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Guindos pide a Bruselas flexibilizar el déficit público hasta el 6% este año

La Comisión se inclina por dar menos margen

Claudi Pérez
Olli Rehn, junto a Luís de Guindos, ayer en rueda de prensa en Madrid.
Olli Rehn, junto a Luís de Guindos, ayer en rueda de prensa en Madrid.JUAN MEDINA (REUTERS)

Vienen curvas y España necesita aire para no asfixiarse: el Gobierno admite ya que la economía va peor de lo esperado —ante esa trinidad siniestra que combina recortes, paro galopante y falta de crédito— y necesita margen fiscal para no cegar las vías de salida hacia una recuperación que no acaba de llegar. Bruselas tiene prácticamente concedido un año más para rebajar el objetivo del déficit público. Faltaba ponerle cifras a ese colchón: el Gobierno tiene previsto pedir un punto y medio extra de margen. Pendiente de cerrar el acuerdo en los próximos días, el Ejecutivo lleva semanas negociando el plan para relajar la meta de 2013 (que era del 4,5% sin ese año adicional) hasta un 6% del PIB, según fuentes gubernamentales. Bruselas se inclina por tensar algo más la cuerda y dejar el objetivo un poco más difícil, en el 5,5%. La diferencia, grosso modo, son 5.000 millones.

La economía de la décima no tiene sentido, pero ya sea el 5,5% o el 6%, ese margen es clave políticamente

La economía de la décima no tiene mucho sentido, pero independientemente de que al final sea el 5,5% o el 6%, ese margen es clave políticamente por varias razones. Una: se especulaba con conseguir dos años más, y en ese caso el 6% estaba asegurado, pero finalmente será uno solo con casi total seguridad para mantener la tensión tanto con el Gobierno como con las comunidades. Dos: a Bruselas no le interesa tanto la cifra exacta del déficit (así se ha visto en 2012) como que España persevere en los esfuerzos de ajuste. Y tres: es muy probable que más adelante llegue ese segundo año, porque el viento ha cambiado. España está ya en una recesión y Bruselas, por casos como el español, ha iniciado un viraje hacia una mayor flexibilidad ante el aluvión de críticas por una gestión que ha metido a todo el continente en problemas. Esta revisión del déficit será la tercera en poco más de tres años. El equipo del vicepresidente Olli Rehn se escuda en ese dato para combatir su imagen de dogmatismo, ganada a pulso a la vista de que no hay estímulos por ningún lado ni agallas para exigir nada distinto a Berlín.

El año extra es vital, ante un panorama terrorífico por la combinación de debilidad interna (la indigestión de la burbuja en las tripas de la banca) y el regreso de la inestabilidad exterior tras la saga chipriota. La cifra final estará pactada para que figure en el programa de estabilidad, que se presenta la segunda quincena de abril. Se trata de uno de los hitos del año: de eso depende que no haya más recortes en 2013 (como promete Bruselas) y que las comunidades tengan algún alivio.

Fuentes: Ministerio de Economía, Comisión Europea y Banco de España.
Fuentes: Ministerio de Economía, Comisión Europea y Banco de España.EL PAÍS

El Gobierno pretende conseguir una senda benévola: el 6% de déficit este año, el 4,5% en 2014 y el 3% en 2015. Eso supone limitar los ajustes a unos 10.000 millones este año (que serían 15.000 millones si la meta es el 5,5%), desde el 7% de 2012, la cifra definitiva tras la chapuza que ha supuesto la revisión obligada por Eurostat. El déficit total se eleva por encima del 10% con las ayudas a la banca, que no computan en Bruselas.

El déficit total se eleva por encima del 10% con las ayudas a la banca

Para la credibilidad de esos datos es fundamental la velocidad de crucero de la economía: el crecimiento y el déficit son vasos comunicantes. Tampoco aquí hay buenas noticias: el equipo de Luis de Guindos vaticina ahora una caída en torno al 1% del PIB este año. Eso supone empeorar las previsiones anteriores, que dejaban la caída en el 0,5%: la crisis obliga. Aun así, el Ejecutivo es más optimista que el Banco de España, que prevé una destrucción de actividad del 1,5%. Economía vaticina que el crecimiento volverá en 2014, con un avance algo inferior al 1%; la economía dejará de caer en el tercer trimestre, para empezar a avanzar suavemente a final de año. Bruselas retrasa ese escenario un trimestre. Los analistas apuntan aún más lejos.

Fuentes del Ejecutivo avisan de que ni las cifras de déficit ni las de PIB están completamente cerradas. Para ello habrá que esperar a una reunión entre Guindos y Rehn, fijada para los días posteriores a Semana Santa. Madrid quiere asegurarse el mayor margen posible y para eso apoya una corriente que viene ganando peso en Europa: la de quienes denuncian que Bruselas ha pisado demasiado el freno. “El ajuste es necesario, pero no acaba de dar resultados: la cuestión es si se puede hacer más llevadero. Hay que revisar el ritmo y hacer un control de daños en los países comprometidos con las reformas. De ahí el cambio de lenguaje que ya se detecta. Lo ideal sería ir más allá, un mix con reformas a la alemana y políticas macroeconómicas anglosajonas; de lo contrario se corre el riesgo de que recaiga un coste excesivo de la crisis en esta generación”, indican en La Moncloa.

La Comisión reconoce que España ha hecho un esfuerzo fiscal notable y que la recesión es peor de lo esperado: “España cumple las dos premisas necesarias para que se suavice la senda fiscal”, explican fuentes europeas. Y tanto Bruselas como Madrid coinciden en que no hacen falta más medidas en 2013: con las anunciadas y un estricto control en el Gobierno y las comunidades —que esta vez se beneficiarán del mayor margen— será suficiente. “No habrá ajustes adicionales este año salvo catástrofe”, indicaron fuentes de Moncloa a este diario durante la última cumbre europea.

2014 es otra cosa: ahí empiezan a surgir discrepancias entre la Comisión, que espera medidas adicionales para entonces (desde el IVA al impuesto de carburantes o el mantenimiento de la subida del IRPF) y el Gobierno, que sigue pensando en volver a rebajar el impuesto sobre la renta —“de golpe o por tramos”, según fuentes del Ejecutivo—, y que argumenta que apenas hay margen para nada más si no se quiere gripar aún más la economía. El último boletín del Banco de España es un jarro de agua fría: el supervisor se alinea con Bruselas y asegura que si el Gobierno rebaja el impuesto sobre la renta el déficit se irá de nuevo hasta el 7% en 2014. El cumplimiento de los objetivos está en entredicho tanto si la recesión es peor de lo esperado —y eso es casi seguro— como si se recrudece la crisis de deuda después del rescate a Chipre, tal como está sucediendo: el pago de intereses es ya la segunda partida más elevada del presupuesto español.

“La idea del Gobierno sigue siendo bajar impuestos si hay margen”, insisten fuentes de Moncloa. Pero no hay margen, insisten fuentes europeas y hasta el Banco de España.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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