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El crédito a las empresas aumenta su ritmo de descenso en noviembre

El saldo vivo se reduce en un 4,6% en tasa interanual, cuatro décimas más que en octubre El descenso de la financiación a su nivel más bajo en cinco años dificulta la recuperación Las entidades financieras españolas son las principales responsables del recorte El préstamo a las familias también cae, aunque menos con un 3,6%

El crédito a las empresas volvió a bajar en noviembre y, además, aumentó su ritmo de descenso, lo que hace aún más difícil reactivar la economía ya que reabrir el grifo de la financiación es imprescindible para dejar atrás la crisis. Según los datos que ha publicado este viernes el Banco de España, el saldo vivo del crédito pendiente de devolver a las entidades bajó un 4,6% con respecto al mismo mes de 2011, cuatro décimas más que en octubre, hasta los 1,19 billones de euros. Es el nivel más bajo en los últimos cinco años.

La responsabilidad del recorte en la financiación recayó, principalmente, en las entidades españolas, que redujeron el crédito a las empresas en un 7,2% frente a noviembre del pasado año. Los préstamos concedidos desde el exterior, sin embargo, bajaron en un más modesto 1,6%. El sector se justifica en la falta de una demanda solvente para prestar más dinero, aunque también reconocen los problemas que registran a la hora de salir a buscar financiación. Eso sí, piden de forma velada al Gobierno que no pongan trabas a la reactivación del crédito.

En octubre, último dato publicado, la morosidad en los créditos superó por primera vez el 11% desde que hay estadísticas comparables, lo que supone retrotraerse hasta 1962, por la difícil digestión de la inversión de las entidades en el ladrillo. Para facilitar este proceso, el Gobierno, que solicitó el rescate de la banca en junio, ha puesto en marcha un banco malo. Esta sociedad será la encargada de asumir los activos tóxicos, algo que ha empezado a hacer con los créditos problemáticos de las entidades nacionalizadas a finales de 2012.

La petición de ayuda a Europa fue la constatación de que el sector sigue inmerso, cinco años después del estallido de la burbuja inmobiliaria, en una profunda reestructuración y necesitada de saneamiento. Este proceso obliga a las entidades a mejorar sus niveles de capital y un atajo para conseguirlo es, precisamente, reducir el volumen de préstamos, sobre todo de los que presentan más riesgos.

En noviembre, pese a dar menos crédito, los bancos y las antiguas cajas mantuvieron su apelación a las facilidades de liquidez del BCE, una ventanilla extraordinaria que el instituto emisor abrió, precisamente, para mejorar la financiación en la eurozona. Durante aquel mes llegaron 340.835 millones desde Fráncfort, donde el organismo tiene su sede central, a España, pero de nuevo el destino de estos fondos fue mayoritariamente a cubrir las propias necesidades de las entidades.

En cuanto a la deuda de los hogares, el descenso en los préstamos a las familias fue del 3,6%, ligeramente por encima del recorte del 3,5% registrado un mes antes en su comparación interanual. En tasa intertrimestral, sin embargo, sí que mejora. Y lo hace gracias a los créditos al consumo, aunque la evolución mes a mes de estos préstamos está muy condicionada por el calendario y noviembre suele ser un periodo en el que sube la financiación a los hogares frente a los niveles de octubre.

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