_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El sector industrial sigue sin tocar fondo

Los datos apuntan a una nueva intensificación de la caída de la producción en el segundo trimestre

Los dos indicadores de la economía real más importantes conocidos esta semana última han sido el índice de producción industrial (IPI) de marzo y el índice de precios de consumo (IPC) de abril. El primero no nos trajo buenas noticias, pero sí el segundo, a pesar de que la inflación subió, como habían anticipado los modelos, dos décimas porcentuales.

El sector industrial es uno de los que más están sufriendo esta crisis desde sus inicios, especialmente aquellas ramas productoras de materiales de construcción y bienes relacionados con la vivienda o el consumo de las familias, salvándose solo en cierta medida las orientadas a la exportación. Baste citar que en marzo el índice de la rama de “fabricación de otros productos minerales no metálicos” (materiales de construcción) se situó en 46, siendo 100 la media de 2005, y el de “fabricación de muebles”, en 50. Es decir, ambos sectores producen hoy la mitad o menos que en 2005.

La industria es uno de los sectores que más está  sufriendo la crisis 

El IPI de marzo fue bastante negativo y cierra un trimestre en el que la producción total ha caído un 4% respecto al trimestre anterior en tasa anualizada. Con todo, el trimestre no ha sido tan malo como lo fue el último de 2011, en el que dicha caída alcanzó casi el 9%. Esto es coherente con la evolución de otros indicadores del sector, como el PMI manufacturero o el número de ocupados de la Encuesta de Población Activa, cuyo ritmo anualizado de caída se frenó desde el 7% en el último trimestre de 2011 hasta el 5% en el primero de 2012. El problema es que los PMI de marzo y abril vuelven a recobrar su tendencia a la baja, lo que apunta a una nueva intensificación de la caída de la producción en el segundo trimestre.

El sector industrial tiene que hacer frente además a un fuerte encarecimiento de las materias primas, sin que pueda trasladarlo a los precios finales, con lo que los márgenes también se reducen. Todo ello se reflejó en 2011 en una caída del resultado ordinario neto, según los datos de la central de balances trimestral del Banco de España, y en una tasa de rentabilidad de los activos netos de las empresas inferior al coste de la financiación ajena. ¿Quién va a invertir así en el sector industrial? La consecuencia es la pérdida de empleo y de tamaño del sector en el conjunto de la economía. En 2011, el valor añadido de la industria manufacturera supuso poco más del 12% del total, un punto porcentual menos que antes de iniciarse la crisis.

Si el precio del petróleo se mantiene moderado, la inflación puede terminar el año en el 2%

También en el resto de países de la zona euro la caída de la producción industrial fue muy importante durante los peores momentos de la recesión, pero la zona ya ha recuperado la mitad de la pérdida, mientras que en España no se ha tocado fondo y se acumula ya un retroceso del 25% desde el máximo del primer trimestre de 2008.

Por lo que respecta al IPC, la inflación aumentó dos décimas en abril, pero ello no significa que se haya interrumpido la tendencia de moderación o el proceso de corrección del diferencial que se acumuló hasta 2008 frente a los socios de la zona euro. Simplemente, la subida de abril se debió a subidas puntuales de la electricidad, gas y tabaco, precios intervenidos por el Gobierno o por empresas oligopolísticas. Si analizamos el núcleo de la inflación, excluyendo la volatilidad de la alimentación sin elaborar, el tabaco y la energía, la misma bajó una décima, hasta el 1%. Esta inflación es casi un punto porcentual inferior a la de la zona euro [gráfico inferior derecho]. Los precios de los bienes industriales no energéticos se han mantenido prácticamente estables en los últimos 12 meses, los de los servicios han aumentado un modesto 1,1%, y los de los alimentos elaborados sin tabaco, un 2,5%. La diferencia la marcan los productos energéticos, con un aumento de casi el 9%.

A pesar del repunte de la inflación en abril, las previsiones para el resto del año han mejorado, gracias a la moderación de los precios del petróleo en las últimas semanas. Si estos precios se mantienen cerca de su nivel actual, podríamos terminar el año en el 2%, tres décimas menos de la previsión anterior de Funcas, pudiendo variar esta tasa medio punto por arriba o por abajo si dichos precios vuelven a orientarse al alza o siguen descendiendo, respectivamente.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_