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China pisa el freno

Las ventas de coches se desaceleran tras crecer a tasas de doble dígito

Clara Blanchar
Un visitante en el Salón del Automóvil de Pekin, prueba el Golf Cabriolet
Un visitante en el Salón del Automóvil de Pekin, prueba el Golf CabrioletJason Lee (Reuters)

Nadie lo diría, vistos el atasco permanente en el que está instalado Pekín y la masiva afluencia al salón del automóvil de la capital china. Pero el mercado del automóvil se enfría en el gigante asiático. Sigue creciendo a un ritmo que ya quisieran los fabricantes europeos en el viejo continente, más de un millón de coches despachados al mes, pero lo hace con menos frenesí que el año pasado. 2011 se cerró con unas ventas de 18,5 millones de unidades, un crecimiento del 12,4% respecto a 2010, que incluye también vehículos comerciales (4,5 millones). En 2009 había sido del 35%, y en 2008, del 54%. La previsión para este año es de un solo dígito. Por ahora, en el primer trimestre, se ha cumplido: el crecimiento ha alcanzado apenas el 1,25%, según datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles.

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Pese a estas cifras, el salón, que se celebra un año en Pekín y el otro en Shanghái, cuenta con una superficie expositiva que bate récords: 230.000 metros cuadrados en cinco enormes pabellones. En el primer día, reservado a prensa, apenas se podía andar por los pasillos, repletos de redactores, fotógrafos, cámaras y modernísimos blogueros. El colapso en el entorno del recinto era tal que resultaba paradójico: de lo bestial que era el atasco por la mañana, para llegar al salón del automóvil había que dejar el coche o el autobús y caminar medio kilómetro entre solares vacíos, campos de cultivo y coches aparcados en arcenes con un palmo de barro.

La caída de las ventas de coches en China se explica por varios factores: el alza del precio del carburante, la introducción de tasas de aparcamiento y la restricción de la circulación en varias ciudades, la contracción del crédito para evitar que se dispare la inflación y el fin de incentivos a la compra de coches urbanos de tamaño pequeño. Esta última circunstancia es la que provoca que la caída de ventas repercuta más en las marcas locales, que son las que más coches pequeños venden. Una industria doméstica con unas pocas marcas grandes, como Chery, BYD (Built Your Dreams), Great Wall o Geely, y un enjambre de pequeñas compañías. Sin olvidar que, con casi 1.400 millones de habitantes, en China nada es pequeño.

Las importaciones de coches europeos para los nuevos ricos van como un tiro

Mientras tanto, las importaciones van como un tiro: crecieron un 37% durante el primer trimestre. Coches más caros que atraen a la emergente clase alta o los jóvenes (el 43% de los compradores nacieron después de 1980). Unos nuevos ricos que eligen sobre todo modelos grandes o todoterrenos. O lo más: el híbrido entre los dos, los llamados todocaminos o SUV en sus siglas en inglés. Cómo será la fiebre de los ricos chinos por estos modelos que hasta la mítica Lamborghini, célebre por sus deportivos, presentó un prototipo de todocamino: el Urus. Maserati anunció que tendrá listo su todoterreno urbano en 2014 y que cuentan con China como principal mercado. En 2011, las ventas de esta gama de vehículos alcanzaron 1,8 millones, un 20% más que el año anterior.

A este segmento, el de los todocaminos, pertenece el Audi Q3 que se fabrica en la planta de Seat de Martorell. En vistas al lanzamiento para el mercado asiático, el Grupo Volkswagen lo producirá en la planta que tiene en el norte de China, en Changchun. Para tenerlo todo a punto, esta misma semana ha empezado un intercambio de trabajadores de las dos fábricas. Una docena de empleados de Martorell permanecerán entre tres meses y un año en Changchun para transmitir los detalles de la producción del Q3, mientras que unos 50 operarios chinos visitan estos días la línea de producción del modelo en la fábrica de Martorell para conocer su funcionamiento.

