Un fraude contable en China desluce las cuentas de Caterpillar

Todo parecía ir más que bien en Caterpillar hasta que el mayor fabricante de maquinaria del mundo anunció hace una semana cargas por valor de 580 millones de dólares por la compra que realizó el año pasado de una empresa en China. Se trata de ERA Mining Machinery, y en concreto de su filial Siwei, por la que pagó 800 millones de dólares. Ahora revela que la ejecutiva del grupo asiático estuvo manipulando las cuentas de una forma deliberada.

El daño no es grande para Caterpillar. El ajuste ni si quiera llega al 1% de su capitalización bursátil actual. La multinacional, una de las que está capeando mejor la recesión global gracias al tirón económico de las regiones emergentes, cerró el ejercicio con una ganancia récord de 5.681 millones de dólares (4.229 millones de euros), lo que representa un incremento del 15% respecto a 2011. La facturación ascendió a 65.875 millones de dólares, un 10% más que hace un año y también un máximo. Ante este balance, el fraude en China, un país clave para su expansión, no se come ni un 10% del beneficio.

En el cuarto trimestre, las ventas bajaron a 16.075 millones de dólares y ganó 697 millones de dólares, menos de la mitad que en el mismo periodo de 2012 por culpa de la provisión. A pesar de la incertidumbre económica y política en EE UU, de las turbulencias en Europa, y del menor crecimiento en China, Caterpillar cierra un año sólido. La fortaleza del dólar también le afectó.

Doug Oberhelman, su consejero delegado, señala en este sentido que “desde el punto de vista operativo, fue un año muy exitoso teniendo en cuenta el clima económico”. La compañía se centró desde mediados de año en reducir inventario a la vista de que la economía internacional se frenaba de nuevo. También ajustó la producción para reducir costes. Para 2013 no descarta que pueda marca otro año récord y confía en poder llegar a los 68.000 millones en ingresos. Aún así, habla de cautela.