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Venezuela devalúa el bolívar casi un 32% pese a la ausencia de Chávez

La medida golpea a Telefónica, BBVA, Mapfre y otras empresas españolas El nuevo tipo de cambio es apenas un tercio del vigente en el mercado negro

El ministro venezolano de Finanzas, Jorge Giordani.
El ministro venezolano de Finanzas, Jorge Giordani.L. RAMIREZ

Al fin el lobo llegó. La devaluación del bolívar venezolano, que expertos anunciaban como inevitable desde hace meses y que el Gobierno había pospuesto para evitar el impacto electoral de la medida, fue anunciada la tarde de este viernes —víspera del asueto de Carnaval— por el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, y el presidente del Banco Central, Nelson Merentes. La medida se tomó pese a que el presidente Hugo Chávez sigue en Cuba por el cáncer que padece y ni siquiera ha tomado posesión de su nuevo mandato.

Por disposición del Gobierno, el tipo oficial de cambio pasa de 4,3 a 6,3 bolívares por dólar, una devaluación casi del 32% que, sin embargo, no parece suficiente para aliviar ni los desajustes fiscales del Gobierno ni tampoco las distorsiones de la economía. La primera percepción sobre la medida es que resulta insuficiente y tardía. El nuevo tipo oficial representa apenas un tercio del precio que se paga por un dólar en el mercado negro, cuya sola mención se sanciona en Venezuela por una Ley de Ilícitos Cambiarios. Ese desajuste entre lo oficial y lo real explica que esta semana Caracas apareciese situada como la novena ciudad más cara del mundo junto a metrópolis del mundo desarrollado como Tokio, Oslo o París en un informe de The Economist o que el índice Big Mac que elabora dicha revista situase al bolívar como la moneda más sobrevalorada del planeta.

Los anuncios de este viernes también incluyeron la eliminación del Sistema de Transacciones en Moneda Extranjera (Sitme), el último de los mecanismos implementados —este, para negociar bonos denominados en dólares— por el Gobierno a fin de hacer operativo el severo régimen de control de cambios de divisas extranjeras que impuso desde 2002. En un país petrolero de vocación importadora, el suministro de divisas está centralizado en manos del Estado, que lo administra a través de un organismo poco eficiente. El embudo en la entrega de divisas y el fracaso del Sitme han estimulado la caza del dólar en circuitos no oficiales, donde el precio de las monedas fuertes va en alza.

Una devaluación del 17% anual

Desde 1998, año en que el presidente Chávez ganó su primera elección, la moneda venezolana acumula una devaluación del 17% de media anual, apenas comparable con el ritmo de depreciación en las monedas de países como Angola, Zimbabue, Bielorrusia y Uzbekistán. Este ajuste retardado —Hugo Chávez en reiteradas ocasiones se negó a devaluar— no parece que saciará la sed de dólares en el país, mientras promete tener un alto impacto inflacionista inmediato. Sin las medidas, solo en el mes de enero los precios se incrementaron un 3,5%. El año 2012 cerró con una inflación de alrededor del 20%, a pesar de que buena parte de los productos básicos tienen precios regulados por el Gobierno y se mantiene una fuerte presión sobre el comercio y la industria.

El ministro Giordani, un mentor ideológico de Chávez desde que el excomandante estuvo en prisión luego de su intentona golpista de 1992, culpó de la situación a “un brote inflacionario y especulativo”.

Impacto en España

La medida supone un nuevo golpe para las empresas españolas con inversiones en el país, sobre todo para Telefónica y el BBVA. El BBVA tiene 5.384 empleados en Venezuela. Controla un 55,6% del Banco Provincial, con unos activos equivalentes a 19.976 millones de euros y un valor neto en libros de 494 millones de euros a cierre de 2012. Su resultado fue de 732,8 millones de euros, con un crecimiento del 51,4%.

En cuanto a Telefónica, los ingresos en los primeros nueve meses de 2012 ascendieron a 2.305 millones de euros, con un crecimiento del 26,9%. El resultado operativo fue de 1.021 millones de euros (+25,6%). La compañía gestiona en el país 11,1 millones de líneas, en su inmensa mayoría de móvil. La anterior devaluación del 50% en 2010 provocó una fuerte caída de Telefónica en Bolsa. El impacto en los activos netos fue entonces de 1.810 millones de euros. A cierre de 2011, Telefónica tenía pendiente de autorización la repatriación de dividendos por 5.882 millones de bolívares, cifra cuyo equivalente en euros pasa de 1.013 a 691 millones de euros con la devaluación.

Telefónica tiene atrapados más de 1.000 millones en dividendos

Mapfre, por su parte, ingresó unas primas de 818,7 millones de euros en 2012, con un crecimiento del 27,9%. Sus resultados se duplicaron hasta 45,4 millones de euros.

Mientras tanto, Repsol desarrolla fuertes inversiones en el país y tiene operaciones de exploración y producción. Como la moneda operativa de los ingresos del negocio del petróleo es el dólar y los gastos son en moneda local, el impacto es poco relevante. Iberdrola tampoco resultará afectada apenas por la devaluación, ya que suscribió sus contratos en el país en su mayor parte en dólares (70%) y con garantías para el resto, según explicó la eléctrica a principios de 2010, cuando se produjo la anterior devaluación del bolívar.

Hesperia (con hoteles gestionados por NH), Meliá, Sanitas, Santillana (filial del grupo PRISA, editor de EL PAÍS), Mondragón, Atento, Indra, Cirsa o Inditex (a través de franquicias) son otras de las compañías españolas presentes en el mercado venezolano, aunque con inversiones de menor tamaño.

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