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LUIS BONELL GOYTISOLO / Consejero delegado de Liberty International

“Apostamos por las clases medias emergentes”

Miguel Ángel García Vega
Luis Bonell, consejero delegado de Liberty Internacional
Luis Bonell, consejero delegado de Liberty InternacionalSANTI BURGOS

“Hace muchos años que no concedo una entrevista en España”. Este es el arranque de la conversación con Luis Bonell Goytisolo (Barcelona, 1959). El segundo apellido cuenta. Es sobrino de los escritores Luis y Juan Goytisolo, y quizá esta ascendencia introvertida que tiene toda gran literatura le dé ese carácter reservado. Pero conviene escucharle. Es uno de los españoles que tiene un puesto de mayor responsabilidad en una multinacional extranjera. A su cargo, 10.000 trabajadores y 6.000 millones de dólares (4.500 millones de euros) en primas, el 20% del negocio total de la aseguradora estadounidense Liberty Mutual, sexto grupo No Vida del mundo. Ese mismo porcentaje es el tiempo que, asegura, se pasa arriba, en el aire. A fin de cuentas es responsable de 19 países en todo el planeta, pues la suya es una oficina que va de Tailandia a Santiago de Chile.

Pregunta. Han comprado cinco empresas en dos años. Es una manera muy cara de crecer. ¿Tanta caja tienen?

Respuesta. En el último año adquirimos una compañía en Rusia, dos en Ecuador y hace unos 15 meses, otra en Irlanda. Pero también crecemos orgánicamente. Y esto es un elemento fundamental de nuestra estrategia. No basta solo con crecer a base de compras, sino que nuestras compañías tienen que ganar cuota de mercado allí donde operan. Además, están lo que llamamos start-up. Hay mercados atractivos, como India, donde adquirir empresas es muy difícil, o no ha sido posible, y, básicamente, empezamos de cero.

P. ¿Están estudiando más operaciones?

“La corrupción es un hándicap enorme para los negocios”

R. Sí. Todo el tiempo valoramos oportunidades. De hecho, nos gustaría entrar en México, Malasia e Indonesia. Y en Europa tenemos una visión oportunista. Se vivirán procesos de reestructuración importantes y habrá oportunidades.

P. Si me lo permiten, son ustedes un poco Cuéntame cómo pasó. Se apoyan en el coche y en la clase media para crecer, ya sea en Asia o Latinoamérica. Parece arriesgado.

R. Confiamos mucho en esos mercados. En el contexto español es difícil ver elementos positivos, pero a nivel mundial existe un fuerte crecimiento de las clases medias. Países denominados emergentes están creciendo a tasas muy importantes y cada año decenas de millones de personas pasan a engrosar estas clases. Y tienen necesidades de consumo. Desde hace dos años, China es el mercado que más automóviles vende. Y la mayoría de los chinos lo compran por primera vez.

P. Pero China también tiene su letra pequeña, y mucha. La burocracia, la fiscalidad, el idioma…

“Si fuera un joven licenciado, buscaría trabajo fuera de España”

R. Es un mercado muy atractivo en el que tenemos que estar. Será la primera economía del mundo, y todas las proyecciones de crecimiento que hacemos nos dan tasas descomunales. Dicho esto, China es muy difícil. Es un mercado complejo y tremendamente regulado. Con una cultura muy diferente de la nuestra. Y la realidad es que las empresas chinas compiten con ventaja frente a las extranjeras.

P. Trabajan en mercados muy dispares. ¿Comparten alguna seña de identidad común?

R. Sí y no. Nos gusta estar en mercados donde existen importantes oportunidades de crecimiento. Apostamos por aquéllos con clases medias emergentes. Por eso nos interesan Asia y Latinoamérica. El problema es que si todos mostramos interés por los mismos mercados se vuelven complejos, y entonces el juego se torna difícil.

P. ¿Y cuál es el más complicado?

R. La dinámica competitiva provoca que los mercados muy interesantes atraigan a demasiados actores. Al haber mucha competencia, tienen una rentabilidad dudosa. Por el contrario, tenemos espacios maduros (como el español) donde habrá poco crecimiento e inversores. Por eso a veces resulta erróneo decir: este es un mercado fácil; este, difícil. El mercado español es ahora complejo porque no hay crecimiento. Pero sobre todo porque el consumidor está redefiniendo su relación con muchos productos. E interpretar este cambio resulta difícil.

P. Hablando de dificultades, dicen ser la primera firma aseguradora en Venezuela. ¿Cómo les va?

R. La realidad es que hay poca competencia, porque el sistema venezolano no resulta atractivo para la inversión extranjera. Al haber poca competencia, somos la compañía de mayor calidad, y estamos experimentando eso que llaman en el mundo anglosajón flight to quality. La gente viene a nosotros buscando calidad y seguridad. Como consecuencia, nos está yendo fenomenal. Venezuela es un buen ejemplo de esta paradoja, donde mercados teóricamente muy complicados tienen condiciones benignas.

P. Aquí en España la pelea en el seguro de coche es tremenda. ¿Fuera ocurre algo similar?

R. Pasa lo mismo. Hay mercados de oportunidad en estos países emergentes, y la manera más sencilla de entrar es en el ramo del automóvil. Cuando la gente quiere ir a Brasil, China o India lo fácil es participar en grandes cuentas comerciales con importantes brókers internacionales —donde hay mucha competencia— o bien en el seguro del automóvil. Este ramo es muy competitivo en todos los mercados. Y tiene unas ganancias menores. En los 19 territorios que gestiona mi división solo hay uno donde la rentabilidad del automóvil es superior a la de no automóvil.

P. ¿Cómo afrontan el desplome en las matriculaciones y la caída del consumo?

R. Hay un frenazo de la demanda. Se venden menos coches y la gente, como consecuencia de la crisis, redefine su gasto. Intenta gastar menos en seguros y es más sensible al precio. Tenemos un compromiso por mantener la calidad y el servicio. En la práctica, este año ya ganamos cuota de mercado en el automóvil.

P. Durante un tiempo se barajó su interés por adquirir varias compañías en España. ¿En qué ha quedado ese interés?

R. Estamos analizando oportunidades en España y en el resto de Europa. Por lo tanto, no desechamos hacer una compra aquí, pese al mal momento que vive la economía española.

P. ¿Anda tan tocada la marca España ahí fuera como lo parece?

R. Obviamente, sí. Sobre todo si la comparamos con lo que era hace cinco años.

P. ¿Hasta qué punto los escándalos o la corrupción afectan a la hora de generar negocio para un país?

R. Es un hándicap enorme. La ausencia de corrupción es uno de los vectores más importantes del crecimiento económico. Lo que publican los diarios denota una falta de valores éticos. Pero confío en volver a introducirlos en el ADN de la sociedad.

P. Si fuera un joven español recién licenciado, ¿dónde buscaría trabajo?

R. Lejos de España. Porque enriquece mucho. Independientemente de cómo estemos ahora. Conoces otras culturas y otros valores. Me abriría camino fuera de las fronteras, con la ilusión de volver. Y regresaría con una mochila llena de experiencia, aprendizajes e idiomas.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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