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La banca europea sube en Bolsa tras el aplazamiento de la nueva normativa

El empuje de las entidades del Ibex no evita que el selectivo cotice en rojo Bankinter es el que más avanza con un repunte de sus acciones superior al 9%

El sector financiero europeo subió ayer con ganas en Bolsa tras la decisión de los principales bancos centrales de atenuar la entrada en vigor de los nuevos mínimos de capital. La decisión de los supervisores, que supone una tregua de cuatro años antes de que la normativa esté a pleno funcionamiento y abre el abanico de activos que se pueden computar, fue recibido con un repunte del 1,4% por el conjunto de las grandes entidades. Sin embargo, la sesión acabó con leves descensos en las principales plazas del Viejo Continente.

En España, la noticia fue recibida con importantes subidas de las entidades a primera hora, pero las compras fueron perdieron fuerza a medida que avanzaba la sesión. De hecho, pese al peso que tiene la banca en el conjunto del Ibex, el principal selectivo español cerró la jornada con una caída del 0,25% en un día que era festivo en un buen número de comunidades.

Solo Bankinter, que está en su propia carrera tras la ampliación de los poderes de Alfonso Botín en su ejecutiva, aguantó el tipo. El grupo que dirige Dolores Dancausa cerró con un alza del 9,17%, hasta los 4,05 euros por acción. En cuanto al resto, Caixabank ganó un 2,26%, Popular avanzó un 2,14%, BBVA subió un 1,20% y Sabadell repuntó un 1,08%. Los títulos del Santander fueron los únicos que acabaron la sesión a la baja de entre los grandes con un descenso del 0,13%. No obstante, siguen a su precio más alto en 11 meses.

En Europa, la entidad que más subió fue el italiano Monte dei Paschi, que se revalorizó un 6,7%. El alemán Commerzbank ganó un 4,5% y el francés Crédit Agricole, un 3,5%, una subida similar a la que registró el inglés Barclays.

Los supervisores, integrados en el comité de Basilea, anunciaron ayer que esas nuevas exigencias de liquidez, que debían entrar en vigor en 2016, se introducirán ahora de forma gradual en cuatro años, hasta 2019. Eso sí, dentro del paquete de medidas conocido como Basilea III —que también incluye requisitos más estrictos sobre los niveles mínimos de capital— se mantiene la idea de obligar por primera vez a la banca a mantener suficientes activos líquidos (el dinero, o los que se puedan vender con facilidad en los mercados) para capear situaciones críticas, unos niveles que se determinan a partir de pruebas de resistencia similares en todo el mundo.

Además de dar más tiempo a los bancos, los supervisores amplían el tipo de activos que contarán para esos niveles mínimos de liquidez. En la propuesta inicial solo contaban el dinero, los bonos de deuda pública más solventes y los títulos de deuda empresarial con calificación crediticia más alta. Ahora se incluyen títulos con calificación menor, acciones y cédulas hipotecarias.

Para los expertos, sin embargo, la decisión servirá de poco para acelerar la recuperación de la economía, sobre todo en Europa. Según recuerda Reuters, evitar una mayor restricción del crédito no hará que mejore la situación de las empresas afectadas por la recesión ni conseguirá reenganchar a las familias al grifo del préstamo ya que todavía no han ni siquiera pagado los excesos del pasado. “A grandes rasgos es positivo, pero no creo que sea suficiente para dar la vuelta a la situación a corto plazo”, ha señalado a esta agencia Christian Schulz, del banco Berenberg.

En su lugar, este experto destaca que, una vez tenga lugar el inicio de la recuperación, la decisión de flexibilizar la entrada en vigor de Basilea III ayudará a “amplificar” el rebote, aunque en ningún caso contempla que su incidencia vaya más allá de un impulso equivalente a entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales del PIB del conjunto de la eurozona.

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