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La OCDE añade presión a Eslovenia al sembrar dudas sobre sus bancos

El Tesoro del país coloca 56,06 millones en deuda a 6 y 12 meses, lejos de su objetivo de 100

Luis Doncel

Después de meses de especulaciones que apuntaban a Eslovenia como la próxima pieza en el dominó del euro, la crisis chipriota ha acrecentado los rumores sobre una próxima petición de rescate. La recién nombrada primera ministra viajó este martes a Bruselas para despejar las dudas y proclamar en su primera visita oficial al extranjero que se las apañará para solucionar los problemas de su banca por sus propios medios.

Pero Alenka Bratusek tuvo la mala suerte de que pocas horas antes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) había echado más leña al fuego esloveno: el organismo asegura en un informe publicado que las necesidades de capital de sus muy averiadas entidades financieras podrían ser más altas de lo esperado. “Eslovenia encara una grave crisis bancaria, causada por una toma de riesgos excesiva, una débil estructura de gobierno corporativo de los bancos de propiedad estatal y unos instrumentos de supervisión insuficientes”, asegura la OCDE. Este organismo reclama que se someta a la banca a nuevas pruebas de resistencia. Con los datos en la mano, las entidades viables deberían ser recapitalizadas; y las que no lo sean deberán ser liquidadas, concluye.

Barroso considera “abusivo” comparar el caso de Chipre con el esloveno

Codo con codo con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, la líder de la antigua república yugoslava se esforzó en señalar que las medidas previstas por su Gobierno de centroizquierda —como la puesta en marcha de un banco malo a partir del próximo junio— deberían bastar para evitar el quinto rescate de la eurozona. De producirse, Eslovenia seguiría los pasos de Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre. Se trataría del sexto si se cuenta a España, que ha solicitado ayuda a sus socios europeos, pero circunscrita al sector bancario. “Eslovenia es estable y fuerte, probablemente más fuerte que muchos otros países europeos”, dijo Bratusek.

Liubliana se queda a la mitad de su objetivo en una subasta de deuda

Al preguntarle por la posibilidad de un rescate, Barroso fue menos tajante que la primera ministra, que solo lleva tres semanas en el cargo. “Las autoridades eslovenas no han pedido ayuda ni han dado ninguna indicación de que vayan a hacerlo”, se limitó a decir. Más claro fue al negar cualquier comparación con lo ocurrido en Chipre, donde los ahorradores con más de 100.000 euros en alguno de los dos mayores bancos del país van a sufrir pérdidas muy voluminosas. “Son situaciones completamente diferentes. El peso del sector financiero en el PIB esloveno es muy bajo”, dijo el presidente de la Comisión, en una clara referencia al gigantismo de los bancos de la minúscula isla del Mediterráneo. Barroso tachó de “abusiva” cualquier comparación entre los dos países.

Y sin embargo, las tensiones derivadas de Chipre contribuyeron a que el rendimiento de los bonos eslovenos a 10 años alcanzara la semana pasada el 6,3%, presión que en los últimos días ha descendido hasta el 5,2%. Pese a la mejora en el mercado de deuda, la amenaza sigue latente. “Eslovenia está ahora en el punto de mira de los mercados. El país necesita resolver la situación de sus bancos, constreñidos por los préstamos malos concedidos a empresas estatales. Si no lo hacen ahora, podría necesitar un programa de la troika al que se podría aplicar el precedente chipriota”, señala Jacob Kirkegaard, del Peterson Institute.

Las noticias que llegan de Liubliana no abonan el optimismo. El Tesoro esloveno colocó este martes 56 millones de euros en dos subastas de deuda a corto plazo, una cifra muy inferior al objetivo de 100 millones y por la que tuvo que pagar intereses más altos.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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