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El Tesoro rellena el colchón

El Estado cerró marzo con una liquidez de 48.000 millones, la mayor en un año Se blinda frente a la inestabilidad al cubrir ya los vencimientos hasta julio

Jesús Sérvulo González
EL PAÍS

El Gobierno no quiere pillarse los dedos ante la incertidumbre que sobrevuela los mercados. Pretende evitar los sudores fríos del año pasado cuando los inversores cerraron las puertas a la deuda española y el Tesoro tuvo que tirar de las reservas para hacer frente a los vencimientos millonarios de julio y octubre. Y quiere estar bien preparado por si posibles accidentes (Chipre, Italia, Portugal...) dificultan el acceso de los países periféricos a los mercados. Por eso, el Tesoro Público ha rellenado el colchón de liquidez al mayor nivel en un año. La posición en la cuenta corriente abierta en el Banco de España alcanzó en marzo los 47.842 millones de euros gracias a que el Tesoro ha acelerado las emisiones en esta primera parte del año.

Moody’s advierte sobre las continuas desviaciones y revisiones del déficit

El Ejecutivo no quiere vivir el achuchón del año pasado cuando los mercados financieros pusieron a prueba la resistencia de las costuras de la economía española y la empujaron al borde del rescate. La prima de riesgo, que mide la credibilidad de un país para pagar su deuda pública, escaló por encima de los 600 puntos básicos y el interés que ofrecía el Tesoro por el bono a 10 años se instaló en un vertiginoso 7,3%, más del doble que un año antes. El Tesoro tuvo que reducir a la mitad el volumen de las emisiones porque los intereses eran demasiados elevados. Fue necesaria la intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi —“Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente”—, para calmar a los mercados que apostaban por una fractura de la moneda común.

Este año ha arrancado con más calma entre los inversores —excepto por algunos vaivenes provocados por las elecciones italianas y el rescate de Chipre—. Por eso, el Tesoro ha aprovechado para rellenar el colchón de liquidez. Durante el primer trimestre ha colocado 74.916 millones en letras y bonos públicos, el equivalente a la mitad de los vencimientos de deuda previstos para todo el año, de 155.657 millones de euros. Además, debe financiar el déficit de las Administraciones públicas y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) dotado con 23.000 millones de euros.

Los vencimientos de deuda de este año ascienden a 155.000 millones

Los mercados mantienen el apetito por la deuda española. El interés del bono español a 10 años ha caído hasta el 4,7%, casi un punto menos que un año antes y el nivel más bajo desde 2010. Los tipos a otros plazos también han caído después de que el Banco de Japón haya inundado de liquidez los mercados de bonos. La rebaja de tipos supone un ahorro importante para la economía española con una deuda pública que representa el 84,1% del producto interior bruto (PIB), de la que casi un tercio está en manos foráneas.

La estrategia del Tesoro de adelantar la colocación de deuda para rellenar la hucha por si empeora la situación ha provocado que las reservas de tesorería en su cuenta en el Banco de España hayan alcanzado el mayor volumen desde hace 12 meses, cuando alcanzaron los 54.209 millones gracias al manguerazo de liquidez del BCE. Con los 48.000 millones en caja, el Tesoro tiene cubiertos los vencimientos de los próximos tres meses.

En los años previos a la crisis el Tesoro español apenas tenía necesidad de crear un colchón de liquidez. La deuda pública española estaba en el 36% del PIB, la economía crecía con fuerza, los mercados confiaban plenamente en España, los vencimientos de deuda eran menores y la financiación barata estaba asegurada. Pero desde 2008, la prudencia marca la actividad del Tesoro. Cada año aumentan las reservas de liquidez al ver cómo la confianza de los mercados se iba laminando por el rápido aumento de la deuda y los abultados déficits.

Uno de los termómetros que utilizan los inversores para evaluar la deuda pública son los informes de las agencias de calificación. Moody’s, enfrió ayer los ánimos de la economía española.

“La perspectiva de la calificación de bonos españoles sigue siendo negativa ante los desafíos constantes que afronta en el cumplimiento de los objetivos de déficit”, dijo.

Moody’s alabó los esfuerzos en todos los niveles de Gobierno para controlar el déficit en 2012, cuando cayó la economía. Pero advirtió de que “las desviaciones constantes de los objetivos presupuestarios, así como las revisiones repetidas de los resultados de déficit presupuestarios, están debilitando la credibilidad del Gobierno español en el área de las finanzas públicas”. La agencia de calificación no cree posible que España alcance el objetivo de déficit este año, en el 4,5%. Considera que las cuentas públicas podrán cerrar 2013 entorno al 6%, precisamente el margen que negocia el Ejecutivo con Bruselas.

En Bruselas, la Comisión amonestará hoy a España por los desequilibrios económicos que tenía en 2011, entre ellos la balanza por cuenta corriente, la inversión internacional, la deuda privada y pública y el paro.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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