_
_
_
_
_

Argentina pagará más por el gas porque Repsol canceló un contrato

Tras la nacionalización de YPF, el grupo español ha cancelado el envío de seis barcos de suministro

Alejandro Rebossio
El ministro de Planificación Federal de Argentina e interventor de YPF, Julio De Vido.
El ministro de Planificación Federal de Argentina e interventor de YPF, Julio De Vido.EFE

Seis de los 81 barcos con gas natural licuado (GNL) importado que necesita contratar Argentina para satisfacer su consumo energético este año iba proveerlos Repsol. Después de la nacionalización del 51% que tenía en YPF, el grupo español adoptó una represalia casi inmediata: canceló de forma unilateral el envío de esos cargamentos. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner debió buscar rápidamente otro proveedor del gas, dado que la demanda está creciendo en la medida en que comienzan los primeros días fríos del otoño austral.

El Estado argentino contrató barcos de la italiana ENI, la británica BP y la brasileña Petrobras a un precio 26% mayor que el que había pactado a principios de año con Repsol, según confirmó este domingo el ministro de Planificación Federal del país sudamericano, Julio de Vido. El periódico Clarín ha calculado que Argentina deberá pagar 61,5 millones de euros de más, una cifra que, de todos modos, no agrava demasiado el de por sí alto déficit energético anual de Argentina, previsto en más de 4.600 millones de euros en 2012.

“Repsol incumplió con la provisión de los buques acordados para perjudicar a Argentina, haciendo que deba pagar más de lo previsto”, declaró De Vido en un comunicado de prensa. El ministro encargado de asuntos energéticos desde 2003 insistió con el “vaciamiento al que fue sometida” la petrolera argentina, cuya “estrepitosa caída de la producción obligó a importar cantidades crecientes de combustibles que YPF podía producir en el país”. El periódico local Página/12 publicó este domingo un informe del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas que dice que Repsol vendía el GNL importado más caro en Argentina que en Kuwait y lo adjudica a un presunto “abuso de posición dominante”.

El pasado viernes, otro artículo de El Cronista Comercial citaba estudios del economista de la Universidad de Río Negro (Argentina) Roberto Kozulj que señalan que la cantidad de pozos de exploración de hidrocarburos de YPF cayó de 77 de media anual entre 1993 (año de la privatización parcial) y 1998 (un año antes de que Repsol se quedara con el control) a 18 por año entre 1999 y 2011. El Cronista Comercial atribuyó la conducta del grupo español a la “estricta lógica económica de una multinacional” y criticó a las autoridades argentinas por dejar pasar años sin tomar cartas en el asunto.

De Vido explicó que su país había pactado pagarle a Repsol por el GNL importado una media de 10 euros por millón de BTU, que es la unidad de medida del gas. Ahora les abonará a ENI, BP y Petrobras entre 12,6 y 13,6, una media de 26% más, según ha publicado Clarín. El ministro de Planificación dijo que Brasil y Chile también están pagando 13. En cambio, las petroleras que explotan el gas en Argentina reciben 2,3 euros. De Vido y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, ambos interventores de YPF, se han reunido en las últimas semanas con ejecutivos de petroleras argentinas y extranjeras para interesarlos en asociarse con la compañía reestatalizada. Uno de esos empresarios ha comentado que el Gobierno planea mejorar la remuneración del gas producido en Argentina, aunque con la condición de no aumentarle la tarifa a los hogares sino a las industrias y servicios.

En un acto en la Casa Rosada, Fernández promulgó el pasado viernes la ley de expropiación de YPF, que además eleva la regulación del Estado en todo el sector de hidrocarburos, donde el 70% está en manos de otras empresas. La presidenta prometió una YPF con “perfil profesionalizado” y bajo “dirección política” y anunció que los dos interventores, cuya función estaba prevista por solo 30 días, serán reemplazados por un presidente con amplia experiencia en la industria petrolera. Se trata de Miguel Galuccio, un ingeniero de 44 años que acaba de dejar la presidencia de una conocida empresa de servicios petroleros, Schlumberger Production Management, en Londres para asumir la jefatura de YPF. La especialidad de Galluccio es precisamente la exploración petrolífera y trabajó en esta empresa argentina entre su privatización parcial (1993) y su compra por Repsol.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_