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Los socialistas franceses suprimen la subida del IVA y gravan las horas extra

Los diputados franceses están dedicando esta semana a desmantelar punto por punto la política fiscal económica de Nicolas Sarkozy

El presidente francés François Hollande practica con el arco durante su visita al Instituto Nacional Físico y de Educación
El presidente francés François Hollande practica con el arco durante su visita al Instituto Nacional Físico y de Educación CHARLES PLATIAU (EFE)

Entre gritos, insultos y debates eléctricos que se alargan hasta la madrugada, los diputados franceses están dedicando esta semana a desmantelar punto por punto la política fiscal económica de Nicolas Sarkozy, que algunas veces se confunde con la de Merkozy. La reforma más simbólica y que sirvió de arranque y faro a la presidencia anterior, la Ley TEPA (siglas de Trabajo, Empleo y Poder Adquisitivo), va a ser virtualmente derogada en la Asamblea Nacional justo un lustro después de su entrada en vigor. Tras tres días de discusiones, la mayoría socialista se aprestaba a abolir anoche la medida icono del anterior quinquenio, las exenciones fiscales a las horas extra.

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Los conservadores han presentado 450 enmiendas a la Ley de Presupuestos de 2012, y las cosas van despacio. Pero la nueva mayoría socialista ha suprimido ya la subida del IVA aprobada por el anterior Gobierno, y a cambio ha propuesto aumentar muchos otros impuestos de forma progresiva, con la diana puesta en las grandes fortunas y las grandes empresas. El reajuste fiscal supondrá 14.000 millones más de impuestos en el bienio 2012-2013.

El martes, el debate acabó con la abolición del llamado IVA social, que el Gobierno de François Fillon aprobó antes de las elecciones con la idea de aplicarlo desde el 1 de octubre. El objetivo de los conservadores era subir el IVA desde el 19,6% hasta el 21% (coste estimado: 10.600 millones anuales) para compensar gran parte de la rebaja en las cotizaciones sociales a las empresas, valorada en 13.200 millones y concebida para mejorar la competitividad.

Pierre Moscovici, ministro de Economía, ha dicho que la subida del IVA habría golpeado a “todos los hogares”, mientras la desgravación de las horas extra, que benefician a unos ocho millones de trabajadores, “no sirven para crear empleo”. François Hollande prometió suprimir el aumento del IVA para no recaudar de forma indiscriminada, pero muy probablemente tendrá que subir otros impuestos directos porque necesita 33.000 millones en 2013 para ajustar el déficit.

El ajuste de 2012, con una treintena de artículos, debe ser aprobado antes del 31 de julio, pero los debates son densos, técnicos y a ratos apasionados, dignos de un cambio de época. El ecologista François de Rugy se ha hecho un hueco en los medios por su ataque al secretario general de la UMP, Jean-François Copé, ardiente paladín de las horas extra sin cargas. “Cuando Monsieur Copè”, afirmó De Rugy, “era a la vez diputado, alcalde, presidente de comunidad de concejos y jefe del grupo de la UMP en la Asamblea, encontró el modo de hacer unas horitas extra en un bufete de abogados”. Y añadió: “Ahí sí, es verdad que la desgravación importaba”.

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