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Portugal vendió el BPN por 40 millones tras invertir en él 62 veces más

El Estado portugués ha destinado 2.500 millones a cubrir las pérdidas del BPN desde 2008 La angoleña BIC acaba de adquirir el control de la entidad nacionalizada

Antonio Jiménez Barca

En noviembre de 2008, cuando la crisis financiera comenzaba a golpear al mundo, el por entonces ministro de Economía portugués, el socialista Fernando Teixeira dos Santos, anunció la nacionalización del Banco Portugués de Negocios (BPN), afectado por un inmenso agujero y por unas pérdidas de más de 700 millones. El ministro justificó la operación, que implicó la inyección de 700 millones de euros por parte del Estado para controlar la entidad, a fin de “asegurar los depósitos de los clientes” y debido a la opacidad de determinadas cuentas y operaciones financieras instrumentadas a través de un filial de esta entidad en Cabo Verde. Era la primera nacionalización que el Estado portugués llevaba a cabo desde la ola de nacionalizaciones que siguió a la Revolución de los Claveles.

Las intenciones del Gobierno de Sócrates pasaban por encontrar un comprador que se hiciese con la entidad, pero no fue algo sencillo. De hecho, se ha conseguido hasta hace poco: en marzo pasado, la institución angoleña BIC se hizo con el control del banco tras desembolsar 40 millones de euros, bastante menos de lo que quería el Estado en un principio, que hace meses pedía 350 millones. Se incluía en el acuerdo, eso sí, el pago adicional al Estado del 20% de los beneficios que logre el banco, siempre y cuando estos superen los 60 millones de euros al año. El BIC, que suprimirá la marca BPN, se comprometió también a mantener a 1.000 trabajadores.

Se cerraba así un caso paradigmático y recurrente de la reciente vida económica portuguesa salpicado de cuentas opacas y sospechas de corrupción y trato de favor.

El actual Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho, elegido en junio de 2011, esto es, con la operación de venta en marcha, calculó que el Estado portugués ha pagado 2.500 millones de euros al tener que hacer frente a las pérdidas del BPN desde noviembre de 2008, lo que supera en 62 el precio recuperado por la venta a BIC. De ahí que Passos Coelho estuviera decidido a deshacerse de la institución como fuera a fin de soltar lastre. A juicio del Bloque de Izquierda, una formación parlamentaria de extrema izquierda con ocho diputados en el Parlamento, las pérdidas han llegado a los 8.000 millones de euros, una cifra considerable en un país intervenido con un préstamo internacional de 78.0000 millones de euros.

En la historia turbia del BPN se han cruzado con frecuencia intereses políticos: en los tiempos de su nacionalización muchos de sus dirigentes pertenecían al Partido Social Demócrata (PSD), actualmente en el Gobierno y entonces en la oposición. Incluso el actual presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, ha sido acusado por la oposición de beneficiarse en su tiempo de plusvalías relacionadas con esta pequeña pero determinante institución financiera portuguesa.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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