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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo mejor está por venir

El futuro dependerá de si la industria es capaz de vender servicios relevantes

El próximo lunes se inaugura el congreso mundial de móviles en Barcelona. Oportunidad para plantearnos cómo vemos el futuro.

Las compañías de telecomunicaciones nos enfrentamos a una curiosa paradoja. Mientras el uso de nuestros servicios, especialmente los datos, crece de forma sostenida y casi espectacular, asistimos a una bajada de ingresos. Surgen voces que alertan del riesgo de comoditización y de que nuevos actores capturen una parte creciente de la cadena de valor del negocio alrededor de móvil y de internet. ¿Razones para el pesimismo?

A la vez, y lo veremos estos días en Barcelona, asistimos a una eclosión deslumbrante de tecnologías que abren infinitas posibilidades para el desarrollo de nuevos servicios con impacto real en la vida de las personas y en la acción de las empresas. Desde el Internet de las cosas hasta el almacenamiento de contenidos en la nube; desde prendas de vestir que con nanotecnologia son capaces de recibir datos de nuestro cerebro, hasta métodos de pago vía NFC. Entonces, ¿hay razones para la euforia?

Es necesario que la regulación no obstaculice el desarrollo de nuevos servicios para los clientes

Desde Vodafone lo vemos con optimismo. Enormes posibilidades para un futuro deslumbrante que exige esfuerzos y aciertos en el presente. Nada se conseguirá sin inversión en redes de nueva generación como LTE, sin la creación de estándares para alcanzar escala o sin redefinir la relación con el cliente reforzando la calidad del servicio.

El papel de los operadores es, aquí, crucial. Solo el conjunto de ellos, apoyados en el desarrollo de sus infraestructuras de red y de las nuevas capacidades de la tarjeta SIM, es capaz de integrar ubicuidad total, incluso audiovisual, servicios avanzados, como pago en el móvil, seguridad y privacidad.

Las compañías de telecomunicaciones competimos y colaboramos con empresas de sectores adyacentes, como empresas de Internet, fabricantes de dispositivos o desarrolladores de software. Tenemos un papel central en el desarrollo de esta Industria: somos la interfaz principal en la contratación, el suministro, el soporte y la facturación de este tipo de servicios.

Es cierto que, en el futuro, nuestro éxito o fracaso dependerá principalmente de nuestra habilidad para ofrecer servicios que resulten relevantes para el cliente, pero es también necesario que el marco legal y regulatorio no beneficie a las empresas que mencionaba antes, en detrimento de las compañías de telecomunicaciones, con un régimen legal más benigno o con un número menor de obligaciones públicas. Es necesario, además, que la regulación mire al futuro más que al pasado y que no obstaculice el desarrollo de las oportunidades que se abren en el diseño de nuevos servicios para los clientes.

Ante esta perspectiva, no debemos ni podemos equivocarnos, tenemos ante nosotros importantes retos. Las empresas de telecomunicaciones, como Vodafone, mantenemos nuestra apuesta en el futuro y estamos convencidos de que lo mejor está por venir.

Francisco Román es presidente de Vodafone España

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