Rajoy exigirá a la UE la unión bancaria mientras sopesa si pide el rescate

La cumbre se celebrará un día después de que Rajoy haya coincidido en Bucarest con otros líderes conservadores en el Congreso del Partido Popular Europeo, donde con socios como la canciller alemana, Angela Merkel, se analizarán las expectativas de la cita de la capital belga.

Rajoy ha venido asegurando que en ella exigirá que se cumplan los acuerdos que adoptó el Consejo Europeo de junio, entre ellos los relativos a la unión bancaria y fiscal, y a esa reclamación, ha avanzado que se sumará el presidente francés, François Hollande.

Un frente común ante las reticencias que ha mostrado Alemania a que la unión bancaria se haga con urgencia.

Pero el Gobierno está satisfecho con el informe que para este encuentro han preparado el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy; el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso; el del Eurogrupo, Jean Claude Juncker; y el del BCE, Mario Draghi.

Ese informe avanza en la unión bancaria, fiscal, económica y política de la UE hasta que en el Consejo Europeo de diciembre se puede fijar más el calendario del proceso.

A la espera de ese momento, España cree que responde a sus expectativas y es razonable la pretensión del BCE de ir asumiendo en 2013 la competencia de la supervisión bancaria si se le facilita en enero el reglamento correspondiente.

La creación de ese supervisor permitiría la recapitalización directa de la banca, una cuestión importante para España pero en la que el Gobierno asegura que no le va la vida al país.

Una reflexión que es consecuencia del análisis de que dos tercios de la banca tienen recursos suficientes para hacer frente a escenarios muy adversos, mientras que el resto recibirá una aportación de unos 40.000 millones que supondrán cuatro puntos del PIB.

Pero esa cantidad se subraya desde el Ejecutivo que, tanto si la recapitaliza España como si lo hace la UE, no marcará una gran diferencia sobre el ratio de deuda pública española respecto a su PIB.

Rajoy, que espera que el documento de los cuatro presidentes relativo a la unión bancaria y fiscal sea asumido por todos los socios europeos, respaldará igualmente el impulso de la unión fiscal y los pasos en materia de unión económica y política.

También la agenda de crecimiento que se debatirá en la cumbre y que incluye actuaciones en distintos ámbitos de la política económica europea para lograr que ese crecimiento sea un hecho.

España acudirá a la cumbre siendo objeto de todo tipo de cábalas sobre la posibilidad de que pida ayuda financiera a la UE, un asunto que el Gobierno recalca que no está en la agenda de la reunión.

Fuentes del Ejecutivo insisten en que no hay tomada una decisión al respecto y que entre las posibilidades que se barajan está solicitar una línea de crédito del nuevo fondo de rescate de la UE pero no utilizarla.

La solicitud permitiría la compra de bonos españoles por parte del BCE y eso podría bastar para una drástica reducción de la prima de riesgo.

Pero se reitera desde el Ejecutivo que no hay que precipitarse mientras se va perfilando ese instrumento adicional de liquidez del BCE y se asegura que todo el mundo está siendo muy respetuoso con la decisión de España.

Mientras tanto, el Gobierno subraya la buena noticia que supone la decisión de la agencia Moody's de no rebajar la calificación de España a nivel de "bono basura" porque permitirá rebajar los costes de financiación del Estado y de las empresas.

Tampoco forma parte de la agenda de la cumbre la posibilidad de que se revisen los objetivos de déficit, aunque es factible que el asunto se aborde en las conversaciones informales de los líderes europeos.

Se trata de un asunto que tendrá que decidirse en noviembre una vez que la Comisión Europea analice los cambios que ha habido en las previsiones de crecimiento económico.

El Gobierno considera que hay que esperar a ese momento, pero subraya que el pacto de estabilidad no es "ciego" y tiene en cuenta las circunstancias económicas de cada país y de toda la zona euro.