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GUÍA PRÁCTICA PARA BUSCAR EMPLEO

Incluso en la era de las redes, tu currículo es la mejor presentación

El currículo es clave para conseguir una entrevista de trabajo. Hacerlo a conciencia y personalizado para cada destinatario es la llave para lograr una entrevista laboral.

Cientos de personas en paro hacen cola en Valencia para inscribirse en un curso que les permita encontrar trabajo. TANIA CASTRO
Cientos de personas en paro hacen cola en Valencia para inscribirse en un curso que les permita encontrar trabajo. TANIA CASTRO

No solo sigue teniendo sentido hoy en día tener un currículo bien redactado, estructurado y cuidado al máximo, sino que es la puerta que abre o cierra la posibilidad de obtener una entrevista personal. Si la logramos abrir, acudir a ella sin prepararla no tiene sentido alguno. Como tampoco, hoy por hoy, no cuidar al detalle la presencia en las redes sociales, especialmente las destinadas a conectar profesionales, con Linkedln a la cabeza. Se trata en realidad de la primera imagen que van a ver todos, aunque no lo sepamos. Puede ser nuestra mejor o peor carta de presentación. Hay que intentar que toda información que haya en la red con nuestro nombre sea muy, muy profesional. Y el nombre, el real, nada de apodos, y menos rimbombantes. La seriedad es la etiqueta. Si se quiere compartir información del tipo que sea en perfiles graciosos, íntimos o familiares precisamente para eso están los apodos, esos que no pueda detectar de forma fácil el experto en recursos humanos. Los departamentos de recursos humanos están llenos de auténticos espías que cada vez más a menudo inspeccionan la red con ojos expertos en busca de ese perfil ideal para su empresa. Otro aspecto fundamental es el ánimo. La preparación psicológica para el proceso de búsqueda de empleo. Un entrevistador experimentado detecta el estado de ánimo desde la primera mirada, desde la primera frase. Volveremos más adelante a este tema.

Éstos y otros consejos son los que EL PAÍS ha recabado, y seguirá recabando periódicamente, entre los expertos en selección de empleo y orientadores para intentar ayudar a las personas que buscan empleo con las mejores pautas. Empezamos con lo crucial, cómo hacer bien el currículo.

Al empezar el proceso lo importante es tener claro adónde apuntas. Es lo primero que aconseja la profesora del departamento de Dirección de Personas y Organización de ESADE Business & Laws Schools, Angels Valls. “Si lo sabes, tendrás más posibilidades de éxito. Lo primero es mirar atrás en tu experiencia personal y no profesional, al currículo oculto”, prosigue. Por ejemplo, una persona joven, aunque no tengan mucha experiencia laboral, puede que haya sido entrenador, cooperante o que haya hecho una actividad diferente que pueda decir mucho de ella. Y hay que tener presente que el trayecto es largo y requiere trabajo para hacer una presentación de uno mismo lo más objetiva y clara posible. “Recomiendo paciencia “, prosigue Valls, “y la gente que ha perdido un trabajo o no lo encuentra debe dedicar el tiempo mínimo a descansar porque las posibilidades de encontrar un trabajo van cayendo a medida que se está sin él. Es decir, hay que ser proactivo, pero con sentido. Hacer, por ejemplo, un máster profesionalizado de actualización de tu perfil puede ser una buena idea, pero no apuntarse a cualquier caso, sino a algo que te enfoque a lo que buscas y en lo que tengas opciones. Otra opción es aumentar la dimensión internacional de tu perfil con idiomas o formación, pero, insisto, solo si tiene sentido… Y lo puede tener en muchos casos, por ejemplo, desde una secretaria de dirección hasta un camarero”. Y esta experta recomienda además enfocarse desde el principio, desde el misma elaboración del currículo, con una doble mirada: al trabajo que se quiere conseguir, pero también al sector en el que se quiere trabajar.

En orden cronológico inverso

Como pauta general, el currículo se elabora en orden cronológico inverso. Según aconseja la orientadora del Centro de Orientación e Información de Empleo (COIE) de la Universidad Complutense de Madrid, Beatriz Vallejo Díaz, “al redactarlo hay que tener en cuanta varios factores. Por un lado, que la información esté clara, evitar un exceso de información que confunda, y por otro, pensar en quién va a leer esa información y qué le queremos contar a esa persona”.

