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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un impacto muy disperso

Una de las principales diferencias entre la primera fase de la crisis económica en España y la actual es la contribución, mucho más elevada ahora, del consumo privado al decrecimiento del PIB. En ello está teniendo una incidencia muy notable el ritmo de destrucción de empleo, que hasta el último trimestre de 2012 acumula más de 3,55 millones de puestos de trabajo y que podría superar los 3,93 millones a finales de 2014.

Durante los últimos años, y principalmente en 2012, se han llevado a cabo importantes reformas estructurales, fuertes reducciones del gasto público y apreciables subidas de impuestos, destacando la del IVA, cuyo impacto afecta en mayor grado a las rentas bajas. Estas medidas tienen a corto plazo el efecto de intensificar la crisis. Al mismo tiempo, las reformas y los fuertes ajustes fiscales han convencido a los agentes económicos y a los ciudadanos en general de la necesidad de readaptar profundamente el sistema productivo. Esta necesidad ha afectado a los trabajadores, que se han visto obligados a aceptar reducciones salariales y descuelgues de los convenios colectivos. Pero el ajuste requiere un gran empuje por parte de los empresarios, que deberán desarrollar también una mayor orientación hacia la demanda exterior. Además, se necesita que las empresas tengan acceso al crédito con costes que les permitan ser competitivas. Esto no se está dando y requeriría medidas concretas de política financiera.

En las comunidades autónomas la crisis está teniendo efectos muy distintos, e igualmente ocurre con las perspectivas de recuperación. Las diferencias dependen fundamentalmente de la estructura productiva de partida de cada una de ellas y de los tres factores mencionados: iniciativa empresarial en desarrollos globales del negocio, conciencia de la necesidad de flexibilidad por parte de los trabajadores y acceso al crédito.

Sobre la base de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y de las predicciones trimestrales de los PIB de todas las comunidades realizadas por el Instituto Flores de Lemus de la Universidad Carlos III, se pueden hacer las siguientes observaciones. Frente a una caída acumulada del PIB en la economía española del 6,5% hasta el cuarto trimestre de 2012, que se espera que aumente hasta un 6,9% a finales de 2014, las comunidades autónomas con una economía fuertemente basada en el turismo tuvieron una caída inicial superior a la española. Sin embargo, en la recuperación transitoria subsiguiente, 2010 y 2011, su crecimiento fue más del triple del crecimiento registrado en España, y en la última recesión su caída ha sido inferior a la media nacional.

Con todo ello, la caída acumulada durante la crisis hasta finales de 2014 se prevé en un 3,7% para Baleares y en un 1,9% para Canarias. Cataluña, Madrid y Euskadi, con una estructura industrial amplia, han tenido a lo largo de la crisis evoluciones dispares debido a los diferentes pesos en sus economías de los sectores de la construcción, el público y el turismo, fundamentalmente, y también al diferente peso de la deuda pública. Con ello se espera que la caída acumulada en el PIB hasta 2014 en Madrid y Euskadi sea cercana al 5%, sensiblemente inferior a la española, pero en Cataluña será de una magnitud similar a esta última. Finalmente, Galicia es la otra comunidad autónoma para la que se predice una caída acumulada del PIB, 5,5%, inferior a la española.

De las 11 comunidades restantes, se espera que Navarra y La Rioja registren caídas acumuladas del PIB similares a la española, de 7,3 y 6,6 puntos porcentuales, respectivamente. Entre las comunidades que a día de hoy acumulan contracciones superiores al 8%, en cuatro de ellas la contracción se podría agravar a finales de 2014: Asturias, hasta el 10,4%; Castilla-La Mancha, hasta el 11,6%; Extremadura, hasta el 9%, y Murcia, hasta el 8,9%. Para Aragón, Cantabria y Castilla y León, que hasta el momento registran una reducción del PIB similar o algo inferior a la española, se espera también que la situación se deteriore, llegando a caídas acumuladas cercanas o superiores al 8% a finales de 2014. Por último, es previsible que la caída acumulada en Andalucía y la Comunidad Valenciana en 2014 sea similar a la actual, 8,5% y 9,9%, respectivamente.

Lo anterior indica que la dispersión en la magnitud de la recesión acumulada desde 2008 hasta 2014 puede ser de casi 10 puntos porcentuales. Eliminando las cuatro comunidades autónomas con valores extremos (superior e inferior), dicha dispersión aún supera los 5 puntos porcentuales. En consecuencia, las políticas económicas nacionales y regionales para salir de la crisis deberán tener muy en cuenta estas diferencias importantes en las caídas acumuladas de los PIB, que además van a ampliar el nivel de desigualdad entre comunidades autónomas. J

Antoni Espasa y Santiago Sánchez son autores del Boletín de Inflación y Análisis Macroeconómico de la Universidad Carlos III.

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