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El engaño masivo de las preferentes

Las entidades vendieron un complejo producto financiero a todos sus clientes

Los bancos y cajas de ahorro colocaron un elevado número de participaciones preferentes a sus clientes. Aunque se trataba de un complejo producto financiero, las entidades lo vendieron a muchos ahorradores que no eran conscientes del riesgo que acarreaban. En el momento más álgido llegaron a alcanzar los 30.000 millones. El Gobierno ha llegado a admitir que su comercialización fue un fallo y ahora estudia la forma de recompensar a los afectados mientras que intenta restringir que se sigan vendiendo a particulares. Bruselas, además, quiere que los tenedores de preferentes asuman pérdidas en caso de que las entidades emisoras tengan que recibir ayudas públicas. Algunas de ellas, como es el caso de Novacaixagalicia, acabaron pidiendo perdón por colocar estos productos entre sus clientes abusando de la confianza que tenían en su caja de toda la vida.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha asegurado que hasta el 60% de los vendedores cometieron irregularidades. Miles de afectados encadenan protestas en la búsqueda de unas soluciones que les han prometido, pero que todavía no han llegado. Según la última reforma financiera aprobada por el Gobierno, los titulares de este tipo de instrumentos tendrán que aceptar canjes a precio de mercado más el 10% como máximo.

¿Qué son las participaciones preferentes?

Las participaciones preferentes son valores emitidos por una sociedad que no confieren ninguna cuota en su capital ni derecho de voto. Son perpetuas, no tienen vencimiento y su rentabilidad no está garantizada, ya que está vinculada a la obtención de beneficios. Para aumentar su atractivo, los intereses que se ofrecían a los compradores eran elevados. Por sus características de que no tienen un plazo determinado y que dependen de los resultados de la entidad emisora son un instrumento complejo y de riesgo elevado, pudiendo llegar a perderse el capital invertido, tal y como advirtió la CNMV en su día. Aunque con escaso éxito a la hora de captar la atención de los compradores.

¿Cómo funcionan?

La negociación de estos instrumentos una vez adquiridos por el pequeño inversor estaba restringida a un mercado secundario que tenía muchas limitaciones, siendo normalmente los propios bancos emisores quienes les daban liquidez para mantenerlo vivo. El modelo que siguieron fue el de convertir bonos, obligaciones, depósitos de plazo fijo e incluso cédulas hipotecarias que muchos pequeños ahorradores tenían contratados con sus entidades en participaciones en el capital de los bancos (y cajas) españoles. Bankia es el ejemplo más llamativo, aunque se ha extendido a otras entidades.

¿Por qué la venta fue tan elevada?

Las entidades vieron en las preferentes una forma fácil y rápida de financiación. Los bancos y cajas de ahorro, aprovechando la confianza de los clientes en los empleados de su sucursal de toda la vida, optaron por ofrecer a muchos pequeños ahorradores esta fórmula con la promesa de que les generarían grandes beneficios debido a los altos intereses que ofrecían. En algunos casos, se considera que los clientes han sido engañados ya que se les aseguró que podrían retirar su capital en cualquier momento, cuando no era verdad. Algunas sentencias aparecidas durante los últimos meses han abierto la puerta a la devolución del dinero en el caso de los clientes que no recibieron las explicaciones pertinentes.

¿Cómo ha reaccionado el Gobierno?

Desde el Ejecutivo han admitido que se ha tratado de una venta que se realizó en muchos casos de forma poco clara e incluso engañosa. Para tratar de que en el futuro no se cometan los mismos errores, ha asegurado que pondrá en marcha diversos mecanismos. Uno de ellos es la restricción de la venta de estos productos a ahorradores que no posean los conocimientos financieros necesarios, sobre todo a particulares.

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