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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Hay esperanza, aunque no brotes verdes

Las previsiones del Gobierno son muy diferentes a las de organismos y analistas económicos

Últimamente estamos asistiendo a la publicación de las previsiones de instituciones internacionales y analistas económicos que tienen en común una opinión bastante negativa del futuro inmediato de la economía española. Por el contrario, el Gobierno se muestra más esperanzado en el inicio de la salida de la crisis al final del próximo año y así lo refleja en sus objetivos de crecimiento y de déficit público para 2013.

Las diferencias son notables. Aunque hay un cierto consenso en las estimaciones de la caída del PIB en 2012, no lo hay tanto para las previsiones de déficit público del año ni para las previsiones de 2013. Mientras el Gobierno plantea sus objetivos con tasas del PIB en términos constantes del (-1,5% en 2012 y -0,5% en 2013), el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe de otoño sitúa las tasas previstas para España en el -1,5% en 2012 y -1,3% en 2013. La Comisión Europea, que acaba de presentar sus previsiones de otoño, estima las tasas españolas en -1,6% en 2012 y -1,5% para 2013. Por último, los analistas del consenso elaborado por FUNCAS tienen de tasa promedio el -1,5% en 2012 y -1,5% en 2013, con escasas desviaciones entre las previsiones del año actual, pero más elevadas en las del año próximo. Por tanto, todas estas previsiones, no solo no ven brotes verdes, sino que reflejan gran pesimismo sobre el posible inicio de una recuperación de la economía española.

Los indicadores de confianza mejoran ligeramente y teniendo en cuenta que continúa el buen comportamiento del comercio exterior podría esperarse que el resultado del cuarto trimestre no sea tan negativo

Está claro que una cosa son los objetivos del Gobierno y otra las previsiones de las instituciones y los analistas. Los objetivos que el Gobierno intenta alcanzar están registrados tanto en el cuadro macroeconómico de los Presupuestos de 2013 como en los planes de estabilidad, cuya última revisión se envió a Bruselas en mayo de este año. Estos objetivos representan más sus intenciones y deseos que la tendencia de los datos y constituyen un reto difícil de alcanzar. Por el contrario, las instituciones internacionales y los analistas realizan sus previsiones con modelos econométricos que se basan en la evolución histórica de los datos y priman generalmente la evolución de los trimestres más próximos. En la medida en que las últimas previsiones no hayan introducido datos del tercer trimestre de 2012, teniendo en cuenta que los dos primeros trimestres del año fueron muy negativos, y, como ha advertido la Comisión Europea, no incluyan los efectos de las últimas medidas fiscales tomadas por el Gobierno es posible que los resultados de dichos modelos pequen de pesimismo.

En el avance de la contabilidad trimestral para el tercer trimestre, el INE ha estimado una caída del 0,3% intertrimestral con tasa interanual del -1,6% con lo que la variación interanual media de los tres trimestres es del -1,2%. Los últimos indicadores de actividad referidos al cuarto trimestre continúan siendo negativos, pero algo menos que los del trimestre anterior y algo mejores que lo esperado. Los indicadores de confianza mejoran ligeramente y teniendo en cuenta que continúa el buen comportamiento del comercio exterior podría esperarse que el resultado del cuarto trimestre no sea tan negativo como se esperaba hace unos meses y se pueda alcanzar una tasa de variación del PIB en la media del año que fuese algo mejor que la esperada (-1,5%) y estuviese unas décimas por debajo, en torno al -1,3%.

Por otra parte, quisiera resaltar la importancia que tiene acertar o no en las previsiones del PIB monetario en 2012 y 2013 para el posible cumplimiento del déficit. Aunque las desviaciones no sean muy grandes, el acierto en el dato de PIB monetario es fundamental al ser el denominador para el cálculo del ratio del déficit público en términos del PIB. En este dato influye no solo la variación del PIB en términos constantes, sino también la variación de los precios implícitos en el mismo. El Gobierno, en su escenario macroeconómico de los presupuestos, estima para 2012 un crecimiento de los precios implícitos en el PIB del 0,3%. Tasa que parece excesivamente reducida teniendo en cuenta el peso del consumo en la demanda total. A la vista de la evolución del IPC, cuya tasa media del año puede estar en torno al 2,5%, los precios implícitos del PIB podrían situarse fácilmente en tasa del 1,5%. Por tanto, también aquí podría tenerse el margen de unas décimas en la tasa de variación del PIB en términos monetarios que en vez del -1,2% estimado por el Gobierno podría situarse en tasa positiva del 0,2%. Bajo esta hipótesis, el PIB a precios corrientes, que es el denominador en el ratio del déficit y de la deuda, se mantendría en cifra semejante a la de 2011 (1.063,4 millones de euros) y se situaría en 1.063,6 millones, cifra algo superior a los 1.050,6 millones estimados por el Gobierno para 2012.

A las dificultades en el cumplimiento del objetivo del déficit público se suman los gastos debidos a las ayudas de los bancos

A las dificultades en el cumplimiento del objetivo del déficit público se suman los gastos debidos a las ayudas de los bancos. El propio ministro de Hacienda subrayó que la previsión del Gobierno del déficit conjunto de las Administraciones Públicas para 2012 se mantenía en el 6,3% del PIB, pero que al incluir los efectos de la ayuda a los bancos alcanzaría el 7,3% del PIB.

Aunque en estos momentos se ve difícil alcanzar el objetivo, los últimos datos disponibles relativos al Estado, que se refieren al mes de septiembre, son mejores de lo esperado. Respecto a la recaudación del mes de octubre solo se conocen algunos adelantos como un crecimiento del 4% en la recaudación del IVA y del 40% en el impuesto de sociedades. Estos aumentos se dan a pesar de la debilidad de la actividad económica y del consumo por la recaudación a través del sistema de módulos en los impuestos. En el último trimestre, como consecuencia del aumento de impuestos y de los recortes de gasto realizados, se espera una mejoría significativa en el déficit del Estado en 2012 y, si las comunidades autónomas no se desvían mucho de su objetivo, los últimos datos permiten tener alguna esperanza de poder cumplir con el objetivo propuesto para el conjunto de las Administraciones Públicas.

Cumplir con el objetivo de déficit acordado con la UE para 2012 es fundamental no solo para la credibilidad de los mercados, sino para la aprobación de las instituciones europeas de la gestión realizada por el Gobierno español especialmente en relación con las ayudas financieras presentes y futuras. La primera condicionalidad exigida en el memorando de entendimiento es el cumplimiento del déficit acordado y las dudas sobre su cumplimiento pueden ser una de las razones para no solicitar, de momento, mayores ayudas antes de haber recibido las ya acordadas para el sistema financiero y de tener los resultados, aunque provisionales, sobre el déficit alcanzado en 2012. Otra razón es la capacidad demostrada hasta ahora del Tesoro español de financiarse en los mercados. Si estoy en lo cierto, no creo que haya solicitud de ayuda antes de que termine el año.

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