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AIG estudia unirse a la demanada contra el Tesoro por el rescate que la salvó

Los expertos legales ven difícil que la reclamación pueda prosperar

La American International Group (AIG) resucitada mueve ficha tras saldar cuentas con el Tío Sam. Y lo hace estudiando la posibilidad de sumarse a la demanda presentada hace poco más de un año por Maurice Greenberg, su antiguo consejero delegado, en la que reclama 25.000 millones de dólares (19.000 millones de euros) al Gobierno estadounidense por el supuesto daño que provocó a los inversores que el Tesoro de EE UU y la Reserva Federal salieran en su rescate en otoño de 2008.

El Consejo de Administración de AIG tiene previsto tratar la cuestión este miércoles, de acuerdo con la información adelantada por medios financieros. Un desenlace que contrasta con el mensaje del último anuncio que se emite en las cadenas de televisión de EE UU, en el que se agradece al contribuyente su apoyo durante la crisis. La demanda original, sin embargo, considera la acción inconstitucional y alega que privó al accionista de decenas de miles de millones de dólares.

AIG fue la gran beneficiada del TARP, el mecanismo que se estableció para la intervención del sector financiero

AIG fue la gran beneficiada del TARP, el mecanismo que se estableció para la intervención del sector financiero. Greenberg, sobrado de arrogancia, echó balones fuera sobre la responsabilidad de los gestores en la debacle y a través de Starr International cursó una demanda en noviembre de 2011. Sin cuestionar la necesidad del rescate, consideró que el Gobierno se hizo con el control sin compensar de manera justa a sus propietarios.

Al ser uno de sus principales accionistas, el directorio está legalmente obligado a considerar la demanda a pesar del daño que puede representar para su imagen. El Tesoro de EE UU, que llegó a controlar el 92% del capital de AIG, vendió las últimas acciones que tenía en la compañía el pasado diciembre, poniendo fin a cuatro años de soporte público. En total se inyectaron 182.300 millones para evitar la misma suerte que Lehman Brothers. La operación se saldó con un retorno de 22.700 millones.

Alega que privó al accionista de decenas de miles de millones de dólares

Starr International controlaba un 12% de AIG antes del rescate. Era su principal accionista. La posición del directorio es compleja, ya que Greenberg sufrió en noviembre un importante revés en su causa. La Reserva Federal de Nueva York logró que un juez en Manhattan desestimara la demanda del financiero, lo que se interpretó como un importante respaldo a los poderes del banco central al preservar la integridad del sistema global frente a riesgos sistémicos. La causa sigue abierta en Washington.

La Casa Blanca, entre tanto, evitó hacer comentarios sobre la posibilidad de que la nueva dirección de AIG pueda sumarse ahora a la demanda de inversores contra el Gobierno por haberle salvado la vida, bajo el argumento de que se violó la Quinta Enmienda, la que protege el derecho a la propiedad privada. Los expertos legales ven difícil que este caso pueda prosperar en un tribunal. Pero tampoco descartan que pueda llegarse con un pacto extrajudicial.

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