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La Comisión Europea pide a España que “no dé golpes a la confianza”

Bruselas pedirá más transparencia en las cuentas públicas españolas

Claudi Pérez
El comisario europeo de Economía y Asuntos Monetarios, Olli Rehn.
El comisario europeo de Economía y Asuntos Monetarios, Olli Rehn.EFE

La exministra socialista Elena Salgado mantuvo hasta el final que el déficit español se desviaría apenas unas décimas del objetivo para 2011, del 6% del PIB. Nada más llegar al Gobierno, el equipo económico de Mariano Rajoy avisó de que la cifra se iría al entorno del 8% del PIB y empezó a citar “la herencia” del Gobierno socialista como la fuente de todos los males. El dato final, auditado por Bruselas, fue del 8,5%.

Hasta que la semana pasada, con la prima de riesgo en máximos y con el Ejecutivo vendiendo un pacto de Estado con las comunidades para recortar más de 18.000 millones, Madrid, la Comunidad Valenciana y Castilla y León sacaron de los cajones facturas por importe de unos 3.000 millones y el Ejecutivo se vio obligado a revisar de nuevo el déficit, hasta el 8,9%. Ese cuento de nunca acabar provocó ayer dos consecuencias en Bruselas: la Comisión confirmó que movilizará a los técnicos de la oficina estadística Eurostat para comprobar que la enésima revisión es la definitiva, y mostró indicios del grado de desconfianza al que ha llegado la relación entre Madrid y la UE. Un portavoz reclamó a España “más transparencia” en todos los niveles de la Administración: Gobierno central, autonomías y municipios.

El Gobierno informó a Bruselas de la desviación con el déficit el jueves, explicaron fuentes de Eurostat. El viernes un portavoz de la Comisión aseguró que el acuerdo con las comunidades en el Consejo de Política Fiscal y Financiera abría la posibilidad de una revisión a la baja de la estimación de déficit para este año (el 6,4%). Ayer esa opción parecía más difusa. “La Comisión integrará todos estos factores en su análisis del programa de estabilidad español el 30 de mayo”, explicó el portavoz.

La Comisión Europea considera que la Ley de Estabilidad Presupuestaria y el acuerdo del pasado jueves sobre los planes de ajuste de las comunidades “son pasos en la buena dirección”. “Aportarán más transparencia y un control del gasto más eficaz”. A la vez, el Gobierno debe esforzarse por acabar con “estos golpes a la confianza en la economía española”, con relación a las sucesivas revisiones del déficit.

Las relaciones entre Bruselas y Madrid han mejorado desde que Rajoy apelara a la “soberanía nacional” para reclamar la suavización de las metas de déficit, algo que consiguió parcialmente, pero que le granjeó un buen rapapolvo al ministro de Economía, Luis de Guindos, por parte del Eurogrupo.

Tras una temporada de duras críticas, Bruselas ha rebajado el tono y aplaude los esfuerzos del Ejecutivo tanto con las autonomías como en el capítulo relativo a la reforma financiera. Pero la desconfianza persiste, y el embrollo con el déficit no ayuda a disiparla.

Preguntado sobre si la Comisión se fía de España, el portavoz replicó que las relaciones entre Eurostat y el Instituto Nacional de Estadística (INE) “son excelentes”. “Hay una colaboración y un intercambio de datos muy fluido. No tenemos por qué dudar de la calidad del trabajo del Instituto Nacional de Estadísticas”, cerró.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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