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La Cámara británica pide elevar las multas por fraudes bancarios

Los diputados censuran la inactividad del Banco de Inglaterra en el ‘caso líbor’

El ex consejero delegado de Barclays, Bob Diamond, el 4 de julio.
El ex consejero delegado de Barclays, Bob Diamond, el 4 de julio.REUTERS

Los responsables de Barclays, principal protagonista del escándalo sobre la manipulación del Libor, pero también el Banco de Inglaterra y los reguladores de la City son objeto de durísimas críticas en el informe presentado ayer por el comité parlamentario que investiga la fijación fraudulenta de ese índice de interés interbancario. Entre las reformas “urgentes” que reclaman los diputados británicos para recuperar la credibilidad de Londres como plaza financiera destaca la imposición a los infractores de multas mucho más elevadas que las actuales.

Del documento de 122 páginas difundido ayer por el comité se desprende que la sanción impuesta a Barclays el pasado julio por los reguladores del Reino Unido y Estados Unidos, por un importe superior a los 360 millones de euros, no es suficiente como medida disuasoria. Los legisladores consideran “vergonzoso” el comportamiento de esta entidad bancaria, la tercera del país, que entre 2005 y 2009 manipuló el índice líbor y su equivalente europeo, el euríbor, una de las principales tasas de referencia en la concesión de créditos personales y comerciales. Y subrayan que no creen en la declaración prestada el 4 de julio ante el parlamento por Bob Diamond, entonces recién dimitido como consejero delegado del banco, en la que aseguró desconocer hasta ese mismo mes los tejemanejes que sus empleados operaban sobre el líbor.

La multa que se impuso a Barclays por manipular durante cuatro años el líbor (360 millones) es pequeña frente al volumen de negocio: solo en 2011, la entidad ganó 2.432 millones. Hay otros ejemplos recientes de sanciones poco disuasorias. El regulador de Nueva York ha multado a Standard Chartered con 257 millones por violar el embargo de Irán, cuando ganó 5.500 millones el año pasado. Y sendos procesos contra Goldman Sachs y Jon Corzine, responsable de la quebrada MG Global, por el fraude de las hipotecas basura, se saldaron esta semana sin sanción alguna.

El presidente del comité, Andrew Tyrie, resumió otros pasos indispensables para recobrar la confianza de los ciudadanos en la banca nacional que, admitió, vive sus horas más bajas: el examen de las lagunas en la legislación penal aplicada a estos casos, un marco de gobierno mucho más fuerte en el Banco de Inglaterra y un nuevo régimen que imponga la supervisión más estricta de los mecanismos que determinan el promedio al que las entidades se prestan dinero.

Los parlamentarios recomiendan que la Autoridad sobre Conducta Financiera, responsable de un informe paralelo sobre la reforma del líbor, consideren si la manipulación de ese índice debe ser considerada un delito penal, con todas las consecuencias que ello acarrearía para los gestores de los bancos afectados.

Si bien el Barclays ocupa el epicentro del affaire, que también se cobró la cabeza de su presidente Marcus Agius, una docena de entidades están también hoy en el punto de mira de los reguladores, entre ellos el Royal Bank of Scotland y el grupo Lloyds.

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