Las empresas de EE UU prevén una Grecia sin euro
Bancos y consultoras asesoran a sus clientes sobre cómo actuar en caso de que se adopten nuevas monedas
Mientras Grecia intenta con desesperación evitar la suspensión de pagos de su deuda, las empresas estadounidenses se preparan para lo que hasta hace poco se consideraba impensable: que Grecia se vea forzada a salir de la Eurozona. Bank of America Merrill Lynch se ha planteado cargar camiones con efectivo y enviarlos a la frontera griega para que sus clientes puedan seguir pagando a sus empleados y proveedores locales si no hay disponibilidad de dinero. Ford ha configurado su sistema informático para utilizar de forma inmediata una nueva moneda griega.
Nadie sabe cuál sería la amplitud de la onda expansiva de una salida de Grecia, pero los grandes bancos y firmas de consultoría estadounidenses están asesorando a sus empresas clientes sobre cómo prepararse para una fractura de la zona euro. Todo ello en un llamativo contraste con las aseveraciones de los políticos europeos, que aseguran que la crisis es manejable y que la unión monetaria se mantendrá.
JPMorgan Chase, sin embargo, no quiere riesgos y ya ha creado nuevas cuentas para varios gigantes estadounidenses reservadas para un nuevo dracma en Grecia o para la moneda que pueda suceder al euro en otros países.
Las Bolsas de todo el mundo han avanzado este verano, con la esperanza de que los líderes europeos resolverían los problemas de deuda del Viejo Continente. Pero el hecho de que las grandes empresas hayan acelerado los preparativos para una posible salida de Grecia de la eurozona parece indicar que los inversores están siendo indebidamente optimistas.
Medidas de austeridad
Muchos Ejecutivos dudan de que Grecia pueda cumplir las medidas de austeridad que exige Europa a cambio de ayuda financiera. El abandono de Grecia del euro provocará probablemente un torbellino en los mercados mundiales, que vienen experimentando periódicas oleadas de ventas en los últimos dos años y medio cada vez que los problemas de la deuda europea se han recrudecido. También aumentaría la presión en Italia y España, economías de mayor tamaño, que están luchando con sus propios problemas de deuda. “Se puede decir sin temor a errar que la mayoría de las empresas se está preparando”, asegura Paul Dennis, responsable de programación de la firma de consultoría Corporate Executive Board. Una encuesta realizada por ellos este verano revelaba que el 80% de sus clientes preveía una salida de Grecia del euro y una quinta parte anticipaba que seguirían más países.
“Hace 15 meses, cuando empezamos a evaluar esto, decíamos que era impensable”, asegura Heiner Leisten, socio de Boston Consulting Group (BCG) en Colonia y responsable del negocio asegurador. “No es imposible ni impensable ahora”. Tanto BCG como otras firmas, como PricewaterhouseCoopers, han anticipado la secuencia de acontecimientos de una salida de Grecia. Por ejemplo, la noticia podría hacerse pública un viernes por la noche, con los mercados mundiales cerrados. Podría declararse posteriormente un día festivo, con todas las Bolsas y la mayor parte de las instituciones financieras cerradas, mientras se imponen controles de capitales para dificultar la entrada y salida de dinero del país. “Algunas empresas ya tienen planes de contingencia, como que alguien tome un tren hacia Atenas con 50.000 euros para pagar a los empleados”, señala Peter Frank, que asesora a los responsables de tesorería de empresas desde PricewaterhouseCoopers.
Algunas compañías están empezando a admitir que están listas para la salida de Grecia o de más países de la zona euro. En Europa, la compañía holding de Iberia y British Airways, IAG, ha reconocido que cuenta con preparativos.
Roger Griffith, de MasterCard, asegura que los sistemas de la compañía estarían listos en uno o dos días. Visa también asegura que está en condiciones de hacer una rápida transición.