“Lo más importante de todo es que primero vaya lo que esté relacionado con lo que buscan en la empresa a la que se está mandando”, añade esta especialista. Es decir, no hay que obsesionarse con poner la fecha de todo e incluso muchos expertos aconsejan incluso no ponerlas, convienen centrarse en que lo que es importante trasmitir bien son las funciones que se han desempeñado y lo que sea sabe. El modelo de currículo que más gusta en el mercado laboral es el “funcional por áreas”, prosigue esta especialista. “La gente ahora trabaja donde puede cuando puede y las compañías lo saben. Por lo tanto, lo importante no es que el último trabajo que se haya hecho figure el primero, sino, aunque hayan pasado unos años, que figure primero el empleo desempeñado relacionado con el puesto”.

Mandar a diestro y siniestro un currículo prototípico tiene muchísimas menos posibilidades de tener éxito que uno elaborado de forma personalizada para cada destinatario. El consejo generalizado es que el currículo debe adaptarse para cada persona que vaya a mandar.

“Si tu experiencia laboral tiene poco que ver con lo que has estudiado, debes darle más peso a la experiencia que a la formación. El currículo debe ser más bien esquemático y atractivo, y tiene que ser una foto fidedigna de ti, de lo que eres en este momento y hay que intentar explicar en él, de una manera muy gráfica, lo que eres”, aconseja la profesora de ESADE Angels Valls.

Está de más incluir los estudios primarios y secundarios y el centro donde se estudió. A no ser que venga muy a cuento, por algún motivo justificado, y en tal caso, esos aspectos no se incluyen en la lista de formación que se tiene sino en otro apartado en el que se considere que viene al caso. Por ejemplo, si se quiere incluir que se han cursado todos los estudios obligatorios en otro país, porque creemos que aporta una visión de experiencia cultural diversa o de idiomas debe incorporarse en el apartado en el que se hable de esa cuestión.

“También es aconsejable mencionar las asignaturas optativas que se hayan cursada en una carrera y que estén relacionadas con la oferta de trabajo que se va a responder”, señala la orientadora Beatriz Vallejo Díaz.

Una estética cuidada y personalizada

La extensión ideal es breve, que no supere los dos folios, y el aspecto debe cuidarse mucho. El tipo de letra en la que se escribe, el uso de la negrita sobre lo que se quiera destacar… Debe ser bonito estéticamente, debe llamar a la lectura. Obviamente, la ortografía debe estar cuidada al máximo, así como los márgenes y la redacción. Debe ser sencilla, fácil de leer. “Es un folleto publicitario de uno mismo”, afirma Vallejo Díaz.

El esquema básico sería por apartados, empezando por el de experiencia profesional, en el que se deben incluir, por ejemplo, aparte de los puestos específicos, otro tipo de experiencia, por ejemplo, conferencias que se hayan impartido. Pero también es experiencia profesional el haber hecho un voluntariado o unas prácticas, aunque no sean renumeradas, es algo que conviene incluir, según aconsejan los expertos.

Le seguiría el apartado de formación académica. Olvidándose, recuerdo, de la formación primaria y secundaria detallada y haciendo mucho hincapié en la especializada. Es decir, aparte de las optativas de la carrera, las jornadas en las que se ha participado, los seminarios, cursos, etcétera.

El apartado de idiomas sería el tercero. Los expertos son tajantes. Solo incluir este apartado si se puede poner en el currículo que se tiene nivel alto en algún idioma. Si no se tienen idiomas o se tiene un nivel muy bajo, lo aconsejable es evitar este apartado. A continuación los apartados varían según el perfil del candidato, puede ser uno de premios o publicaciones, o de “otros datos de interés”, en general, si no se tienen muchas otras cuestiones que merezcan un apartado propio. Pero nunca hay que perder de vista que solo se deben incluir aquellas cuestiones que tenga sentido que sepa el entrevistar para el puesto al que se opta.

Y, finalmente, los expertos advierten que un currículo debe ir acompañado "siempre" de una carta de presentación en la que el candidato cuente lo esencial. Debe hacerse una específica para cada trabajo al que se quiera optar. “El esquema de la carta de presentación sería el siguiente”, explica Beatriz Vallejo Díaz: “Hablar brevemente de la empresa y de lo que sabes de ella, hablar de uno mismo y de lo que crees que podrías aportar al puesto de trabajo para el que se demanda un empleado y pedir una entrevista. Uno ejemplo: “Quiero felicitarles por el proyecto que acaban de poner en marcha en… He sabido que han abierto una sede en y me ha parecido… Me encantaría formar parte de ese proyecto porque considero que… ”.

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