Hay menos crédito, la gasolina es más cara y existen nuevas tasas

La de Pekín ha sido la tercera participación de Seat en una feria del automóvil en China, tras debutar hace un año en Shanghái y repetir hace seis meses en Cantón. Coincidiendo con el certamen, al que la marca española invitó a un grupo de periodistas, entre ellos EL PAÍS, Seat ha inaugurado ocho concesionarios en ciudades medianas (en China, una ciudad mediana tiene entre cinco y diez millones de habitantes) y ha elegido la cita para presentar la versión deportiva del nuevo Ibiza. Lo hizo durante la Volkswagen Night Group, un show en el que todas las marcas del grupo presentan sus novedades. La presentación del Ibiza Cupra en China, además, no es casual, porque Seat ha elegido sus modelos más deportivos (ha debutado con el León) para entrar en el mercado asiático, con la idea de conquistar a los jóvenes de la emergente clase alta. Seat, cuyas exportaciones representan el 79% de las ventas (el 90% en Europa y el 10% restante básicamente en Latinoamérica), es la última marca del Grupo Volkswagen en llegar a China. Y ha optado por los deportivos de tamaño medio para hacerse hueco.

Dentro del Grupo Volkswagen, la marca más vendida es Volkswagen, que tiene cinco modelos entre los 10 coches más vendidos, y entre marzo de 2011 y marzo de 2012 vendió 454.556 unidades, un incremento del 10,8%. Pero los mayores crecimientos los registran las marcas de gama alta y lujo. Audi no para de crecer: un 37% en 2011, explicó su presidente en China, Dietmar Voggenreiter. La cuota de mercado en el segmento premium alcanza el 60%, y eso que todavía no venden el Q3. Las marcas de lujo del grupo, como Lamborghini, arrasan en el país. Su responsable habló durante la presentación de resultados de “explosión de consumidores”: han pasado de vender 28 coches en 2007 a 342 el año pasado. Algo impensable hoy día en Europa.

Un ‘show’ en la piscina

El periódico China Daily encartado en una publicidad del conglomerado automovilístico, un pabellón entero para sus ocho marcas en la feria del automóvil de Pekín o la celebración del show nocturno de presentación de las novedades nada menos que en el Water Cube, el edificio de la piscina olímpica. Tres demostraciones de poderío que el Grupo Volkswagen ha exhibido esta semana en la capital de China, con motivo del Beijing International Automotive Exhibition. El conglomerado de origen alemán (Volkswagen, Audi, Seat, Skoda, Bentley, Bugatti, Lamborghini y Porsche) lidera indiscutiblemente el mercado chino, muy por encima de las marcas locales. También es verdad que fueron los primeros occidentales en llegar y en firmar una alianza con una compañía china para producir, en 1985.

El año pasado, el Grupo Volkswagen vendió 2,2 millones de vehículos en China. El gigante asiático supone casi un tercio de las ventas para el grupo alemán (el 29% de las ventas totales se producen en China, y el 71%, en el resto del mundo). Solo en el primer trimestre de este ejercicio, las marcas del grupo suman 633.000 coches vendidos, un 8,1% más que en el mismo periodo del año anterior. La cifra representa el 19,7% de la cuota de mercado chino.

La apuesta por China pasa también por la fábrica que la compañía ya tiene en el país y por una nueva que está construyendo y que está previsto que opere el año que viene, 2013, en Xinjiang, en la región de Uygur. Precisamente el lunes, el primer ministro, Wen Jiabao, no visitó el salón del automóvil de la capital china, sino el cuartel general del grupo en Wolksburg, junto a la canciller alemana, Angela Merkel, para firmar oficialmente la construcción de la planta. La información ocupó casi tanto como el salón del automóvil en el China Daily, que recordaba que China fue en 2011 el principal inversor extranjero en Alemania. Las plantas y la red comercial del Grupo Volkswagen en China, que en los dos últimos años han supuesto una inversión de 6.000 millones de euros, se multiplicarán por más del doble hasta 2016. En estos cuatro años, el grupo piensa invertir 14.000 millones de euros, explicó en Pekín el vicepresidente ejecutivo del grupo en China, Weiming Soh. La previsión del grupo es que la red comercial dé un gran salto, de 623 concesionarios en 2011 a 3.000 en 2018.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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