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El interés que paga España por financiarse sube 1,3 puntos porcentuales

El balance de 2011 refleja la pérdida de peso del capital extranjero

A. MARS

Los mercados pierden confianza en España y cada vez le piden más intereses para prestarle dinero. Esa tónica arrastrada desde que comenzó la crisis de deuda soberana se agravó el año pasado y el coste medio de la financiación captada aumentó en 130 puntos básicos (o 1,3 puntos porcentuales), al pasar de 254 puntos básicos a 385 puntos. Eso es lo que ocurrió con los títulos de deuda (bonos, letras u obligaciones) que el Tesoro subastó. La emisión de deuda neta —sin contar esos crecientes intereses— del Estado se redujo un 17%, hasta quedar en 53.603 millones, debido al esfuerzo de ajuste de las cuentas públicas, según los datos de la Memoria de Deuda Pública presentada ayer por el Banco de España.

El jefe de la División de Instrumentación de Política Monetaria del Banco de España, Javier Maycas, se refirió a la aversión al riesgo de muchos inversores, que han dirigido su dinero hacia bonos refugio como los alemanes, que han visto caer el interés que pagan por colocar deuda, mientras que para España se ha encarecido. La prima de riesgo, el diferencial entre el interés que se exigen a los bonos a 10 años respecto a los alemanes, que se consideran la referencia por su fiabilidad, se disparó en 2011 en España debido a que la rentabilidad ha crecido mucho en España y la alemana se encuentra en mínimos históricos.

La prima de riesgo cerró 2011 en un nivel de unos 325 puntos básicos (3,2 puntos porcentuales), frente a los 250 en los que comenzó, aunque en noviembre y agosto tocó picos cercanos a los 500, aliviados después por la compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE) y por la barra libre de crédito a la banca.

En total, en 2011 se llevaron a cabo 91 subastas y dos emisiones sindicadas, con ratios de cobertura, o proporción entre las solicitudes y los importes colocados, que de media alcanzaron las cuatro veces.

El mercado secundario de deuda pública, ese en el que los inversores compran y venden los bonos o letras ya subastados por el Tesoro, aumentó el año pasado su volumen de negociación por primera vez en dos años. El montante volvió a situarse por encima de los 20 billones de euros (en concreto, 20,3 millones), lo que supone un aumento del 9,5% respecto a 2010.

Este balance, que aparentemente parece positivo, es el resultado de un año agitado en los mercados por la volatilidad, el abandono de capital extranjero y, en menor medida, el efecto de la macrosubasta de crédito barato llevada a cabo en diciembre por parte del BCE, de medio millón. “El aumento de la compraventa se debe a que ha habido un gran volumen de desinversiones en deuda española por parte de los inversores extranjeros, que es lo que está reflejando el aumento de la prima de riesgo, y también tiene influencia la barra libre de liquidez del BCE”, apunta Ignacio Victoriano, analista de Renta 4.

En esta línea, los inversores no residentes disminuyeron su participación en 4,6 puntos porcentuales, hasta representar el 48,8% de las tenencias, según el informe del Banco de España.

José Luis Martínez Campuzano, de Citi, coincide en que el aumento de negociación de deuda resulta a priori un dato positivo, pero en este caso “lo que se esconde es una liquidación de posiciones, los mercados se están secando y los movimientos del año pasado reflejan la enorme volatilidad del mercado”.

La emisión neta de deuda se concentró en bonos y obligaciones del Estado, por importes de 24.262 millones y de 28.490 millones, respectivamente, mientras que la emisión neta de letras del Tesoro se cifró en solamente 851 millones. Esta distribución ha favorecido que la vida media del saldo de deuda del Estado se estabilizara en torno a los seis años y medio.

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Sobre la firma

A. MARS
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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