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España gana una batalla al mercado, pero la guerra sigue

Los expertos dudan del impacto del rescate sobre la Bolsa y la prima

David Fernández

La pregunta del millón es cómo cotizará el mercado el rescate de España. La mejor respuesta a esa cuestión, después de analizar con varios expertos la posible reacción de los inversores, quizás sea la declaración que hizo el primer ministro británico, Winston Churchill, tras la victoria en la batalla de El Alamein: "Este no es el final, no es siquiera el principio del final. Puede ser, más bien, el final del principio".

Los mercados descuentan expectativas y en las últimas sesiones los inversores empezaron a cotizar en el precio de los activos españoles una posible inyección de dinero exterior al Estado para que este se lo preste a los bancos. Así, la pasada fue la mejor semana del año para la Bolsa con una subida del 8%, mientras que la prima de riesgo —diferencial entre la rentabilidad extra exigida a la deuda pública en relación con los bonos alemanes, considerados como los más seguros— se relajó algo y cerró en 488 puntos básicos tras haber tocado días antes su máximo histórico (538 puntos). Los expertos creen que en las próximas sesiones continuará esta tendencia, aunque tampoco prevén el inicio de un mercado alcista.

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"El anuncio del rescate no va a ser la panacea, pero sí crea un sostén. La montaña rusa probablemente seguirá, aunque el pesimismo entre los inversores ha podido llegar ya a su punto máximo", según Juan Luis García Alejo, director de análisis y gestión de Inversis Banco. Este experto cree que la prima de riesgo, sin llegar a estabilizarse, volverá a niveles más normales. "Se puede descartar ver al bono español a 10 años por encima del 7% en el mercado secundario. Sin embargo, tampoco veo factible que el diferencial con el bono alemán caiga de pronto por debajo de los 400 puntos básicos por mucho que el tipo de interés del préstamo sea del 3%". En cuanto a la Bolsa, García Alejo, lo tiene algo más claro: está barata. "Eso no significa una señal automática de compra, pero sí crea un sostén para el Ibex".

La mejoría que han experimentado las acciones y los bonos españoles en las últimas sesiones se debe al cierre de posiciones cortas. Los inversores que habían apostado por la caída de la Bolsa y de la deuda, viendo que las posibilidades del rescate crecían, decidieron cerrar sus apuestas bajistas. Es decir, tuvieron que recomprar en el mercado los títulos que previamente habían vendido para devolvérselos a los prestamistas, provocando un efecto rebote. Lo que el mercado necesita para generar una tendencia alcista a largo plazo es que vuelvan los inversores tradicionales (grandes fondos de inversión y de pensiones). La sustitución de los hedge funds por estos inversores, sin embargo, aún parece lejana porque quedan dudas por despejar.

"El mercado va a reaccionar bien a la solución que se ha encontrado para España. Sin embargo, este efecto se puede ver contrarrestado por las dudas económicas que han surgido en China y EE UU, así como por el miedo a un resultado negativo en las elecciones de Grecia del próximo domingo", señala José Luis Martínez, estratega de Citi en España. "Se ha ganado una batalla muy importante, pero la crisis en Europa sigue ahí y no se puede bajar la guardia". Martínez cree que la prima española puede caer en las próximas semanas hasta niveles próximos del diferencial italiano (el viernes cerró en 444 puntos).

La aceptación de ayuda de España no es más que el primer paso de un largo periodo que se abre a partir de ahora

"El acuerdo del Eurogrupo es muy positivo. Más que un rescate es un paraguas. Se ha dado cobertura a España y, de paso, se ha creado un mecanismo nuevo pensando en otros países con problemas similares. Se ha lanzado un mensaje al mercado de una mayor integración financiera en Europa", comenta el experto de Citi.

La aceptación de ayuda de España no es más que el primer paso de un largo periodo que se abre a partir de ahora. Y ese periodo estará marcado por lo que menos gusta a los inversores: la incertidumbre. Se sabe el monto máximo de la ayuda (100.000 millones de euros), pero ahora serán los evaluadores externos los que digan las necesidades reales que cada entidad debe provisionar. A partir de ahí, los bancos deberán ver sí son capaces de cubrir esos agujeros o recurrir al préstamo.

"A corto plazo la respuesta será positiva. Esta medida se ha tomado para estabilizar la economía española antes de las elecciones en Grecia. Ahora bien, tampoco esperemos milagros: como mucho la prima de riesgo se acercará a los 400 puntos. El problema de fondo, que es el excesivo endeudamiento tanto público como privado, no se ha solucionado", reflexiona Lorenzo Dávila, del Instituto de Estudios Bursátiles.

En Irlanda, cuyo caso guarda más similitudes con España, la prima de riesgo está hoy en niveles más altos que cuando el Gobierno pidió el rescate en noviembre de 2010

La experiencia de otros países que recibieron ayudas enseña que el rescate no es el bálsamo de fierabrás. En Irlanda, cuyo caso guarda más similitudes con España, la prima de riesgo está hoy en niveles más altos que cuando el Gobierno pidió el rescate en noviembre de 2010. "Nadie puede estar seguro de lo que vaya a suceder a partir de ahora. La lectura que haga el mercado del rescate a España es imprevisible. Puede ser positiva si los inversores piensan que el Estado contará con un bazuca de dinero para disparar a los bancos, o puede ser negativa si los gestores interpretan que España es incapaz de financiarse por sí misma", reflexiona el analista Juan Ignacio Crespo.

Por su parte, Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim, cree que con el acuerdo se ha establecido un cortafuegos que puede servir para activar lo que los anglosajones denominan un "rally de alivio", pero que no será significativo al estar en gran parte descontado. "A medio plazo el acuerdo para salvar a la banca española sí puede tener más trascendencia si sirve para crear una auténtica supervisión bancaria europea que, junto con el control fiscal, anime a Alemania a apoyar los eurobonos", concluye Alvargonzález.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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