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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Emisiones bancarias

El mercado primario de deuda bancaria ha registrado una extraordinaria volatilidad durante los últimos dos años, con periodos de emisión cortos que han obligado a las entidades, esencialmente a las periféricas, a ser ágiles para aprovechar los momentos de recuperación del apetito inversor.

Esta elevada volatilidad ha sido una fuente relevante de vulnerabilidad para el sector bancario español, en un contexto en el que ha tenido que afrontar vencimientos anuales cercanos a los 100.000 millones de euros.

El año pasado, tras un primer trimestre de elevado volumen de emisión de deuda bancaria, el mercado se cerró por completo en primavera. No fue hasta después del verano, tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de actuar con contundencia en los mercados de deuda pública en caso de ser necesario, cuando los emisores españoles privados volvieron a recuperar su acceso al mercado, primero de forma tímida y de un modo más generalizado en enero de 2013.

Durante las primeras semanas de este año la afluencia de emisiones privadas coincidió con un comportamiento extraordinariamente favorable de los activos españoles (deuda y Bolsa) y, muy específicamente, de los referidos al sistema bancario. En ese periodo, los bancos aprovecharon bien la reaparición del apetito inversor y un total de siete de ellos llevaron a cabo una docena de emisiones, con las que captaron más de 10.000 millones de euros. Sin embargo, la afluencia de emisiones se interrumpió a finales de enero. Desde entonces, los agentes privados españoles no han logrado cerrar ninguna nueva operación.

Sin una firme presencia de inversores no residentes es imposible que estos periodos de apetito por la deuda de agentes privados se prolonguen en el tiempo

Tras este lapso de tiempo que dura ya varias semanas y que ha estado precedido por el repunte de los diferenciales soberanos de España, esperamos que la presión sobre los activos periféricos vuelva a remitir ante los próximos meses. En ese contexto, cabe esperar que las entidades españolas aprovechen el aumento de la demanda asociado a la reducción de la percepción de riesgo y sean capaces de emitir deuda en condiciones óptimas.

Para ello no solo basta con recuperar el acceso a los mercados, sino que además sería deseable ahondar en las mejoras logradas durante las primeras semanas del año. En particular, nos referimos a la capacidad de emitir a plazos dilatados, lo que se traduciría en un calendario más desahogado para abordar futuros vencimientos y, por ende, en una clara mejoría de la posición de liquidez bancaria. En este contexto, cabe enmarcar la decisión de varias entidades de devolver anticipadamente parte de la financiación obtenida del BCE en sus inyecciones de liquidez a tres años de diciembre de 2011 y febrero de 2012.

Todo ello será posible siempre que la demanda extranjera sea sólida. Y es que sin una firme presencia de inversores no residentes es imposible que estos periodos de apetito por la deuda de agentes privados se prolonguen en el tiempo. Sirva de ejemplo la reciente fase de emisión de enero en la que los positivos términos de colocación de deuda vinieron acompañados de una fuerte presencia de inversores extranjeros, que en media coparon cerca del 80% de las emisiones de deuda de agentes españoles.

Miguel Arregui y Ángel Berges son profesores de AFI Escuela de Finanzas Aplicadas

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