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Merkel rechaza que el fondo de rescate tenga licencia bancaria

El primer ministro italiano se reúne con la canciller para hablar sobre la compra de deuda

El primer ministro de Italia, Mario Monti y la canciller de Alemania, Ángela Merkel.
El primer ministro de Italia, Mario Monti y la canciller de Alemania, Ángela Merkel.EFE

La canciller Angela Merkel y el primer ministro italiano Mario Monti revelaron el miércoles su desacuerdo sobre la conveniencia de dotar a los fondos de estabilidad europeos de una licencia bancaria. Esta medida aumentaría ilimitadamente la capacidad de los fondos para comprar deuda soberana de los países afectados por la crisis, porque le facultaría para pedir dinero prestado al Banco Central Europeo (BCE).

La canciller citó al presidente del BCE, Mario Draghi, quien descartó la posibilidad por “incompatible con los tratados europeos” de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente, tenga licencia bancaria. En cambio, Monti aseguró que Europa debe plantearse “todos los instrumentos” que pudieran ser útiles para combatir la crisis de la deuda. Incluida la licencia bancaria, sobre la que “no hay que dramatizar”.

Merkel viajará a Pekín la próxima semana para pedir a las autoridades chinas que compren deuda española e italiana

La rueda de prensa tras la reunión de la canciller y el primer ministro empezó con parabienes y palabras de mutuo reconocimiento político. Merkel explicó que Monti la “informó de los impresionantes logros de la agenda de reformas italianas” y se dijo convencida de que “darán sus frutos”. Monti replicó reconociendo la “importancia de las iniciativas alemanas” en el fortalecimiento de los lazos políticos y fiscales en la Eurozona, en particular el Pacto Fiscal firmado por los Diecisiete el pasado marzo a iniciativa de Merkel y del entonces presidente de Francia Nicolas Sarkozy.

Merkel y su homólogo italiano aseguraron que no habían hablado de la posibilidad de que Italia recurra a un rescate parcial a través de los fondos europeos. La petición serviría para que el BCE compre deuda soberana italiana. Según Merkel, “no hablaron de nada concreto” sobre un posible rescate parcial de Italia.

Monti expresó su confianza en que los mercados financieros reconozcan “los éxitos alcanzados” por su Gobierno en la consolidación fiscal de Italia. Merkel abundó en la misma idea reconociendo “señales esperanzadoras” en la última subasta de deuda soberana. La canciller cree que la prima de riesgo de la deuda española e italiana respecto al bono alemán “bajará” cuando pase la “inseguridad” provocada por los rescates europeos.

Respecto a España, la canciller observó que está inmersa en un proceso de consolidación bancaria que contribuye a dicha inseguridad. Tanto Merkel como Monti hablaron de avances “extraordinarios” en el proceso de consolidación fiscal en la Eurozona. La canciller dijo que ahora “es importante crear puestos de trabajo”. Para ello propone "armonizar los factores que conciernen a la competitividad” en la Eurozona. Recordó la “importancia crucial de los fondos estructurales” y concluyó que los líderes europeos tienen “una agenda muy ambiciosa para las próximas semanas”.

En una entrevista que publica el miércoles el diario italiano Sole 24 Ore, Monti alerta a Berlín de un posible “gol en propia puerta” como resultado de la estrategia que está siguiendo durante la crisis de la deuda. Si el BCE no comprara deuda de los países más afectados por la crisis, Alemania podría sufrir “consecuencias paradójicas” de la excelente cotización de sus bonos, hoy un valor refugio para los inversores. Según Monti, el crédito barato que está obteniendo Alemania podría impulsar la inflación y posibles burbujas especulativas. La reducción de la prima de riesgo que pagan España e Italia es, según Monti, una prioridad para evitarlo.

Por su parte, el jefe del BCE Mario Draghi defendió el papel del banco emisor en la crisis y la necesidad de “medidas extraordinarias”. En un artículo que publicará el jueves el semanario Die Zeit, Draghi sale al paso de las críticas vertidas por el presidente del Banco central alemán (Bundesbank) Jens Weidmann. Éste asegura que la compra de bonos podría tener “el efecto adictivo de una droga” en los países con dificultades de crédito como España e Italia. Draghi contesta que el BCE “hará todo lo necesario” para contener la inflación en la Eurozona, incluida Alemania. También mantiene que la institución que preside “preservará su independencia” de la política y que “actuará en el marco de su mandato”. Weidmann y otros halcones de la estabilidad monetaria han lanzado en las últimas semanas una campaña de ataques a la estrategia de Draghi, que hace unas semanas anunció la compra de deuda soberana de los países que lo soliciten a través de los fondos europeos. Esta vía obligará a los beneficiarios a aceptar nuevas condiciones de los acreedores y, con ello, más ajustes y recortes.

Merkel y su ministro de Hacienda, el también democristiano Wolfgang Schäuble (CDU) han expresado su apoyo a este plan del BCE, que no contradice la premisa defendida por Alemania desde que comenzó la crisis: no habrá ayudas sin contrapartidas. El anuncio de la posible compra de deuda redujo la prima de riesgo de España e Italia, aunque la medida aún no está en marcha.

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