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Los auditores alertan de créditos fiscales en cuatro entidades por 4.905 millones

Las firmas registran salvedades por aplazamiento de impuestos en grupos bajo tutela del Estado Los bancos y cajas señaladas son Catalunya Caixa, Novagalicia, Unnim y Banco de Valencia

Álvaro Romero

Los auditores han presentado salvedades a las cuentas de 2011 de cuatro cajas y bancos por apuntarse 4.905 millones en créditos fiscales que, en su situación actual, tienen difícil recuperación. Las entidades señaladas son Catalunya Caixa, Novagalicia, Unnim y Banco de Valencia, aunque habría que sumar la recién nacionalizada BFA-Bankia, donde Deloitte también mostró sus dudas sobre impuestos diferidos por 2.465 millones.

Se da la circunstancia de que todas las entidades sobre las que se han presentado salvedades en relación con sus cuentas de 2011 o bien están o han estado bajo tutela del Estado en los últimos meses. Sin embargo, con vistas a la venta de las que han pasado al proceso de subasta o están buscando inversores privados, estos activos pueden suponer un atractivo para convencer a sus posibles compradores.

La salvedad de los auditores surge de la práctica de las entidades por computar en sus balances como un activo real el ahorro en impuestos al que tienen derecho por sufrir pérdidas. No obstante, este dinero no se materializa hasta que se registren beneficios otra vez y haya que volver a cumplir con el fisco. Es en este punto, según señalan los auditores, donde aparecen las dudas ya que no está claro cuándo recuperarán los beneficios y si estas potenciales ganancias serán lo suficientemente abultadas como para enjugar la deuda asumida.

Por entidades, Deloitte señala que Catalunya Caixa, que cerró el año pasado con unos números rojos de 1.335 millones, tendría impuestos diferidos de difícil recuperación en su situación actual por 1.403 millones. “El auditor no dispone de la información suficiente para llegar a la conclusión de si en los próximos ejercicios se generarán bases imponibles positivas que permitan la recuperación de los activos fiscales diferidos”, señala en su escrito a la CNMV. La entidad, controlada en un 89,7% por el Estado, está en proceso de subasta y su eventual comprador dispondrá de hasta 18 años para recuperar los créditos fiscales contabilizados hasta 2011.

La advertencia que esta auditora realiza sobre Novagalicia, que entró en pérdidas el pasado año con 168,7 millones y que también está nacionalizada, es prácticamente idéntica. En su caso, tiene aplazados 2.071 millones de euros. A diferencia de la entidad catalana, NCG ha pedido agotar los plazos para buscar inversores privados y comprar al Estado su participación del 93% en la entidad.

En el intervenido Banco de Valencia, que perdió 887 millones en 2011, Deloitte revela que en sus cuentas se incluyen 578 millones de euros, en impuestos diferidos. Su futuro pasa por una inyección de capital a cambio del 91% de las acciones que, hoy por hoy, siguen en manos del FROB.

Por último, en el caso de Unnim, que ya ha pasado a manos del BBVA a cambio de ayudas iniciales de 953 millones y un esquema de protección de activos, los créditos fiscales que figuran en sus resultados de 2011 ascienden a 852 millones. El grupo cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 469 millones.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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