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Alemania abre la puerta a bajar los intereses del crédito a Grecia

Un miembro del partido de Merkel señala que “son posibles pequeñas concesiones" Podrían mejorarse las condiciones del rescate siempre que Grecia cumpla las exigencias Samaras se reune esta semana con Juncker, Merkel y Hollande

Antonis Samaras con el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras
Antonis Samaras con el ministro de Finanzas, Yannis StournarasARIS MESSINIS (AFP)

Grecia podría arañar algunas concesiones relacionadas con su rescate financiero, siempre y cuando su Gobierno se muestre dispuesto a cumplir los objetivos más importantes del programa de rescate, según señaló ayer Norbert Barthle, miembro del partido alemán Unión Demócrata Cristiana, liderado por la canciller Angela Merkel, en una entrevista telefónica. El precedente estaría, según justificó el político, en el primer rescate financiero que recibió el país, cuando finalmente logró menores tasas de interés y mayores plazos de vencimiento de los préstamos de los fijados originalmente, apuntó Barthle.

“Son posibles pequeñas concesiones, siempre y cuando se hagan estrictamente en el marco del segundo programa de ayuda”, señaló Barthle. “Por ejemplo, se podrían reajustar el interés y el vencimiento de los préstamos, como ya ocurrió en el caso del primer paquete de ayudas para Grecia”, añadió.

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Las palabras de ayer de Barthle añaden más señales a una posible relajación en la resistencia que hasta ahora había mostrado Alemania a abrir la mano con los términos establecidos por los acreedores internacionales en el quinto año de recesión que vive el país heleno. El primer ministro griego, Antonis Samaras, cuyo Gobierno de coalición busca retrasar hasta dos años el programa de ajuste fiscal exigido, tiene previsto reunirse hoy con el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, con Merkel en Berlín este viernes 24 de agosto, y se trasladará a París para mantener conversaciones el sábado con el presidente francés, François Hollande. Mientras todos estos encuentros llegan, el Gobierno griego trata de cuadrar un desfase de 11.500 millones de euros y así demostrar con sus nuevos ajustes la seriedad en la aplicación de los recortes pactados.

La situación de Samaras no es fácil: desde el exterior recibe la presión de la troika —Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea (CE)— mientras en Grecia se acrecienta el descontento popular, con un paro en el 23 %. El joven Ejecutivo griego acusa en su seno claras fisuras por los nuevos recortes.

Sin embargo, los recortes son la moneda con la que Samaras quiere conseguir desbloquear los 31.500 millones de euros que la troika retiene del plan de rescate por falta de avances en el ajuste presupuestario. Además, quiere arrancar la prórroga de dos años que aliviaría el impacto económico y el descontento social del nuevo ajuste, en un año en el que está previsto, según los últimos datos, que la economía se hunda otro 7%, frente al 4,5% de contracción que inicialmente vaticinaba el Gobierno. Los recortes son también imprescindibles para que Atenas obtenga 31.500 millones de euros de la troika, congelados desde hace meses por la falta de avances del Gobierno en anunciar los nuevos ajustes.

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