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OBITUARIOS

Antonio Durán Tovar, empresario e ingeniero

Convirtió a Dragados en la firma que lideró el sector de la construcción

Miguel Ángel Noceda

Era algo más que un histórico del sector de la construcción. Pasó en el sector toda su vida; pero, sobre todo, en Dragados y Construcciones, en la que entró en 1945 y se jubiló en 1994, con 83 años, un año antes de cumplir el medio centenario la empresa. Antón Durán Tovar sí cumplió, sin embargo, los 100 años de vida. Murió el pasado jueves, 5 de julio, en Madrid. Dragados, en la que alcanzó la presidencia en 1983 tras pasar por los cargos de director general y consejero delegado, le debe el impulso nacional e internacional y haber llegado a ser la empresa líder del sector.

Durán era una enamorado del trabajo y de su empresa, en la que era presidente de honor. Hasta no hace mucho tiempo encargaba a su mecánico o a alguno de sus muchos descendientes que le llevara a las oficinas “para matar el gusanillo”. Era uno de esos hombres que aprendió a hacer empresa durante el franquismo y que se hizo un clásico en el sector y en el tejido empresarial español. Supo buscar el terreno de crecimiento para la constructora y beneficiarse de la época expansiva que tuvo el país en los años sesenta. Posteriormente, la decisión fue salir a Latinoamérica, logrando instalarse en varias de las economías de la región.

Dragados estaba integrada en la órbita del Banco Central y Antón Durán se convirtió en uno de los hombres de máxima confianza de Alfonso Escámez, —coetáneo suyo que murió en 2010 con 94 años— cuando este llegó a presidir la entidad financiera. Su relación con Escámez fue muy estrecha y duradera, debido sobre todo a la longevidad de ambos. Durante años jugaban al frontón en la pista que tenía el banquero en su casa y seguían haciéndolo cuando ya eran octogenarios.

Aunque nacido en Oviedo, se afincó en Puerto de Santa María (Cádiz), a donde llegó destinado —tras hacerse ingeniero en Madrid— al incorporarse a Dragados, cuya sede inicial estaba en esa provincia. Dragados cuenta en Cádiz con una de las obras emblemáticas, el puente de Carranza, que salva un vano de 90 metros mediante dos hojas basculantes y tiene 1.400 metros de longitud.

En Puerto de Santa María, Durán fue concejal del Ayuntamiento franquista y allí se le recuerda como hijo adoptivo. Cuenta con una calle, al igual que en Madrid, en el barrio de Vallecas, probablemente por su contribución a la expansión del mismo. Entre sus condecoraciones, que tuvo muchas, destaca las del título de marqués de la Ribera del Sella y la medalla de oro al mérito al Trabajo.

Durán fue siempre muy deportista. En las comidas anuales con la prensa, con motivo de la junta general de accionistas, contaba con orgullo que había sido el primero en ganar el descenso del Sella en 1932 y repetir al año siguiente. Todavía no se había casado. Lo hizo en 1935 con María Luisa López-Jamar, con la que tuvo cinco hijos. Contó hasta 23 nietos, 48 bisnietos y dos tataranietos. La Sociedad Deportiva de Ribadesella le nombró presidente de honor en 2011.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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