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El Ibex pasa en seis meses de ser el peor selectivo a uno de los mejores del mundo

El índice bursátil español rebota un 36,5% desde de julio

David Fernández

Warren Buffett es considerado el mejor inversor del mundo. El oráculo de Omaha también fue en su momento un imberbe aprendiz. Su maestro, y el de otros muchos grandes gestores, fue Benjamin Graham. A este economista británico y profesor universitario en Columbia (EE UU) se le atribuye una famosa frase —“Mister Market es un esquizofrénico en el corto plazo, pero recupera su cordura en el largo plazo”— que bien podría definir el comportamiento que ha tenido la Bolsa española en 2012. En la primera parte del ejercicio el Ibex 35 llegó a ser el peor índice del mundo. Desde sus mínimos anuales —el 24 de julio perforó los 6.000 puntos— rebota un 36,5%, lo que le convierte en uno de los mejores indicadores en este periodo.

El próximo lunes se celebrará la última sesión bursátil del año —en realidad será solo media sesión por ser la víspera de año nuevo— y el Ibex 35 llega con una caída del 5% en 2012. El balance podría haber sido mejor si la aversión al riesgo de los inversores no hubiera aumentado esta semana por la incertidumbre sobre la resolución del conocido como precipicio fiscal en EE UU. 2012 será el tercer curso seguido de caídas para la renta variable española. Los pesimistas dirán que es un mal balance en un año que ha sido especialmente benigno para las acciones en otros mercados. El Dax alemán sube un 28%, el Cac francés un 14,5%, el Footsie británico un 6,3% y el S&P 500 estadounidense un 12%, entro otros. Los que prefieran ver la botella medio llena dirán que se han salvado los muebles teniendo en cuenta lo que se llegó a perder en las fases de mayor pánico.

El agujero de Bankia forzó al Gobierno a pedir a Europa un rescate para su sector bancario

Volviendo a la teoría del profesor Graham sobre la esquizofrenia y la cordura del mercado, el miedo se instaló en la mente de los inversores en marzo pasado. La idea de la ruptura del euro dejaba entonces de ser una quimera. Además, el agujero de Bankia forzó al Gobierno a pedir a Europa un rescate para su sector bancario. La prima de riesgo de la deuda soberana se disparaba, la economía entraba en estado comatoso con unos costes de financiación disparatados, y los gestores de los grandes fondos internacionales cortaron toda exposición al Ibex. En ese momento poco importaba que las principales compañías cotizadas —incluidos los dos mayores bancos— tuvieran un elevado grado de internacionalización. El comité de riesgos de los grandes inversores no quería ni oír hablar de la marca España.

El panorama cambió a finales de julio. La culpa fue del presidente del Banco Central Europeo (BCE). La frase de Mario Draghi —"Haré todo lo necesario para salvar el euro; y créanme, será suficiente"— alivió la presión sobre el diferencial de la deuda e hizo replantearse a los gestores si no se habrían pasado de frenada en su castigo a la Bolsa española. La situación mejoró todavía más cuando el BCE concretó en septiembre su programa: compraría deuda pública en el mercado secundario si un país lo solicitaba. El Gobierno español sigue deshojando la margarita sobre si pediría o no un nuevo rescate, pero la bala en la recámara del BCE ejerce un claro un efecto disuasorio. En el rebote del Ibex también ha influido que desde julio los inversores no pueden apostar por la caída de las acciones españolas.

El comité de riesgos de los grandes inversores no quería ni oír hablar de la marca España el primer semestre

Por primera vez en años la Bolsa española es recomendada por los expertos como uno de los activos a tener en cuenta en 2013. Ahora bien, habrá que recordar la máxima del mejor de los discípulos de Graham antes de seguir esta recomendación: “Si los mercados fueran eficientes, yo estaría pidiendo caridad en la calle”.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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