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¿Zona de rescate o zona del BCE?

Gobierno y expertos piden al Eurobanco un gesto de apoyo como la compra de bonos El tipo del bono español llega al 6,5%, cuando los analistas sitúan la línea roja en el 7% Draghi y Durão Barroso evitan hacer declaraciones para sostener la deuda española

Alejandro Bolaños
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.Zipi (EFE)

La última vez que los mercados apretaron a España a través de la prima de riesgo de su deuda pública, en abril, bastó con que el consejero del Banco Central Europeo, Benoit Coeure, recordara que el programa de compra de bonos “existe” —aunque llevara entonces un mes sin utilizarse, ahora dos y contando— para que se calmaran los ánimos. A lo largo de un día en que la palabra rescate y España se asociaron de forma masiva, y no solo en los mercados, no ha habido palabras tranquilizadoras del BCE. Eso sí, las meras especulaciones sobre una hipotética actuación del Eurobanco contribuyeron al menos a dejar el diferencial de los tipos de interés con el bono alemán a diez años —la célebre prima de riesgo— en los 482 puntos básicos al cierre de los mercados. La sesión había abierto por encima de los 500, una de las fronteras estadísticas de la zona de rescate.

Hoy se cumple un año de la decisión de los ministros de Finanzas europeos de aprobar el rescate a Portugal, el último de los países auxiliados por la UE —en febrero cristalizó el segundo rescate a Grecia—. El Gobierno portugués pidió ayuda (se le concedió un préstamo de 78.000 millones) cuando su prima de riesgo rondaba el nivel alcanzado hoy por la española. Pero los expertos destacan varias diferencias: la prima de riesgo portuguesa se alcanzó con tipos de interés superiores al 7%, algo que también ocurrió en los casos de Irlanda y Grecia. Ahora, el tipo de interés del bono español ha llegado a situarse en el 6,5%, y es el bajísimo rendimiento del bono alemán (cercano al 1,5%) lo que determina una prima de riesgo similar.

España ya ha hecho los deberes, el Banco Central Europeo tiene que hacer algo” Ignacio Cantos, Atlas Capital

El 7% en el tipo de los bonos a diez años es, pues, la referencia esencial para determinar cuál es la zona de rescate en la perspectiva de los mercados. Hay, además, otros datos que alejan la hipótesis más extrema. Al menos, por ahora. El Estado español no tiene problemas para lograr financiación —el Tesoro tiene cubiertas más de la mitad de las necesidades de dinero previstas para 2012 y en las subastas de títulos españoles siempre hay demanda de sobra—, y se plantea incluso, vía hispabonos, cubrir a las comunidades, con más dificultades de acceso a los mercados.

Aun así, los expertos coinciden en que si el BCE no se mueve de forma contundente, la presión continuará y la frontera del 7% también se alcanzará. “La irracionalidad del mercado durará mientras quiera el Banco Central Europeo”, mantiene José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citigroup. “España ya ha hecho los deberes, el BCE tiene que hacer algo, lo que sea”, indicó Ignacio Cantos, de Atlas Capital, a EFE. Una opinión en la que abundó el presidente de Kutxabank, el banco de las cajas vascas, Mario Fernández. “Mientras no se produzca un respaldo, un soporte definitivo del BCE a la deuda española, las vamos a pasar canutas”, aseguró. Hasta el ministro de Industria, José Manuel Soria, fue más explícito de lo normal en los representantes de los Gobiernos europeos, muy respetuosos con la independencia del Eurobanco: “El BCE debe adoptar una política más expansiva para que fluya el crédito”.

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Por ahora, los representantes del BCE, mucho más preocupados en azuzar al votante griego para que respalde a partidos prorescate en las próximas elecciones, como quien oye llover. Hace unas semanas, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, marcó la línea a seguir. “No es el fin del mundo si los tipos a largo plazo de un país suben del 6% puntualmente”, dijo tras oponerse a más compras de bonos o una tercera macrosubasta de liquidez, la vía alternativa ensayada por el BCE para despejar dudas en los mercados y dar tiempo a soluciones políticas, ajustes presupuestarios y reformas estructurales.

Ni Mario Draghi, presidente del BCE, ni Jose Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, que tuvieron la ocasión al participar en actos con la prensa, hicieron declaraciones para calmar la presión de los mercados contra España. Ambos tienen la ocasión de hablar a través de sus actos en las próximas semanas. La Comisión debe decidir antes de final de mes si amplia a España el plazo para reducir el déficit público al 3%. El BCE se ha involucrado en la evaluación independiente de la cartera crediticia de la banca española, que debe estar lista en dos meses. Antes de saber cuáles son las necesidades reales de capital de la banca, la opción de un rescate parcial —un préstamo para recapitalizar bancos españoles que solicitaría el Gobierno a UE y FMI—, es solo una hipótesis de analistas.

La cuestión es si el BCE quiere despejar esas incógnitas con la presión de los mercados sobre España al rojo vivo. Si la respuesta es afirmativa, seguirá haciendo oídos sordos. Si la respuesta es negativa, comprará bonos —o deslizará que puede hacerlo en cualquier momento— más pronto que tarde.

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