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LITERATURA NOVELA

"El fotógrafo de cadáveres", retrato de una profesión "atípica"

El escritor madrileño Julio Castedo durante una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su novela "El fotógrafo de cadáveres", ambientada en la Primera Guerra Mundial y con un protagonista dedicado a una profesión atípica: retratar a soldados muertos.
El escritor madrileño Julio Castedo durante una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su novela "El fotógrafo de cadáveres", ambientada en la Primera Guerra Mundial y con un protagonista dedicado a una profesión atípica: retratar a soldados muertos.EFE

A su principal personaje, Stefan Adler, el fotógrafo vienés al que le encargan esta peculiar tarea, le acompaña en las páginas de esta novela Arthur Klammer, un joven soldado "apático" de la vida y con el que vivirá una historia entrecruzada en el devenir del año 1914 en la capital serbia.

"El relato surgió a partir de una conversación con unos amigos porque yo desconocía esta figura profesional", ha asegurado Castedo en una entrevista con Efe.

Los fotógrafos de cadáveres que dan nombre a esta novela existieron en la Primera Guerra Mundial y fueron contratados por las damas de la Cruz Roja para retratar a los soldados muertos de la alta sociedad austríaca durante el asedio a Belgrado.

"Aquel sistema fracasó porque la imagen que devolvían los fotógrafos a las familias eran desoladores", añade Castedo, que comparte su "vocación literaria" con su trabajo como neurorradiólogo y productor audiovisual.

En "El fotógrafo de cadáveres" (Plataforma Editorial) se entremezclan capítulo a capítulo las vivencias de Arthur, un joven apático aislado del mundo que sueña con convertirse de un escritor afamado, y Stefan, un fotógrafo que trata de superar el fracaso de su verdadera afición, la pintura, a la que se dedicaba su padre.

"Stefan se da cuenta del dolor que supone para los padres ver el retrato de sus hijos muertos y se preocupa por maquillarlos, curarlos y devolverles una imagen tolerable", asegura Castedo.

Para ello contará con la ayuda de Maria, una enfermera que compartirá la inusual tarea durante el asedio de Belgrado, donde se centra la novela a lo largo de sus doscientas páginas.

Ambos son "compañeros hechos en la desgracia", explica el autor, al igual que la relación que Arthur forma con Franz, compañero de contienda, y con el que descubrirá que hay vida más allá de su habitación.

De este último, Castedo ha destacado su "inocencia y pureza al no comprender una guerra que le ha tocado vivir", mientras que de Stefan, "desencantado de la vida", ha resaltado que ve "en este tipo de fotografía una forma de redimirse y de sentirse útil", después de su fracaso en la pintura y como retratista de la alta sociedad en Viena.

"Ambos están desubicados y tienen una forma desolada de afrontar los problemas", ha explicado el escritor madrileño, que considera que "desde el punto de vista humano, la Primera Guerra Mundial tiene muchas historias interesantes".

"Yo creo que un escritor escribe con independencia de lo que vende", concluye Castedo, que ha avanzado que "El fotógrafo de cadáveres" está pensado para el cine y que le gustaría algún día trasladarla al séptimo arte.

Julio Castedo cuenta con tres novelas en el mercado desde su debut con "Apología de Venus" en 2008, a la que se añadiría más tarde "El jugador de ajedrez".

Eduardo Bielsa.

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