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España cruza los dedos para que la posible caída griega sea ordenada

Europa debe reforzar el fondo de rescate europeo y el BCE tiene que preparar una gran operación para evitar el contagio de una salida griega del euro

Amanda Mars
Dos monedas de euro, una de ellas acuñada en Grecia, fotografiadas delante del Bundestag en Berlín (Alemania)
Dos monedas de euro, una de ellas acuñada en Grecia, fotografiadas delante del Bundestag en Berlín (Alemania)EFE

Paul Krugman es el economista de moda en España, un Nobel en estado de gracia, superventas de libros y prescriptor de análisis. Gusta en el sur de Europa: es el abanderado de los que denuncian la austeridad radical como agravante a la crisis. Y lo que dice, muy a pesar de sus críticos, algunos lo perciben como la luz de un faro. Así que cuando el domingo, en su blog en The New York Times, vaticinó una pronta salida de Grecia del euro (“posiblemente el mes que viene”) y deslizó la posibilidad de un corralito en España (“quizá, solo posiblemente”, recalcaba), abrió la veda para mentar la bicha en los cafés. Pero en los mercados la pregunta de qué ocurrirá lleva tiempo formulada: los griegos tienen un pie fuera del euro y los inversores reclaman a Europa una respuesta firme para evitar el contagio a España e Italia.

Krugman ilustró su texto ni más ni menos que con un vídeo de la ópera alemana El ocaso de los dioses. Y lo que España necesita es que una caída griega resulte lo menos wagneriana posible, un ocaso controlado. “Si Grecia sale del euro, hay un riesgo masivo de contagio y es necesaria una respuesta muy fuerte de Europa para evitarlo, el Banco Central Europeo tendrá que actuar como prestamista de último recurso, y hará falta una unión fiscal”, explica Andrew Balls, el responsable de renta fija europea de Pimco, la mayor gestora de renta fija.

Así funciona el dominó: si Grecia vuelve al dracma, es esperable que bloquee la salida de capitales, porque estos se esfumarán (ya lo hacen) a países seguros (Alemania, Suiza) al olor de la severa devaluación (algunas estimaciones apuntan hasta un 60%). La aversión a semejante riesgo se trasladaría rápidamente a España, pero de ahí a decretar un corralito para frenar la fuga de dinero hay fichas que mover. Los ataques de los fondos de alto riesgo sobre la deuda encenderían otro fuego. Los analistas coinciden en que el BCE tendrá que inyectar más dinero y comprar deuda y que el fondo de rescate europeo se tendrá que reforzar.

» Impacto para los bancos y las empresas. El impacto para los bancos será indirecto. Las entidades españoles solo conservan 235 millones de euros de deuda pública griega, según los datos de diciembre de 2011 del Banco Internacional de Pagos. Nada que ver con los más de 6.000 millones que tienen las alemanas, así como las francesas. Además, las entidades españolas han provisionado ya prácticamente todos esos bonos griegos. España tampoco es un gran inversor de Grecia: el año pasado las inversiones sumaron 38 millones, la mitad que el anterior. Aunque las empresas instaladas en el país (Iberdrola o Inditex, entre otras) verán devaluados sus activos.

» Capital a la fuga. “No veo una gran pérdida de capital, ya que los inversores españoles presumiblemente se quedarían, y los depósitos extranjeros mayoristas ya se han marchado en gran medida”, apunta Daniel Gros, del Centro de Estudios sobre Política Europea (CEPS). Hay margen para más pérdidas. Desde julio, España ha perdido 128.000 millones de euros de capital extranjero. Es la hemorragia más grave en toda la serie estadística del Banco de España, que arranca en 1990. Los números dan una idea gráfica de la pérdida de confianza. Solo en febrero, el dato más reciente, se perdieron 25.548 millones. Y el peso de los inversores foráneos en la deuda del Estado ha bajado del 50% en diciembre al 37% en marzo. Esto podría ser ahora positivo, según Alfonso García Mora, de Analistas Financieros Internacionales (AFI): “Hay una lectura buena: la deuda ha restado dependencia del capital extranjero”. La cuestión es si la banca española mantendrá su dinero en casa.

» ¿‘Corralito’? Cortafuegos. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, vislumbra “una salida de flujos importantes” si cae Grecia, pero descarta el corralito”. “Hay margen en las políticas económicas para evitarlo”, recalca. Porque el problema no sería español, sino también italiano. Los expertos coinciden en que Europa tendrá que reforzar —esta vez en serio— su fondo de rescate (EFSF). Ahora contempla un máximo de ayudas de 700.000 millones de euros, una cifra insuficiente si España o Italia necesitasen ayudas y Portugal un segundo rescate.

» Riesgo país desbocado, BCE al rescate. La prima de riesgo (el diferencial de interés que pagan los bonos a 10 años respecto a los alemanes) se desbocaría. El interés ya está por encima del 6%, un nivel no sostenible mucho tiempo. “Pero podríamos ver llegar el tipo al 7%, o incluso el 8%, y España podría necesitar financiarse del fondo europeo”, advierte García Mora. “Las cosas se van a poner tan mal”, advierte Javier Ferrer, de Ahorro Corporación, “que no va haber debate: el BCE va a tener que actuar”. Al final, añade, “la gente ya empieza a pensar que lo menos malo es que nos intervenga el BCE”. El banco no ha comprado deuda soberana en las últimas nueve semanas y no confirma nuevas subastas de crédito barato a los bancos, después del billón ya inyectado. El mercado español mueve volúmenes tan pequeños, apunta José Carlos Díez, “que con pequeñas compras de bonos el BCE puede bajar la prima 100 puntos. Pero ya no servirán las emboscadas, tendrá que plantear la guerra”.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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