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Golpe a la credibilidad del sistema

La manipulación del líbor es gravísima. Sirve de referencia a contratos de entre 290 y 315 billones

Íñigo de Barrón

Las salas de Tesorería de las grandes entidades financieras viven en un sobresalto. Ayer fue la dimisión del primer ejecutivo de Barclays, Bob Diamond, la que alertó a los operadores. La interpretación más común es que si el poder político no se ha conformado con la salida del presidente Marcus Agius y ha obligado a marcharse a Diamond es que quiere “una limpieza profunda de las malas prácticas”. La manipulación del líbor (el tipo de interés de los préstamos entre bancos en Londres) es gravísima porque sirve de referencia a contratos de entre 290 y 315 billones de euros. Billones de euros.

“Este asunto supone un golpe a la credibilidad del sistema financiero porque el líbor fija millones de operaciones de crédito y de tipo de interés en dólares, libras, francos suizos y yenes”, afirma un tesorero de una gran entidad internacional. “Supone admitir que el sistema internacional de fijación de precios más importante del mundo está sujeto por palillos. Fue un error confiar en unos bancos”, continúa este ejecutivo.

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El asunto tiene pinta de ser una bola de nieve que acaba de empezar a rodar. Los expertos coinciden en que la investigación no tendría credibilidad si solo paga el pato Barclays.

“Todos los que nos dedicamos a esto sabíamos desde hace años que se manejaba el líbor. El problema era demostrarlo. Ahora parece que la Financial Services Authority (FSA), la comisión de valores británica, lo tiene muy claro. Pero la lista de investigados es larga e incluye al Royal Bank of Scotland (RBS), UBS, Citigroup, HSBC y JPMorgan. También se habla del gigante alemán. Nadie puede dinamitar todo el sistema... El poder político sabrá lo que hace”, advierte un tesorero que pide el anonimato.

La reputación de la banca británica (y la de tantos países, entre ellos España) está por los suelos. Los ciudadanos llegaron a tirar huevos en la casa del Fred Goodwill, jefe del RBS, en 2009. El Estado británico sostiene a los bancos más importantes, salvo al HSBC y a Barclays. Ésta señorial entidad estaba bien considerada porque superó la depresión sin pedir dinero a la Reina de Inglaterra. Eso sí, levantó capital gracias a los fondos árabes.

El presidente de Baker & McKenzie España, exdiputado del PP y financiero, Manuel Pizarro, dijo ayer que “hay que sacar las cajas negras del sistema y exigir responsabilidad a todo el que altere el precio del dinero, que es lo más grave”.

Por el momento, se cree que la manipulación del líbor buscaba más su descenso que la subida, lo que podría haber evitado perjudicar a los que pidieron préstamos. Parece casi imposible calcular las consecuencias económicas de estas maniobras. Es casi tan difícil como saber cómo terminará esta limpieza en público de los trapos sucios en mitad de la crisis, pero era imposible aguantar más.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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