa se está traduciendo en una fuerte penetración en el resto de América Latina: al norte, en países como Costa Rica, y al sur, en Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina. Colombia es el próximo objetivo.

Italia es el segundo mercado en la política del grupo, con una cuota del 9% bajo la marca Nostromo, enseña con la que aborda igualmente el mercado norteamericano.

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