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Rodrigo Rato culpa a Zapatero y a Rajoy del deterioro económico de Bankia

El expresidente de la entidad comparece en la Audiencia Nacional Mantiene que los beneficios declarados eran “la imagen fiel de la entidad” El exministro es el último de los 33 imputados en declarar

El ex presidente de Bankia y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, a su llegada esta tarde a la Audiencia Nacional
El ex presidente de Bankia y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, a su llegada esta tarde a la Audiencia NacionalJuanJo Martín (EFE)

El deterioro de Bankia, que condujo a la entidad al mayor rescate bancario de la historia de España (23.500 millones de euros) se debió, según su expresidente, Rodrigo Rato, a dos factores. En primer lugar, a la obligación impuesta por el anterior Gobierno socialista, liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, de su salida a Bolsa. Pero también por los requisitos de recapitalización y de dotación en provisiones que le impuso el actual Ejecutivo de Mariano Rajoy (PP).

Ese fue el resumen de la declaración del expresidente de Bankia, exvicepresidente del Gobierno con José María Aznar y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que instruye el caso en el que Rato y otros 33 directivos de Bankia y su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros, por el agujero en la entidad están imputados por falsedad contable, maquinación para alterar el precio de las cosas, apropiación indebida y administración desleal.

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El que fuera primer ejecutivo de Bankia aseguró ante el juez que él no hubiera tomado la decisión de salir a Bolsa si no se hubiera visto obligado a ello. Rato señaló que, para evitarlo, la entidad intentó previamente encontrar inversores, pero estos le pedían rebajas de hasta el 80%, lo que les obligó a lanzarse al parqué.

A preguntas del juez, el exvicepresidente del Gobierno explicó cómo se fijó el precio de salida de la acción en ese proceso cifrado en 3,75 euros, por debajo del importe mínimo de la horquilla que manejaba la entidad. Rato aseguró que la decisión se tomó después de que él mismo recibiera una llamada de JP Morgan en la que le aseguraron que “el mercado exigía” que el precio se situara por debajo de los cuatro euros.

El desplome posterior del valor de las acciones, según Rato, no tuvo nada que ver con la situación de la entidad, sino con otra decisión política. Rato también culpó de esta caída —que ha dejado estos activos a menos de un euro— al Ejecutivo de Rajoy. El expresidente de Bankia dijo que la cotización se mantuvo hasta el pasado febrero, cuando el Gobierno permitió las ventas a corto, lo que, a su juicio, provocó una pérdida de confianza en la entidad.

Bankia presentó el pasado marzo las cuentas de 2011 en las que se reflejaban 300 millones de beneficios. Solo dos meses después, en mayo, esos beneficios se convirtieron en casi 3.300 millones de pérdidas. En su declaración, Rato defendió las primeras que, dijo, “eran la imagen fiel de la entidad”. Aseguró, además, que Deloitte no les encontró ningún problema, aunque no logró explicar por qué la auditora no redactó su informe sobre estas, según fuentes de la acusación.

También dio detalles sobre el proceso que lo llevó a su cese. Explicó como la entidad elaboró un plan de recapitalización presentado el pasado 17 de abril que fue aprobado por el Banco de España, pero no por el Gobierno, que le exigió ir más allá. En solo 15 días Bankia debió elaborar uno nuevo que reflejaba un escenario “estresado al máximo” —con un descenso del producto interior bruto (PIB) de hasta el 3,8%— en el que se recogían saneamientos de hasta 9.500 millones. Pero la respuesta de Economía fue: “Esto no es lo que esperamos”. Como tampoco se le dio ningún margen para modificarlo o negociarlo, entendió que habían perdido la confianza en él y se marchó.

Fuentes presentes interrogatorios aseguraron que Rato solo pasó por un momento de tensión. Fue cuando el juez le preguntó sobre la contratación del banco de inversión Lazard —del que fue director gerente de inversiones bancarias antes de fichar por Caja Madrid— para asesorar a Bankia en la salida a Bolsa. Rato respondió que no fue él el que se encargó de ese contrato y que considera que “no hubo ningún conflicto de intereses”.

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